La imponente cueva subterránea en la que reposan restos de combatientes de la Guerra de la Independencia

Castilla y León cuenta con multitud de zonas naturales de gran belleza y de gran valor medioambiental, innumerables rutas de senderismo y lugares también bajo tierra, cuevas subterráneas, que podrían incluirse entre las maravillas del mundo. Enclaves que han sido descubiertos por geólogos aventureros y que muchos de ellos, además, se encuentran en un buen estado de conservación y pueden visitarse. De hecho, algunos de ellos son los más visitados.

Entre estos lugares destaca uno que se encuentra en el Páramo de la Lora, en la parte nororiental de la provincia de Palencia, dentro del espacio protegido del Valle de Covalagua, cuyo nombre procede de la abundancia de cuevas y agua de su entorno, que se encuentra también dentro del espectacular Geoparque Mundial Unesco Las Loras.

Un espacio prodigioso, repleto de hayas, acebos, majuelos, algún tejo y otras variedades, que sirven de cobijo a diversas especies animales, y con una gran historia por detrás, por cuanto en esta cueva subterránea según cuenta la leyenda, existe un enterramiento natural de los soldados galos en la Guerra de la Independencia contra España, donde reposan los restos de los combatientes que cayeron en un enfrentamiento entre tropas regulares napoleónicas y un destacamento de húsares cántabros al mando del liberal Perlier ocurrido en el páramo de la Lora.

Nos estamos refiriendo a La cueva de los Franceses, ubicadas en Revilla de Pomar y descubiertas en el año 1904 por don Luciano Huidobro, sacerdote, catedrático y erudito local.

Actualmente, son las únicas cuevas visitables de la provincia de Palencia, y nacen como fruto de la acción del agua que a lo largo de los siglos ha diseñado una minuciosa tarea de esculpido, con espectaculares formaciones estalactíticas, además de estalactitas, mantos, columnas, gours, pozos o coladas en su interior que se pueden admirar a lo largo de 500 metros de recorrido, que va de este a oeste con una profundidad máxima de 21 metros, aunque el trayecto turístico es de 482 metros ya que no se puede entrar a dos grandes salas que se encuentran al final de la cavidad, formadas por el desprendimiento de grandes bloques.

Para acceder a la cueva hay que hacerlo a través de un moderno edificio llamado “La Roca” que alberga una exposición sobre la cueva y el entorno de la montaña palentina y, sirve de puerta de entrada hacia un paseo misterioso por el interior de la montaña.

Si bien, el acceso original se realizaba a través de un pozo o sima de seis metros de profundidad en medio de un páramo, hoy en día cerrado mediante una reja.

Pues esta cueva, que recibe más de 15.000 visitantes de media cada año, se encuentra cerrada en la actualidad debido a los trabajos de mejora y acondicionamiento que se están desarrollando y que se prolongarán durante los próximos cuatro meses.

De hecho, se va a llevar a cabo una profunda modernización que costará cerca de medio millón de euros, en la que se mejorará la iluminación, en concreto se cambiarán las luces actuales por monocolores blancas y frías para mejorar la eficiencia energética y evitar el deterioro de las formaciones naturales de la cueva. También se restaurará su hábitat natural y se instalarán sensores ambientales. Está prevista la instalación de un sistema eléctrico unificado y se implementará una red de sensores ambientales que permitirá monitorizar parámetros clave para su conservación y recuperación medioambiental.

Estas actuaciones buscan mitigar riesgos geológicos, reducir impactos ambientales y garantizar la preservación del entorno natural, mejorando la experiencia turística y protegiendo este patrimonio único de la provincia de Palencia.

Objetivo: preservar este recurso turístico adaptándolo a los estándares de sostenibilidad actuales, según han informado desde la Diputación de Palencia.

No es la primera reforma que se lleva a cabo en este lugar desde que en 1972 se iniciaron las primeras obras de acondicionamiento para su visita turística. Nueve años más tarde, en 1981, se llevaron a cabo nuevas labores de reacondicionamiento y rehabilitación de la cueva para corregir el deterioro existente en la época debido a las voladuras incontroladas realizadas en la misma o en el hipogeo a causa de la construcción del túnel artificial de acceso.

Por otro lado, cabe señalar que la Universidad de Burgos está realizando un estudio que incluye un análisis de lo compuestos químico y los datos magnéticos de las estalagmitas de la Cueva de los Franceses gracias a una beca de investigación convocada y cofinanciada por Galletas Gullón y la Asociación para la Reserva Geológica de Las Loras (ARGEOL) que tiene como objeto profundizar en el estudio del Geoparque Mundial de Las Loras. De hecho se prevé que este estudio pueda ayudar a entender mejor los cambios en el clima y en el campo magnético terrestre a lo largo del tiempo y ser útil en estudios de cambio climático y conservación ambiental.

El análisis, además, permitirá datar y monitorear las condiciones actuales de la cueva, como la temperatura y la humedad. Y se quiere que los hallazgos contribuyan a fortalecer la educación ambiental y promuevan actividades sostenibles en la región.

Una vez analizada toda la información, se obtendrán datos históricos sobre el clima y el campo magnético de la Tierra que ayudarán a entender mejor los patrones climáticos pasados y cómo el campo magnético terrestre ha cambiado con el tiempo, permitiendo obtener una valiosa información que resulta fundamental para investigaciones en cambio climático y conservación ambiental.

Conocer la Cueva de los Franceses, en las cercanías de Aguilar de Campoo y la Montaña Palentina, es adentrarse en un mundo mágico, desconocido y maravilloso que acerca al visitante a otro tiempo. En los alrededores, además, existen otros lugares sorprendentes que no hay que dejar de visitar, como por ejemplo el Mirador de Valcabado, un espectacular balcón natural sobre el Valle de Valderredible y la Reserva Geológica de las Loras.

También el menhir de Canto Hito, un monolito de piedra caliza de gran altura, el Pozo de los Lobos y la espectacular Surgencia de Covalagua, Espacio Natural Protegido. Lugares todos ellos que hay que conocer al menos una vez en la vida.