Cultura

Este es el castillo medieval mejor conservado de España

Es conocido como la "Fortaleza de los Reyes de Castilla"

Alcázar de Segovia
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El sabio refranero español siempre dice que "para gusto los colores", y está claro que cada uno tiene un monumento preferido. Pero cuando algo se puede ver a simple vista y está tan claro, el tema no tiene discusión. Así de claro está cual es el castillo medieval mejor conservado de España. Una prestigiosa "distinción" que ostenta la "Fortaleza de los Reyes de Castilla".

Muchos son los monumentos de estas características que existen en España. Y es que los ocho siglos que duró la Reconquista (711-1492) llevada a cabo por los reinos cristianos del norte para recuperar las tierras sometidas por los musulmanes mantuvieron la Península Ibérica en frecuente estado de guerra. Si se añaden a ello las tensiones internas entre la nobleza y la monarquía, frecuentes durante la Baja Edad Media y el Renacimiento, que derivan a veces en auténtica guerra civil, se comprende fácilmente el papel que jugaron los castillos y el por qué de su abundancia en España con cerca de 2500 fortificaciones siguiendo el concepto de castillo, sin incluir torres, ciudadelas, fortificaciones u otro tipo de elementos de defensa, según señala Wikipedia.

Muchas son las fortalezas de estas características que existen en nuestro país, pero hay un territorio, Castilla y León, como bien indica su nombre, que esconde pedazos de historia en los rincones más inesperados. Más allá de sus capitales más conocidas, plantan cara a la despoblación rural numerosos pueblos que, pese a su tamaño, acogen monumentos tan imponentes como castillos y fortalezas, testigos silenciosos del paso del tiempo.

Un total de 497 monumentos de estas características existen en la Comunidad, y muchos de ellos, además de convertirse en los emblemas turísticos de la Región, incluso algunos de ellos han servido para que Hollywood haya puesto sus ojos en ellos para rodar alguno de sus clásicos.

Alcázar de Segovia

Son muchas las fortalezas que destacan por su espectacularidad, pero la mejor conservada de España no es otra que la segoviana del Alcázar de Segovia. Un palacio-castillo que todo indica que existiese ya en tiempos de la dominación romana, pues se han encontrado sillares de granito análogos a los del Acueducto.

Hacia 1120, sobre el extremo occidental de la roca en que se asienta la ciudad, se edificó un barrio al servicio de los canónigos de la catedral de Santa María, conocido como “las Canonjías”. En el acta de donación de los terrenos por el Concejo al Obispo es donde se menciona, por primera vez, a esta fortaleza, más exactamente al “vallum oppidi”, o empalizada, que defendía a la ciudad por el lado oriental.

Pocos años después, entre 1124 y 1139, se registran en la documentación las palabras “castillo de Segovia” y “Alcaçar”, término éste que alude a su condición de fortaleza y residencia regia y que llegará hasta nuestros días.

Por sus estancias han pasado veintidós reyes, además de algunos de los personajes más destacados de la historia. Su imponente perfil se levanta, majestuoso, sobre el valle del Eresma y es símbolo de la Ciudad vieja de Segovia, declarada Patrimonio Mundial de la Unesco en 1985.

Palacio y fortaleza de los Reyes de Castilla, su traza refleja el esplendor de la corte durante el medievo, y sus muros han sido testigos de batallas, intrigas palaciegas, bodas reales y sucesos asombrosos. En su milenaria existencia, el Alcázar ha sido castro romano, fortaleza medieval, palacio real, custodio del tesoro real, prisión de estado, Real Colegio de Artillería y Archivo General Militar.

Fue la primera residencia de los Reyes castellanos ya que al menos desde 1135, dos siglos antes que el palacio de Tordesillas o el Alcázar de Sevilla, la familia real de Castilla tenía aposentos en el Alcázar conocidos como el «Palacio Mayor».

En su milenaria existencia, el Alcázar ha sido castro romano, fortaleza medieval, palacio real, custodio del tesoro real, prisión de estado, Real Colegio de Artillería y Archivo General Militar. Ha sido testigo de numerosos eventos históricos cruciales. Entre estos se incluyen la firma de la Concordia de Segovia, que estableció las bases para la formación de la nación española. Isabel la Católica, una de las monarcas más influyentes de la historia, salió del Alcázar de Segovia para ser proclamada reina de Castilla. Además, el Alcázar fue el escenario de la última reunión entre Cristóbal Colón y el rey Fernando el Católico antes de que el descubridor falleciera en 1506 en Valladolid.

El Alcázar también fue el lugar de la boda de Felipe II con Ana de Austria. Este evento reforzó la alianza entre la Casa de Habsburgo y la Monarquía Hispánica. En el siglo XVIII, el Alcázar de Segovia acogió el primer vuelo con fines militares que marcó el comienzo de la era de la aviación militar, que ha tenido un impacto significativo en la guerra y la defensa desde entonces. Finalmente, el Alcázar de Segovia fue el lugar donde Louis Proust formuló la Ley de las proporciones definidas, que es fundamental para la química moderna.

