
Polémica
La lucha por el poder político en Carboneras posterga el derribo del Algarrobico
La Junta traslada "máxima colaboración" para "cumplir las sentencias" tras el tercer cambio del Gobierno local

“Aquí hemos tenido un gran problema, que el único concejal de Ciudadanos quería ser alcalde a toda costa”, lamentó Felipe Cayuela, concejal no adscrito del Ayuntamiento de Carboneras y candidato más votado en los últimos comicios, antes de ser expulsado del Partido Popular tras perder la alcaldía y por no cumplir con la disciplina de voto.
Ciertamente, tras un resultado electoral que ofrecía empate a seis concejales entre PSOE y Partido Popular, el edil Salvador Hernández determinó el cambio de gobierno municipal hacia el PP, si bien fue cesado a los siete meses porque “quería hacer cosas que no se pueden hacer y que no puedo revelar aquí, porque es competencia de los juzgados”, manifestó Cayuela, definiendo al actual regidor carbonero como “el mayor amigo de lo tramposo y lo corrupto”. “Una manzana podrida, que solo buscaba mi renuncia porque en cada partido hay personajes que tienen intereses, negocios con un mismo consultor y eso no puede ser”, rechazó el exregidor, criticando “intereses ocultos” contrarios a que “no quisiera vender los terrenos industriales propiedad del Ayuntamiento”.
“Esto de ser juez y parte en el asunto del plan de reindustrialización y transición justa de Carboneras es inadmisible”, censuró Cayuela, asegurando que la “gobernabilidad no está asegurada, porque las matemáticas no engañan y el alcalde sigue en minoría”. “Me da pena porque no se ha gestionado nada en el último año, no hay secretario y nadie quiere venir al Ayuntamiento por la imagen que tiene Carboneras”, precisó el edil del grupo mixto, mostrando su “compromiso con la transparencia y la legalidad, vulnerada la democracia con el mandato del menos votado”. También refiriéndose a la oportunidad de que “los partidos piensen en eliminar de una vez los conflictos de intereses que condicionan y alteran el servicio público”.
Sin embargo, el secretario provincial del PP en Almería y consejero de Agricultura de la Junta de Andalucía, Ramón Fernández Pacheco, aseguró después del cambio de postura de cinco concejales populares en Carboneras, apoyando al promotor de la moción de censura que los desalojara del poder, que “la situación en el Ayuntamiento viene siendo rocambolesca desde el inicio del mandato, la inestabilidad se había adueñado y no podíamos permitirlo”. “Los concejales del PP demuestran que Carboneras está por delante del partido, de su interés, orgullo y ego”, consideró Pacheco, apuntando “un gesto de generosidad” de los ediles, “para permitir la gobernabilidad” y ante “proyectos muy importantes que marcarán un antes y un después en Carboneras”.
Un contexto de inestabilidad política que parece dejar fuera de interés el cumplimiento de sentencias pendientes para la demolición del Algarrobico. En este sentido, la consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Catalina García, trasladó esta semana su “máxima colaboración” con la corporación para aunar esfuerzos y permitir que, “en breve plazo pueda tumbarse el edificio ilegal”. De esta forma, García recordó que “el Ayuntamiento de Carboneras tiene que cumplir las sentencias que son, ya no firmes, son lo siguiente”, aludiendo a los últimos requerimientos del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) para que el Consistorio justificara que había clasificado los terrenos como no urbanizables. Además, la titular de Medio Ambiente manifestó su compromiso con la destrucción del hotel a través de un protocolo suscrito con el Ejecutivo Central para demolerlo y rehabilitar un paraje que precisa la “renaturalización de esa zona”. "Uniremos esfuerzos para que sea una realidad lo antes posible y recuperar ese lugar", aseguró Catalina García, sin que el de momento el alcalde carbonero, Salvador Hernández, se haya pronunciado al respecto.
“El claro compromiso del gobierno municipal es trabajar con eficacia, transparencia y cercanía, para mejorar la vida de los vecinos”, declaró el regidor tras el tercer cambio en su equipo municipal, "preparado para enfrentar los retos de Carboneras y aprovechar las oportunidades que tenemos por delante". De hecho, Salvador Hernández apuntó como objetivo principal el “especial énfasis en áreas estratégicas como la transición justa, la sostenibilidad, la igualdad, la innovación y el fortalecimiento de los servicios públicos”. Ninguna mención en ese comunicado al Algarrobico, ni tampoco a la voluntad de cerrar cuanto antes uno de los capítulos más oscuros de una localidad que ha protagonizado en los últimos años condenas e inhabilitaciones de sus gestores por compra de votos y enchufismo, entre otras cuestiones.
Así, el TSJA dispuso hace apenas un mes que se remitiera un oficio dirigido "personalmente" al alcalde de Carboneras para que diera una "pronta" respuesta a las peticiones y aclaraciones efectuadas sobre la declaración como suelo no urbanizable del paraje de El Algarrobico, donde se ubica el hotel de Azata y tras las dos peticiones efectuadas el 23 de julio y el 4 de octubre. El Ayuntamiento alegó entonces que la ausencia temporal de secretaria municipal le impedía atender sus peticiones por el momento, llegando a solicitar el regidor la suspensión de los plazos estimados.
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