
Entrevista
«Me despierto cada día pensando que tengo 1.440 minutos para ser feliz»
Gustavo Zerbino, superviviente del accidente aéreo de los Andes ocurrido en 1972: "Estamos todo el día buscando motivos para quejarnos, pero hay que aprovechar cada segundo"

Gustavo Zerbino es un superviviente del accidente aéreo de los Andes ocurrido en 1972 en Uruguay. Tenía entonces 19 años y era parte del equipo de rugby Old Christians Club cuando el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya se estrelló en la cordillera. Tras 71 días de lucha por sobrevivir, Zerbino fue uno de los últimos en ser rescatado. Su experiencia ha sido un testimonio de resiliencia, trabajo en equipo y la fuerza del espíritu humano frente a la adversidad. Ahora, es un líder inspirador que comparte su historia en conferencias por todo el mundo. El pasado viernes protagonizó una conferencia en Málaga y el día 20 hará lo propio en Sevilla de la mano de Mentes Expertas.
¿Qué reminiscencia guarda del accidente de 1972?
Es difícil, por no decir imposible, olvidar algo así. Ahora mismo estoy en mi casa en Uruguay, y tengo un altar en el que invoco cada día a mis amigos y compañeros que quedaron en el camino, allá en la montaña. Todos los días los tengo presente y doy gracias por lo que la vida me ha ofrecido.
¿De dónde sacó fuerzas para sobrevivir ante tanta adversidad?
Conectando con ese potencial físico y mental que hay en nuestro interior. Y con la esperanza, que es la hermana menor de la fe. Tomando conciencia de que las circunstancias hay que atravesarlas, por más que duelan. Porque la vida no es lo que nos ocurre, sino la manera en la que afrontamos y encaramos lo que nos ocurre. Lo más importante que aprendí es que la mente es una foto fija, y produce mucho dolor mirar esa foto y quedarse cruzado de brazos si a uno no le gusta esa foto. Hay que pasar a la acción. Y es lo que nosotros hicimos para intentar superar esos interminables días con temperaturas de menos treinta grados.
¿Cómo aprendió a trascender la tragedia?
Es un trabajo diario. Yo me despierto todos los días tomando conciencia de que tengo 1.440 minutos para ser feliz, para hacer lo que quiera; y lo que elijo cada día sin duda alguna es ser feliz y disfrutar la vida con la gente a la que quiero. No hay secretos, la clave es aceptar con el corazón las cosas que pasan y conectar con el amor.
¿Qué fue lo más difícil?
Fue durísimo, no te podrías hacer una idea. Muy doloroso y angustioso atravesar ese proceso y asimilarlo. Estábamos en un avión tan felices entre amigos sin parar de reír y cantar y un rato después pasamos a estar rodeado de cadáveres. Pero le voy a responder lo que fue más fácil, por extraño que parezca: cuando comunicaron en la radio que iban a dejar de buscarnos, fue la mejor noticia que pudimos haber recibido. ¿Por qué? Porque aquello nos hizo hacernos responsables de nuestro destino, y ser conscientes de que a partir de ese momento vivir dependía sólo de nosotros. Y a partir de ahí, conectamos con nuestro máximo potencial físico y mental.
¿Qué aprendizajes mantiene a día de hoy?
El primero de ellos, que venimos a la vida sin ser invitados, y nos vamos sin despedirnos. Y que hemos de dejar atrás el rol de víctima. Estamos todo el día buscando motivos para quejarnos, buscando culpables, postergando cosas que hemos de hacer. Pero no, hay que aprovechar cada segundo, cada minuto. Y conectar permanentemente con la alegría de vivir.
En definitiva, la actitud es la clave…
Sin lugar a dudas. Uno no puede cambiar nada de lo que pasa a su alrededor pero sí la forma de dar respuesta a lo que está pasando. La actitud y la acción tienen que automatizarse; hay que salir del modo queja, y pasar a la acción con actitud. Y recordar siempre que la felicidad es hoy, es el presente.
¿Qué feedback está teniendo en sus conferencias con Mentes Expertas?
Es un gran desafío el que tenemos por delante: transmitir y difundir mi experiencia y aprendizajes. Contribuir a que las personas dejen de quejarse y valoren lo que tienen, que sean un poco más felices. Quiero que el que venga a una conferencia de Mentes Expertas, salga un poco mejor de lo que entró. Todos los días se puede cambiar algo, hay que hacerlo. Y pasar del círculo vicioso a círculo virtuoso. Se puede ser feliz a pesar de estar rodeado de horror.
✕
Accede a tu cuenta para comentar