El mejor cementerio de España
Los camposantos de Almagro, Talavera de la Reina y Valdepeñas aspiran a ser los ganadores del concurso que organiza Funespaña
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“La noche de los finados corren los muertos por los tejados”. Son muchos los dichos, tradiciones y costumbres que envuelven nuestros pueblos cuando llega noviembre. Un mes que la Iglesia consagra a los Fieles Difuntos y que, pese a Halloween, conserva un acervo cultural extensísimo por toda nuestra geografía.
Desde las ánimas de Fernández Flórez en El bosque encantado, la Santa Compaña en la Galicia mítica de Cela, Rosalía o Valle Inclán, pasando por Maese Pérez el Organista de Bécquer y todas sus románticas leyendas, hasta llegar al mismo Don Juan Tenorio de Zorrilla, la literatura española es una muestra exorbitante del poder y atracción que los muertos ejercen hacia el hombre.
Por no hablar del polvo enamorado de Quevedo o el día de Difuntos en que Larra convino que el cementerio de Madrid estaba fuera y no dentro de las murallas que delimitaban el camposanto. Toda una magia, disposición y respeto que envuelve lo telúrico e inefable, pero que el hombre sabe que debe hacer frente a lo largo de su existencia. “La muerte está tan segura que te da toda una vida de ventaja”, asegura Roberto Aguado, psicólogo talaverano especialista en terapia limitada.
Y es que la muerte se presenta en los seres cercanos cuando menos se la espera. Luis Carandell escribió un sensacional libro que tituló “Tus amigos no te olvidan”. Se trata de un delicioso repaso por algunos de los mejores epitafios y cementerios que encontró en su paso por la vida. Desde la niña que murió a los tres años y quedó dicho y fijado en su epitafio “Ernestina, qué pronto empezaste a darnos disgustos” al señor orondo cuyo retrato apenas cabía en la fotografía al pie de la tumba y bajo cuyo rostro podía leerse “voló al cielo”. El obituario y el epitafio siempre son un género literario.
Igual que el arte tumulario, que deja muestras fabulosas en muchos camposantos de España. Precisamente por eso, una de las principales empresas funerarias de nuestro país ha organizado el VIII Concurso de Cementerios. Funespaña ha propuesto a los lectores de la revista digital "Adiós Cultural" la votación en diferentes categorías para encontrar los mejores lugares de reposo y descanso de nuestros finados.
Entre los finalistas, se encuentran tres cementerios de Castilla-La Mancha: Almagro, Talavera de la Reina y Valdepeñas. Existen diversas categorías como “mejor cementerio, “mejor iniciativa medioambiental”, “mejor monumento” y “cementerio con mayor actividad pública”. Cada uno de ellos tiene su encanto y particularidad.
Uno de los que más llama la atención es el de Valdepeñas, donde el ayuntamiento hace ya años que dispuso una app que ayuda a los usuarios a encontrar las tumbas de sus difuntos. Con poner el nombre del finado en el móvil, de manera directa sale la ubicación, calle y número de sepultura donde se encuentra el ser querido. Después muchos otros ayuntamientos siguieron su senda. Nunca tuvieron las almas mejor aliado que el 4G para buscarlas entre el éter y el suelo.
Otra iniciativa curiosa, medioambiental, puesta en marcha en el ayuntamiento de Valdepeñas es la de las colonias controladas de gatos. Y es que la ubicación a las afueras de la mayoría de los cementerios, los vuelven ideales para este tipo de iniciativas que han de hacerse, en todo caso, con la ayuda, cuidado y asesoramiento de especialistas. Los miembros de la colonia se encuentran esterilizados y existe prohibición de dejar animales abandonados que pudieran alterar o cambiar el trabajo realizado hasta el momento.
Los gatos eran considerados ya desde los egipcios guardianes sagrados del otro mundo, de la ultratumba. De ahí su mito y su leyenda, también en torno a las siete vidas que atesoran y los hacen animales mágicos. Borges escribió aquello de “Dios creó al gato para darle al hombre la oportunidad de acariciar al tigre”.
“Los muertos que vos matáis gozan de buena salud”… Esta frase que unos atribuyen a Zorrilla, otros a Tirso y otros a Ruiz de Alarcón bien podría resumir el gusto por la pompa funeraria cuando estos días llegan. Muchas localidades realizan representaciones del Tenorio y vistas guiadas a los cementerios, donde pueden apreciarse mausoleos de auténtica belleza deslumbrante.
Mientras llega el descanso eterno, se abre la posibilidad de un paseo calmo, tranquilo y sosegado por alguno de los mejores cementerios de nuestras ciudades. En la lista de Funespaña, por el momento, el que encabeza la votación es el de Almagro, la bellísima localidad encajera de Ciudad Real. Después de su recorrido, el carpe diem horaciano está más presente que nunca. Y es que… No somos nadie.