Agricultura

El Bajo Guadalquivir, tan dañado como los campos de Valencia tras la Dana: 10.000 has están bajo agua

COAG presentará a los ayuntamientos de Lebrija, Las Cabezas, Utrera y Los Palacios mociones de apoyo a los agricultores afectados por las inundaciones para que reciban ayudas urgentes

El Bajo Guadalquivir, tan dañado como los campos de Valencia tras la Dana
El Bajo Guadalquivir, tan dañado como los campos de Valencia tras la DanaCOAG

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos -COAG- de Sevilla afirma que la situación del Bajo Guadalquivir es dramática tras las inundaciones provocadas por el tren de borrascas de marzo.

Y es que la comarca agrícola del Bajo Guadalquivir, una de las más importantes de Andalucía, atraviesa una situación muy dura tras varios años de sequía que han reducido drásticamente la producción agrícola debido a la falta de agua y las restricciones de riego. Y ahora, cuando los agricultores esperaban una leve mejoría, las recientes borrascas han dejado bajo el agua unas 10.000 hectáreas de cultivos y tierras, agravando aún más la crisis en el sector.

Las lluvias torrenciales han afectado especialmente a los cultivos hortícolas como la alcachofa, el brócoli y la zanahoria, entre otros. En el caso del sector B12 de Lebrija, aunque las bombas han funcionado correctamente, los agricultores no han podido acceder a sus parcelas para la recolección de los hortícolas, lo que ha favorecido la proliferación de enfermedades en las plantas. Asimismo, en esta zona del Bajo Guadalquivir se dan ya por perdida la quinoa, los guisantes, y lo que quedaba de espinacas, mientras que cientos de hectáreas de brásicas están con enfermedades radiculares y del fruto, por culpa de la asfixia del agua.

También se han visto afectados en la zona de Lebrija los trigos y avenas, que están amarillos, además de producirse podredumbre en semillas de maíz dulce, garbanzos o girasol. Las arboledas, por su parte, también están soportando acumulo de agua. En total, se estiman -de momento- graves daños en 5.000 has en la zona de Lebrija.

La situación es también muy grave en la zona de las marismas de Los Palacios, donde los campos de maíz dulce, remolacha y quinoa (entre otros) llevan más de tres semanas completamente inundados.

Además, las parcelas que estaban preparadas para la siembra de tomate de industria y pimientos se enfrentan ahora a un retraso considerable, sin certeza de si podrán ser plantadas. Otras parcelas, abonadas para el cultivo de algodón y otras producciones tradicionales, han perdido ya toda la inversión realizada.

Los agricultores del Bajo Guadalquivir están contra las cuerdas, ya que esta crisis golpea directamente su sustento. Primero la sequía, ahora las inundaciones: las pérdidas económicas se hacen sentir en las rentas familiares y ponen en peligro la viabilidad del sector agrario en la región.

Causas de las inundaciones y exigencias al Gobierno

Si bien las lluvias han sido intensas, parte de la inundación proviene del desbordamiento de cauces y arroyos que no han sido adecuadamente mantenidos. En algunas zonas, como en la autopista AP4 Sevila-Cádiz, los daños se han agravado debido a la rotura de muros de contención. Es decir, no toda el agua ha caído del cielo: la falta de mantenimiento en la infraestructura hidráulica ha contribuido significativamente al desastre.

Ante esta situación, es prioritario ahora delimitar con precisión la zona afectada, que en un primer análisis se estima en 15.000 hectáreas aproximadamente. Los agricultores están elaborando informes detallados sobre los gastos y cultivos arruinados, con la esperanza de que las administraciones asuman su responsabilidad y se actúe como en el caso de la DANA en Valencia, donde se habilitaron ayudas para los afectados.

Desde COAG, se van presentar en breve mociones en todos los ayuntamientos y pedanías, zonas damnificadas: Lebrija, Las Cabezas, Utrera y Los Palacios, para que sean remitidas a la Subdelegación del Gobierno y a la Diputación de Sevilla, exigiendo medidas urgentes para paliar esta grave crisis. Los agricultores del Bajo Guadalquivir no pueden esperar más. Es el momento de actuar.