Uno de los más momentos más complicados que vivió esta fortaleza fue el incendio de 1862, cuando un tremendo fuego destruyó las suntuosas techumbres de las salas nobles, que pudieron ser reconstruidas fielmente con posterioridad, gracias a la existencia de grabados realizados por José María Avrial y Flores en 1839.

En 1898 se instaló en la primera planta del edificio el Archivo General Militar, que actualmente continúa en el Alcázar. En 1931 fue declarado monumento histórico artístico.

El Alcázar también fue utilizado como prisión durante la Segunda República, cuando el gobierno republicano encarceló allí al general Berenguer en 1931 a causa de su intervención durante los últimos meses de la Monarquía del Alfonso XIII.

Además Orson Welles lo utilizó en "Campanadas a medianoche", y su contorno esbelto y elegante fue una de las inspiraciones que usó Walt Disney para su castillo de ''Blancanieves y los siete enanitos'' película de 1937.

Actualmente, el Alcázar de Segovia es considerado uno de los castillos más espectaculares del mundo. Su arquitectura única, su ubicación estratégica y su rica historia lo hacen verdaderamente inolvidable. Su gestión es un ejemplo único en materia de difusión y conservación del patrimonio histórico y artístico, con la ventaja de que las visitas generan los ingresos suficientes como para garantizar el mantenimiento, la seguridad y la salvaguarda de un legado histórico que impresiona.

Estructura

El Alcázar de Segovia consta de un gran perímetro de 728 metros que se adapta perfectamente a la compleja orografía del peñasco rocoso sobre el que se asienta. Se accede salvando el foso de 26 metros de altura a través de un puente de piedra realizado en época de Felipe II y que sustituiría al antiguo puente levadizo de madera.

La fortaleza segoviana se sitúa alrededor de dos patios: el Patio de Armas y el Patio del Reloj. En los extremos del complejo se hallan dos torres: la Torre de Juan II, en la zona de acceso, y la Torre del Homenaje, en la zona más exterior del promontorio.

La Torre de Juan II se encuentra junto al foso y la entrada. Fue construida entre 1440 y 1465 y es considerada un gran ejemplo de la arquitectura gótico-civil española. Se asienta sobre una torre anterior del siglo XIII de la que se conserva un ventanal mudéjar de influencia almohade. Consta de 80 metros de altura y se divide en tres pisos gracias a tres líneas de impostas. La torre está decorada exteriormente con motivos circulares esgrafiados.

El Patio de Armas del Alcázar de Segovia también se construyó en el siglo XIII, aunque el patio actual corresponde al siglo XVI, de estilo herreriano. Consta de una planta irregular y porticada en tres de sus cuatro lados. El primer piso del patio está sustentado por arcadas y el segundo es adintelado.

Desde una de las puertas de este patio se accede a la Sala de Ajimeces o antigua Sala del Palacio Viejo. Esta sala fue un encargo del rey Alfonso VIII, y fue denominada “de los Ajimeces” por los antiguos ventanales románicos geminados que se conservan.

La siguiente estancia es la Sala de la Chimenea, denominada así por ser la chimenea el elemento principal de la sala. A través de un arco profusamente decorado accedemos al Salón del Trono, que recrea el aspecto que debía tener en época de los Reyes Católicos. La sala se cubre con una cúpula octogonal mudéjar del siglo XV, muy parecida a la que se perdió en el incendio del siglo XIX, pues ambas fueron realizadas por el mismo artista, Xadel Alcalde.

Tras una puerta de arco gótico aparece la Sala de la Galera o de los Embajadores, cubierta con un artesonado en forma de barco invertido. Fue mandada construir por la madre de Juan II: Catalina de Lancaster.

Anexa a la habitación anterior se encuentra la Sala de las Piñas, denominada así por las piñas que aparecen representadas en el artesonado. Destaca el friso inferior realizado en yeso dentro del estilo gótico-mudéjar. Seguidamente se accede a la Alcoba del Rey, sala donde se simula la habitación real, compuesta por una cama de madera de nogal bajo un dosel rojo.

Una de las dependencias más interesantes de esta zona es la Sala de los Reyes, iniciada en tiempos de Alfonso X y finalizada en 1596.

A continuación se encuentra la Sala del Cordón, cuyo nombre se debe al cordón franciscano que Alfonso X mandó colocar. Al lado aparece el Tocador de la Reina, una pequeña sala cubierta con un artesonado renacentista.

El Patio del Reloj recibe este nombre por el reloj de sol que puede verse en una de sus paredes. Este patio da acceso a la Torre del Homenaje que se encuentra en la zona más occidental. Se inició en el siglo XIII y fue remodelada posteriormente por Felipe II.

En su interior, una de las salas de esta torre se ha destinado a Sala de Armas o Armería, donde se muestran armas y armaduras de diferentes épocas. A los pies de la torre se sitúa el Patio del Pozo.

El Museo de Historia del Real Colegio de Artillería se encuentra en uno de los lados del Patio de Armas, extendiéndose por la zona sur. Muestra de los años en los que el Alcázar sirvió como Colegio de Artillería.