
Cultura
El pequeño pueblo que esconde uno de los monasterios medievales más increíbles de España
Se encuentra en pleno Camino de Santiago

España es un país de contrastes. Donde menos te lo esperas te puedes encontrar una joya arquitectónica. Es el caso de un remoto pueblo que esconde uno de los monasterios medievales más increíbles de nuestro país. Monasterio es una comunidad formada por uno o varios monjes y el edificio donde habitan, en clausura. Originalmente, un monasterio era la "célula", o pequeño y retirado albergue de un ermitaño, un individuo que se "retiraba del mundo" para perseguir una vida ascética de carácter contemplativo.
El monasterio surge cuando, en torno a la "célula" o celda del anacoreta original, atraídos por su ejemplo o fama de santidad, se establecían nuevos ermitaños y ascetas, agregándose sus celdas a la habitación inicial de aquel, según asegura Wikipedia.
Los monasterios cristianos son también llamados abadías (regidas por un abad) o prioratos (regidos por un prior). En general, se considera que los monasterios son o lo uno o lo otro, y que las abadías gozan de mayor rango que los prioratos (que, en ocasiones, dependen de alguna que otra abadía). Usualmente, los miembros de una comunidad monástica adoptan un determinado cuerpo de normas para su convivencia, o Regla, lo que, junto con otros aspectos organizativos e institucionales, define su pertenencia, especialmente en el ámbito católico, a una de las órdenes monásticas.
La vida comunitaria de un monasterio (en contraposición con la vida anacorética de un ermitaño) se denomina cenobitismo. Con base en ello, la palabra «monasterio» se emplea asimismo para referirse a comunidades de tipo cenobítico instituidas por individuos de otras religiones no cristianas.
Un convento suele entenderse como equivalente a un monasterio en tanto comunidad de vida religiosa y el establecimiento que les sirve por sede, pero no se deben confundir como referencia de términos sinónimos, ya que, mientras que los habitantes de un monasterio (sus monjes) cultivan una vida contemplativa ("apartada del mundo"), los de un convento (llamados ya no monjes, sino frailes) optan por una vida activa ("viviendo en el mundo", involucrada en la caridad, la enseñanza y el proselitismo o "apostolado").
Las órdenes religiosas específicamente orientadas a este modo de espiritualidad reciben el nombre de Órdenes Mendicantes (como los franciscanos o los dominicos). Adviértase el hecho de que, fruto de esta motivación diferenciada, los monasterios suelen hallarse en entornos apartados y rurales, mientras que los conventos son más propios de un ámbito urbano.
La vida monástica para los cristianos empezó poco tiempo después de la muerte de Jesús. Los primeros cristianos compartían sus posesiones y llevaban una vida de entrega a Dios. En la Edad Media, los monasterios evolucionaron completando su entorno con granjas, hospitales y otros edificios.
Más tarde aparecieron otras órdenes que establecieron sus propias reglas, como los cartujos o los cistercienses, monjes benedictinos de estricta observancia conocidos como monjes blancos porque utilizaban hábitos de lana sin teñir. Esta congregación fue fundada en 1098 por san Roberto de Molesmes, san Alberico y san Esteban Harding, en la Abadía de Citeaux, que da nombre a la orden. Uno de sus personajes de mayor repercusión es san Bernardo.
En la segunda década de siglo XIII se crearon dos nuevas órdenes: los franciscanos (1210), que se guiaban por las enseñanzas de san Francisco de Asís, y los dominicos (1216), seguidores de santo Domingo. A diferencia de las órdenes monásticas, las nuevas órdenes mendicantes establecían sus casas —conventos— en las renacientes ciudades y no en despoblados, profesaban la pobreza, combatían la herejía cátara y proporcionaban enseñantes para las nuevas universidades. Sus miembros serían conocidos como «frailes».
Pues uno de los monasterios medievales más impresionantes de España se encuentra en un pequeño pueblo de la provincia de Segovia, en la localidad de Santa María la Real de Nieva. Se trata de un conjunto monumental de estilo gótico, construido a finales del siglo XIV y la primera mitad del siglo XV.
El monasterio de Santa María la Real de Nieva tiene su origen en la aparición de una imagen de María en un descampado del entonces municipio de Nieva, que probablemente había sido enterrada a la entrada de los árabes en Hispania, a la que se denominó Virgen de la Soterraña.
