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Turismo
La impresionante cascada de este pueblo de Aragón que recuerda a Islandia
Con 100 metros de altura y rodeada de montañas, este salto de agua se ha convertido en un destino imprescindible para los amantes de la naturaleza
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En lo más profundo del Pirineo aragonés, en un lugar donde la naturaleza aún conserva su esencia más salvaje, se encuentra un pueblo que esconde una de las cascadas más impresionantes de España. Un salto de agua rodeado de montañas y bosques, que muchos comparan con los paisajes de Islandia por su paisaje invernal y montañoso. Este pueblo encanta a quienes lo visitan y es, sin duda, en un destino imprescindible para los amantes del turismo rural y la aventura.
Se trata de Broto, un pequeño pueblo en la comarca de Sobrarbe que funciona como punto de partida ideal para explorar la cascada de Sorrosal, una maravilla natural de 100 metros de altura que se desploma con fuerza sobre un barranco de roca caliza. A lo largo de los años, el agua ha ido esculpiendo un cañón. En primavera, el deshielo incrementa su caudal y se oye a kilómetros, mientras que en invierno, cuando las temperaturas bajan, los carámbanos de hielo le dan un aspecto de de castillo de hielo.
¿Cómo llegar a la cascada de Sorrosal?
Una de las mejores maneras de descubrir la cascada es a través de una sencilla ruta de senderismo que parte desde el propio pueblo y conduce hasta la base del salto de agua. Con una distancia de apenas dos kilómetros, el camino está bien señalizado y es apto para todo tipo de excursionistas. Durante el recorrido, los caminantes pueden disfrutar de la vegetación autóctona y las formaciones rocosas.
Al llegar al final del sendero está la cascada de Sorrosal. Su altura y el estruendo del agua al chocar contra las rocas hacen que sea imposible no quedarse aunque sea unos minutos para contemplar su magnitud. Además, la bruma, que se genera por el impacto del agua, crea un ambiente misterioso, fresco y envolvente, especialmente agradable en los meses más cálidos del año.
Para aquellos que buscan algo más que una caminata, la cascada de Sorrosal ofrece la posibilidad de vivir una experiencia de la vía ferrata. Se trata de un recorrido vertical que permite escalar la pared de roca que flanquea la cascada, utilizando un sistema de cables, peldaños metálicos y puentes suspendidos que garantizan la seguridad de los participantes.
Esta actividad es apta tanto para principiantes como para escaladores más experimentados y permite disfrutar de una perspectiva completamente diferente de la cascada y del cañón que la rodea.
¿Qué hacer en Broto?
Aunque la cascada de Sorrosal es el principal atractivo, el pueblo en sí mismo merece una visita pausada. Como un típico pueblo aragonés, cuenta con calles empedradas, casas de piedra y tejados de pizarra. Además, cuenta con una historia que se refleja en su iglesia medieval y en las antiguas edificaciones que aún se conservan.
Los visitantes también pueden aprovechar su estancia para probar la gastronomía local, basada en productos autóctonos como la ternera del Pirineo, los quesos artesanos y los platos tradicionales de montaña. No hay mejor forma de terminar el día que degustando una buena comida en uno de los acogedores restaurantes del pueblo, con vistas a las montañas que rodean la zona.
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