
Insectos
El ciempiés gigante capaz de comer pájaros que se encuentra en España
Este artrópodo lleno de patas se encuentra repartido por toda la Península Ibérica, y tiene un apetito voraz

Una de las fobias más comunes entre las personas es el terror hacia los insectos, también conocido como 'entomofobia'. Con sus cuerpos recubiertos por un exoesqueleto duro y con formas tan extravagantes que parecen sacados de una historia de ciencia ficción, los 'bichos' despiertan pesadillas en cualquiera. Hoy hablaremos de una de las criaturas más temidas en nuestro país, y que habita por toda la Península Ibérica.
Si las avispas causan pavor con sus media docena patas, y las arañas aún más con sus cuatro pares, sin duda alguna que los miriápodos, con tantas extremidades que no dan para contarlas con los dedos de las manos ni lo pies, pueden resultar espantosos. Sacrificando el tamaño por la cantidad, cierta clase de artrópodos se desplazan ayudándose por miles de piernas en miniatura, serpenteando.
El ciempiés gigante capaz de comer pájaros que se encuentra en España
No hace falta viajar a la selva amazónica ni a los remotos manglares del sudeste asiático para toparse con algunos de los insectos que más miedo infunden del planeta Tierra. De hecho, si siquiera hace falta moverse de nuestro país, pues dentro de España tenemos cierta fauna verdaderamente espeluznante. Una de las criaturas más temidas es la 'escolopendra mediterránea' (Scolopendra cingulata).
Se trata del miriápodo de mayor tamaño en la Península Ibérica y una de las especies de ciempiés más impresionantes de Europa. También se encuentra en las Islas Baleares y el norte de África, ya que prefiere zonas cálidas y secas, por lo que abunda en regiones mediterráneas. Es más común tanto en Andalucía, como en Extremadura, Comunidad Valenciana o Castilla-La Mancha, aunque también se puede ver en regiones más húmedas.

Este miriápodo puede alcanzar incluso los 15 centímetros de longitud y cuenta con entre 21 y 23 pares de patas: no es un 'ciempiés', en el sentido más estricto de la palabra. Tiene el cuerpo amarillo-verdoso o marrón, con bandas oscuras transversales, lo que le da un aspecto característico y aterrador. Además, su punto más peligroso es su cabeza, donde se encuentran sus poderosas mandíbulas y unos grandes colmillos ('forcípulas') con los que inyecta veneno.
La Scolopendra cingulata es un carnívoro muy voraz y un depredador nocturno. Entre su dieta se incluyen insectos (cucarachas, grillos, polillas, etc.), arañas y escorpiones pequeños, lagartijas, pequeños anfibios. Se ha llegado a documentar incluso cómo son capaces de cazar a otras escolopendras más pequeñas y hasta pájaros como gorriones o mirlos.
Gracias a sus antenas ultrasensibles, puede detectar el más mínimo movimiento en la oscuridad. Y en caso de no encontrar presas, se ha demostrado cómo puede vivir sin alimento durante meses, gracias a su metabolismo extremadamente eficiente. Además, tienen una capacidad regenerativa impresionante: si pierde una pata, en la siguiente muda ya le vuelve a crecer.
¿Es peligrosa para el ser humano?
El método de caza de la 'escolopendra mediterránea consiste en sujetar a la presa con sus fuertes patas delanteras para después inyectarle veneno con sus forcípulas, que contienen toxinas neurotóxicas. Cuando la víctima ha quedado inmovilizada, utiliza sus poderosas mandíbulas para despedazarla y devorarla, muchas veces aún con vida.
Aunque la picadura de este animal no es letal para los humanos, sí que resulta extremadamente dolorosa, y puede causar muchos efectos secundarios como hinchazón y enrojecimiento o sensación de quemazón en la zona afectada. En algunos casos raros, han llegado a provocar reacciones alérgicas severas (anafilaxia) en personas especialmente sensibles.
Para evitar una picadura de escolopendra, se suele recomendar no meter las manos bajo piedras o troncos sin guantes, sacudirse bien la ropa y zapatos antes de ponérselos y evitar vitar caminar descalzo por zonas donde puedan esconderse. Ante una mordedura de este miriápodo, se deben seguir ciertos protocolos de seguridad:
- Lavar la zona con agua y jabón.
- Aplicar frío para reducir la inflamación.
- Usar antihistamínicos o analgésicos si el dolor es intenso.
- Acudir a un médico si hay síntomas graves.
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