Por este motivo la reina Catalina de Lancáster mandó edificar una iglesia que acogiera la imagen de la Soterraña, contra la opinión del cura de Nieva que quería llevarla a su pueblo y de la nobleza de Segovia que optaba por trasladarla a la capital.
No obstante, la reina obtuvo dos bulas del papa, Clemente VII, despachadas en febrero de 1393 para que quedara libre de la jurisdicción del cura de Nieva el santuario de la aparición, concediendo el establecimiento de un prior y seis capellanes para el servicio necesario e indulgencias a los que visitaran la ermita ciertos días.
Todas las dependencias del monasterio están configuradas alrededor de su claustro y con acceso al mismo, a saber: en el ala este la sala capitular, un espacio actualmente destinado a exposiciones y en un segundo piso las habitación donde se aposentaba la reina en sus visitas a la villa y el salón de la reina, actualmente la biblioteca de la caja de ahorros.
En el ala sur, el salón de cortes, donde Enrique IV en el año 1473 reunió las cortes de Castilla, y seguido el refectorio, donde se realizaban las comidas de los frailes. Y en el ala oeste se situaba el lugar de alojamiento de los frailes y el noviciado de la orden. En un segundo nivel y por bajo del refectorio en el ala sur estaba la bodega donde se guardaban los cereales y demás comida y que les era donada para su sustento.
El 6 de diciembre de 1899 se produjo un incendio en el ala sur del monasterio que hizo que desaparecieran varias de sus antiguas dependencias, como eran un segundo claustro más pequeño, la biblioteca, otras estancias de los frailes, cuadras, corrales y una huerta, que no fueron reconstruidos y su terreno posteriormente fue enajenado quedando el monasterio con su configuración actual.
Probablemente la construcción del claustro del monasterio coincidiera con las obras de ampliación de la iglesia ya que las marcas de cantero que figuran en sus piedras coinciden con varias de las existentes en la ampliación de la iglesia. De planta casi cuadrada, está adosado a la iglesia en el ala sur, con la que se comunica por una puerta.
Sobre una pared de cantería de caliza no más alta de un metro se alzan 17 pilares de la misma piedra repartidos por toda la construcción y entre pilar y pilar grupos de columnas en haces de tres, cuatro o cinco arcos ojivales, en un total de 68.
En la esquina sur-oeste, no hay pared de base lo que permite que los fustes de su columnas lleguen al suelo y formen tres arcos a uno y otro lado, de manera que permite la entrada al jardín interior.
Toda la estructura por la parte interior al jardín queda sujeta con once contrafuertes y otro dos de menor de menor tamaño en la entrada. Las columnas tienen fustes asemejan dos cilindros unidos por un bisel en una sola pieza que soportan los capiteles labrados. En el cuerpo superior hoy desaparecido había un sobreclaustro, construido posteriormente en tiempos de los Reyes Católicos.
Temas de los capiteles
Lo más destacable del claustro son sus capiteles decorados con relieves por sus cuatro caras y que exhiben una visión general de la forma de vida de las gentes de la Edad Media. Los capiteles representan diversos motivos que en su mayoría pueden agruparse en los ámbitos: modos de vida, naturaleza, alegorías religiosas y criaturas míticas, temas bíblicos y heráldica. Las distintas temáticas se encuentran entremezcladas, salvo los capiteles dedicados al año agrícola que están seguidos, todos los demás temas están colocados de forma alterna; pudiendo mezclarse los motivos incluso en el mismo capitel, plasmando un tema por una cara y otro por la contraria, aunque la mayoría de los capiteles representan una misma temática en todas sus caras.
Iglesia
Del monasterio también destaca su iglesia, construcción cuya arquitectura corresponde a los cánones de estructura gótica de finales del siglo XIV y principios al XV. Se ha calificado su estilo de gótico arcaizante, ya que la influencia del románico continuó en Castilla hasta finales del siglo XIV.
El cuerpo principal de la iglesia consta de tres naves, siendo la central más ancha y alta que las laterales. Esta estructura coincide con la iglesia primitiva. Para su construcción se emplearon en su cimentación pilares de sillería de granito que soportaban anchas paredes de mampostería a base de pizarra, y en el interior cuatro parejas de grandes columnas de ladrillo. En el interior de la nave central se encuentra el lugar donde apareció la imagen.
