VIH
Las personas con VIH tienen un envejecimiento más saludable que hace 20 años
Un estudio analiza las causas detras de que estos pacientes tarden ahora más tiempo en padecer eventos adversos graves, como infartos o cáncer
Según los últimos datos de vigilancia epidemiológica en España, tan sólo en el año 2022 se notificaron 2.956 nuevos diagnósticos de VIH, de los que el 46,8% presentaron un diagnóstico tardío. Entre 130.000 y 160.000 personas viven hoy día con el virus en nuestro país.
España ha avanzado de una manera real y efectiva en el cumplimiento de los objetivos marcados por Onusida para 2030 (95% de personas diagnosticadas, 95% de personas diagnosticadas en tratamiento y 95% de casos tratados con carga viral indetectable) con el propósito de lograr el reto de cero nuevas infecciones y reducir al mínimo la mortalidad y el desarrollo de eventos SIDA.
Nuestro país supera ahora mismo el segundo de los objetivos (personas en tratamiento), con un cumplimiento del 96% y el primero (el de personas diagnosticadas) se acerca poco a poco a esa cifra, pues se estima que el 7,5% de las personas que viven con VIH en nuestro medio aún no han sido diagnosticadas. Respecto al tercero (casos tratados con carga viral indetectable), casi un 10% de los pacientes tratados son los que no han logrado la supresión de la carga viral.
A esta evidencia de que vamos por el buen camino se suma una nueva certeza, la que las personas con el virus tardan más ahora más tiempo en que en 2006 en padecer eventos adversos para la salud, entre los que se incluyen infarto agudo de miocardio no mortal, ictus no mortal y muerte cardiovascular, tumores malignos no definitorios de SIDA y muertes no accidentales. Así lo muestra un estudio realizado en ocho centros hospitalarios españoles.
Esto podría indicar que las mejoras en el tratamiento antirretroviral (el indicado para tratar el VIH y conocido por las siglas TAR) y la atención que reciben las personas que viven con el virus contribuyen a un envejecimiento más saludable en este grupo de población. Los pormenores de este estudio han sido presentados en el XV Congreso Nacional de GeSIDA que se celebra en Zaragoza del 24 al 27 de noviembre.
Para realizar el trabajo, los investigadores evaluaron la tendencia en la aparición de comorbilidades relacionadas con la edad en la cohorte CoRIS (cohorte abierta, prospectiva, y multicéntrica de pacientes adultos con infección por el VIH confirmada a lo largo del tiempo) en tres periodos de seis años: 2006-2011, 2012-2017 y 2018-2023.
El desenlace primario fue el diagnóstico de un evento grave no relacionado con SIDA (ENOS) durante el seguimiento. Bajo el acrónimo de ENOS se incluyeron eventos adversos cardiovasculares mayores (entre los que se incorporó infarto agudo de miocardio no mortal, ictus no mortal y muerte cardiovascular), neoplasias malignas no definitorias de SIDA y muertes no accidentales.
Un total de 18.659 pacientes naïve –que aún no habían recibido tratamiento– para TAR entraron en la cohorte entre 2006 y 2023. La incidencia de ENOS en cada periodo fue de 1,44, 0,95 y 0,67 eventos por 1000 personas-año, respectivamente.
Por cada uno de los periodos anteriormente citados, la media de edad de aparición del primer evento adverso fue de 42,2 años (en el periodo 2006-2011), 45,6 años (2012-2017) y 48,3 años (2018-2023), respectivamente.
Estos datos demuestran que, pese al envejecimiento de la población, la incidencia de ENOS en la población con VIH ha disminuido de manera significativa a lo largo del tiempo, y que existe un retraso notable en la edad de aparición de estos eventos.
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