
Cambio climático
Alerta en el Mediterráneo: Baleares podría perder la mitad de sus playas en menos de cinco años
Según el investigador Gabriel Jordà, los efectos del cambio climático, combinados con la acción humana, están acelerando un proceso que podría dejar al archipiélago sin gran parte de su costa

El futuro de las playas de Baleares está en riesgo y, como es de esperarse, se debe al cambio climático y a hábitos humanos. Investigaciones recientes advierten que el calentamiento global, junto con el deterioro de la posidonia oceánica, podría provocar la desaparición de hasta el 50% de la superficie de las playas antes de que termine el siglo. En un escenario aún más alarmante, las tormentas y el aumento del nivel del mar podrían acelerar este proceso, dejando a las islas sin gran parte de su costa en apenas unas décadas.
El investigador Gabriel Jordà, del Instituto Español de Oceanografía y la Universitat de les Illes Balears (UIB), ha puesto en contexto esta realidad preocupante. Según sus estudios, el nivel del mar en Baleares ha aumentado en promedio 9 centímetros desde 1993, en congruencia con lo registrado en el Mediterráneo occidental. Sin embargo, este fenómeno no solo implica una progresiva erosión de las playas, sino que también intensifica el impacto de las tormentas.
El nivel del mar en ascenso y la amenaza de las tormentas
La posidonia oceánica es una planta marina endémica del mar Mediterráneo, fundamental para la salud del ecosistema costero. A diferencia de las algas, la posidonia tiene raíces, tallos y hojas, y forma extensas praderas submarinas que se encargan de la protección de las costas, la biodiversidad y la calidad del agua.
Una es cierta, la mortalidad creciente de la posidonia oceánica, la capacidad de amortiguación de las olas disminuirá drásticamente, de acuerdo con lo comentado por Jordà. Esto significa que los temporales extremos, como el de Gloria en 2020, podrían volverse eventos habituales en los próximos años, afectando con mayor fuerza a las infraestructuras costeras y a la actividad turística, pilar fundamental de la economía balear.
Si la degradación de la posidonia continúa, el nivel extremo del mar en Baleares podría aumentar hasta 80 centímetros, un cambio que duplicaría la magnitud de las tormentas sobre la costa. Esto, sumado al ascenso generalizado del nivel del mar, dejaría en una situación crítica a muchas de las playas más emblemáticas del archipiélago.
Las praderas de posidonia frenan la erosión y estabilizan los fondos marinos pero también sirven de refugio para numerosas especies. El calentamiento del agua es una de sus principales amenazas. En los últimos 40 años, la temperatura del mar en Baleares ha aumentado 1,6 °C, acercándose al límite de tolerancia de la posidonia, que empieza a sufrir graves daños cuando el agua supera los 28 °C de forma continuada.
Pero el cambio climático no es el único enemigo. La acción humana también está acelerando la desaparición de esta planta. Las anclas de embarcaciones de recreo, la contaminación y la degradación de la calidad del agua han reducido drásticamente la extensión de las praderas de posidonia en algunas zonas. En 2009, el 91,7% de las aguas de Baleares eran calificadas como “muy buenas”. Para 2021, ese porcentaje había caído al 60%, mientras que un 10% de las masas de agua ya se consideran de calidad “moderada”
¿Qué pasará con las playas de Baleares?
Si no se toman medidas urgentes, la proyección de los científicos es clara: el 50% de la superficie de las playas baleares podría desaparecer de forma irreversible para finales de siglo. En periodos de tormenta, la cifra podría elevarse hasta el 80%. Pero el problema es aún más grave: si la posidonia desaparece antes de tiempo, este proceso podría adelantarse décadas, afectando severamente a la principal fuente de ingresos de las islas, el turismo.
Para el año 2040, se estima que el mar Mediterráneo habrá subido entre 10 y 15 centímetros más, lo que podría reducir entre cinco y diez metros la superficie de muchas playas de Baleares. Gabriel Jordà ha descartado la replantación masiva de posidonia como una solución viable, señalando que los intentos previos han tenido resultados poco efectivos. En este sentido, la estrategia más eficaz sería la conservación de las praderas ya existentes.
El reto del consenso social y político
El futuro de Baleares está en juego, y la respuesta ante esta crisis climática requiere un esfuerzo conjunto. La Comisión de Ordenación Territorial, Vivienda, Movilidad, Mar y Ciclo del Agua sigue analizando los informes científicos y debatiendo la futura Ley Balear del Litoral, con el objetivo de generar políticas de adaptación que permitan mitigar el impacto del cambio climático en las islas.
Jordà advierte que el tiempo se agota. Si no se actúa con rapidez, la pérdida de las playas y la alteración del ecosistema marino serán irreversibles, afectando no solo a la naturaleza, sino también a la economía y al modo de vida de quienes habitan Baleares.
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