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El gadget del sábado: realme 11 Pro+, entra por los ojos

Salta a la vista que el fabricante chino aspira a situarse en el podio y su último smartphone es una apuesta atrevida. ¿Lo consigue?

realme 11 Pro
realme 11 Pro+, entra por los ojos J.S.J.S.

Es uno de los fabricantes más interesantes de los últimos tiempos: realme. Ha apostado por un aspecto clave en los smartphone que es la batería y en particular la carga, rompiendo récords año tras año con su velocidad. Y ahora trae un nuevo modelo, el realme 11 Pro+ que mantiene características como la velocidad de carga pero le agrega un diseño que busca posicionarlo como el mejor móvil de gama media del año. La pregunta obvia es si lo consigue. Vamos por partes.

Lo primero que llama la atención es su cubierta trasera. Para ello realme ha contratado a Matteo Menotto, antiguo diseñador de Gucci. Y se nota. La cubierta de cuero vegano (disponible en verde o blanco) cuenta con un ribete central de color cobre y plata en el blanco y verde y oro en el otro. Los marcos laterales complementan el diseño, persiguiendo un efecto de continuidad: cobre en uno y esmeralda en el otro. Todo el conjunto llama mucho la atención. Si a ello le sumamos la disposición de las cámaras, en un eje central y con una forma circular, proponen una simetría que recuerda un poco la G de Gucci. La textura es muy sutil y ayuda en lo ergonómico ya que evita resbalones sorpresa. En pocas palabras: entra por los ojos de forma muy directa. Aquí realme puntúa muy alto.

En la pantalla (6,7 pulgadas FullH+) también ha mejora respecto a modelos anterior, aumentando los nits (de 800 a 950) con los marcos redondeados muy bien conseguidos y eficientes para evitar caídas accidentales. La memoria también es un acierto: 12 GB de RAM y 512 de GB en el almacenamiento. El procesador es un MediaTek Dimensity 7050. Y aquí está uno de sus problemas: es bueno pero tiene algunos fallos respecto a su capacidad para sacar partido de la memoria y de las cámaras. Una apuesta por un Snapdragon, aunque sea el último y de 1era generación, podría elevar mucho sus prestaciones.

Vamos con la batería: 5.000 mAh (muy bien en los papeles) y una carga de 100 W (muy bien en la realidad). El problema es que consume mucho más de lo esperado y los 5.000 mAh son más nominales que numerales: se gasta muy rápido. Y a pesar que pasa de 0 a 100% de carga en apenas 25 minutos, sorprende esta pequeña rencilla entre tanta batería y un gasto tan veloz.

Las cámaras. Otra vez algo similar: teoría vs. realidad. La cámara frontal es de 32 MP, muy ambiciosa. En la parte trasera conviven una de 200 MP y una de 8 MP y otra de 2 MP. No quedaremos desilusionados pero... Si tuviera un mejor procesador aún prescindiendo de tanta resolución en una lente y tan poco en otras dos, el conjunto sería mucho más equilibrado. Las fotos son muy buenas, no hay dudas, pero podrían ser mejores con un equilibrio menos tendiente hacia el "burro grande ande o no ande". Es lo mismo que ocurre con la batería. En este apartado realme roza un 8.

La mayor sorpresa es que todo esto que pedimos suena lógico demandárselo a un móvil de 700 euros para arriba, pero el realme 11 Pro+ cuesta 460 euros.

Veredicto

El mejor diseño, muy buena pantalla, cámara con aspiraciones, batería muy interesante (aunque mejorable) y un conjunto muy equilibrado en el que el precio, unos 460 euros, le ponen la guinda al pastel. Es el mejor móvil o al menos un claro aspirante al puesto, por menos de 500 euros.