Al cuerpo original se le añadió una nave con un crucero y un ábside con dos capillas laterales. Esta obra difiere de la anterior en la mejor calidad de los materiales empleados, granito y caliza de buena cantería, se han contabilizado 22 marcas de talleres distintos, lo que da una idea del número de obreros que trabajaron en ella. Una vez acabada la obra de los nuevos elementos se derribó la fachada este de la iglesia primitiva quedando todo integrado en un solo edificio.
En la nave central y en la parte posterior de la iglesia, en un segundo piso, se halla el coro en el que hay una hilera de bellas sillas de nogal labradas. El sotocoro tiene un artesonado madera de influencia mudéjar. Hay una pintura mural en el ala sur aparecida en la restauración del año 1997 de san Cristóbal con el niño Jesús a cuestas.
En 1920 dos de sus elementos fueron declarados monumentos nacionales, la portada de la iglesia y el claustro del monasterio. Desde que se cambió la denominación por la de bienes de interés cultural están catalogados como tales el monasterio y la portada de la iglesia.
Santa María La Real de Nieva
Situada en el centro de la Campiña Segoviana y siendo desde 1834 con la reorganización territorial una de las cinco cabezas de partido. Allí se alternan zonas de pastizal, campos de cereal, bosques de ribera, pinares y encinares, próximo a La Sierra.
Atravesado por los ríos Voltoya y Moros y los arroyos Balisa y Cercos, Santa María la Real de Nieva es un municipio cuya extensión no solo se centra en la Villa de Santa María la Real de Nieva, sino en sus trece núcleos urbanos: Aragoneses, Balisa, Hoyuelos, Jemenuño, Laguna Rodrigo, Miguel Ibañez, Ochando, Paradinas, Pascuales, Pinilla Ambroz, Santovenia, Tabladillo y Villoslada.
La fundación de Santa María data de 1395 en el reinado de Enrique III y Doña Catalina de Lancaster, aunque los acontecimientos que dan lugar a su fundación se inician en 1392 como consecuencia de la aparición de la Virgen María al pastor Pedro Amador con el encargo de desenterrar una talla que se hallaba “soterrada” en un pizarral cercano a Nieva, motivo por el que se le dio el nombre de “Soterraña”.
Las primeras construcciones se levantaron en función del culto: primero una pequeña ermita que pasó a ser una iglesia y paralelamente se fue formando un núcleo de población. Doña Catalina de Lancaster, esposa de Enrique III, al visitar el lugar, manifestó su deseo de fundar una villa exenta de la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia.
Así pues, doña Catalina con la autoridad que le había concedido el pleito y su resolución el 10 de agosto de 1395, resolvió al día siguiente de esta sentencia firmar el acta de fundación de la Villa de Santa María la Real de Nieva.
Esta Villa y sus pueblos anejos posee uno de los conjuntos histórico-artístico más completos de España, concretamente en la Villa de Santa María la Real de Nieva, encontramos un conjunto de relieves historiados en sus capiteles, franjas y arquivoltas que nos narran de una manera pormenorizada y de una forma detallada a toda la sociedad alto medieval española.
Atractivos monumentales
Además del monasterio, este pueblo segoviano, que se encuentra en pleno Camino de Santiago, cuenta con otros atractivos monumentales, ya que es el principal exponente del gótico en la provincia segoviana.
Plaza Mayor y Plaza de La Media Luna
Donde se ubican Iglesia y Monasterio. Parcialmente porticada, con edificios singulares del siglo XVIII y XIX. Y casa renacentista del Torreón.
Plaza de toros
La plaza de toros de Santa María la Real de Nieva es una de las más antiguas de España, fue inaugurada en 1848. Está situada al norte del pueblo, tiene un aforo para tres mil personas y el diámetro de su ruedo es de 50 metros. Está construida en mampostería de pizarra y hormigón.
Sala de exposiciones del Centro Cultural Municipal
En un lateral del claustro, se encuentra el acceso al Centro Cultural Municipal, que cuenta con varias estancias, y donde destaca la sala de exposiciones itinerantes, tanto colectivas como individuales y donde también se alberga las obras de diferentes artistas tanto locales como de fuera. Su entrada es siempre libre, según informa la web de la Diputación de Segovia.
✕
Accede a tu cuenta para comentar