Mascotas

¡Cuidadito! Soy muy grande

Los perros pequeños se las ingenian para imponerse a los de mayor tamaño. cuanto más menudo es el can, más levanta la pata para hacer pis y así marcar árboles o farolas más arriba y hacer creer a los «gigantes» que es «enorme».

¡Cuidadito! Soy muy grande
¡Cuidadito! Soy muy grandelarazon

Los perros pequeños se las ingenian para imponerse a los de mayor tamaño. cuanto más menudo es el can, más levanta la pata para hacer pis y así marcar árboles o farolas más arriba y hacer creer a los «gigantes» que es «enorme».

Todos sabemos que los perros, sobre todo los machos, marcan los territorios. Si alguno hace pis en una farola, un árbol, un banco, la rueda de un coche o en unas plantas, allá que se sienten atraídos por el olor todos los que pasen cerca y que no tardan en levantar su extremidad y soltar sus orines, aunque muchas veces serán simplemente unas gotas.

Los dueños de mascotas lo saben bien. Los árboles o las farolas del parque son sus sitios preferidos y en el paseo diario es imposible no parar en cada uno de ellos atraídos por el «perfume» penetrante.

Y si estamos acostumbrados a ver estos objetos del mobiliario urbano con manchas en su parte inferior, hasta ahora no nos habíamos percatado de que cada perro hace pis a una altura diferente, pero no según el tamaño de su pata, sino de la «imagen» de altura que quiere transmitir a los demás canes.

Betty McGuire, una ecóloga del comportamiento en la Universidad de Cornell y sus colegas, tras comprobar que cada perro hace pis a una altura diferente, decidieron ponerse manos a la obra y perseguir a 45 canes de dos refugios de Nueva York teléfono en mano y fotografiarlos cada vez que decidían ir al «excusado».

No había perro que levantase la patas que no tuviese detrás un fotógrafo dejando constancia de la altura exacta donde impactaba la micción.

En total, el equipo analizó varios cientos de levantamientos de patas en aproximadamente 2 años. Los ángulos promedio de orinar de los perros, que oscilaron entre aproximadamente 85 ° y 147 °, se volvieron más extremos a medida que los animales se achicaban, según relataron al Journal of Zoology.

Tras recoger todas las fotografías y vídeos descubrieron que cuanto más pequeño es el can más se esfuerza para que su ácido úrico marque la naturaleza más arriba. Como los perros perciben más su entorno por el olfato que por la vista, cuando un can va a oler deduce que el perro es «grande», y seguro que intenta evitar cualquier confrontación.

De esta forma, los animales más diminutos se hacen valer entre sus compañeros de cuatro patas más altos y con su pis les lanzan el aviso: «¡Cuidadito! soy muy grande».

Te adoro: toma tu premio

Muchos perros, cuando llega su dueño a casa, van corriendo a recibirlos con su peluche preferido en la boca o cualquier otro juguete. Algunos también lo hacen en la calle, con hojas o palos. No quieren jugar, es una forma de mostrarle su alegría. En realidad es uno de los instintos de caza que les queda a los perros: traer «presas» que puedes necesitar.

Despedida tranquila

Salir de casa y dejar a nuestra mascota mientras vamos a trabajar, de compras o a hacer cualquier recado a veces es un infierno para dueño y perro. El can puede revolverse y como «enfado» destruir todo lo que encuentre. Si te mira sereno mientras te vas, lo estáis haciendo muy bien los dos. Una despedida tranquila, con caricias y sin tragedias, es la mejor forma de conseguirlo.