Salud
Exceso de vello corporal en mujeres: por qué se produce y cómo tratarlo
El crecimiento desproporcionado de vello en las mujeres en zonas en las que no es frecuente tenerlo es un motivo recurrente de consulta. A esta condición se le conoce como hirsutismo y debe ser estudiada a profundidad
Los andrógenos son las hormonas sexuales masculinas (testosterona, androsterona y androstenediona) cuya función principal es desarrollar los caracteres sexuales masculinos. La testosterona es la principal hormona masculina, participa en el desarrollo de los genitales y en la aparición de los caracteres sexuales masculinos. Es la hormona androgénica por excelencia y la producen tanto los hombres como las mujeres. Eso sí, los ovarios la producen en una cantidad mínima, pero su secreción es importante para mantener una buena función sexual. Sin embargo, cuando hay un exceso de andrógenos, se produce un trastorno en la mujer llamado androgenismo o hiperandrogenismo. Este aumento del nivel de hormonas masculinas produce una serie de cambios estéticos que consisten en la aparición de rasgos específicos masculinos, sobre todo, el crecimiento de vello en la espalda, el tórax, la cara y otras zonas que no son normales en el sexo femenino. Este crecimiento anómalo de vello en las mujeres se conoce como hirsutismo, además, el exceso de andrógenos también puede producir alopecia, acné, seborrea que es la alteración de la función de las glándulas sebáceas que tienden a producir más cantidad de sebo que engorda la piel y el pelo. También puede provocar un tono vocal más grave y alteraciones en el ciclo menstrual e infertilidad.
El hiperandrogenismo se caracteriza por el crecimiento excesivo de vello, siguiendo un patrón exclusivamente masculino, sin embargo, el doctor Rui Ferreira de Vasconcelos Carvalho, especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, explica que “este crecimiento de pelo se debe principalmente a un alto nivel de andrógenos en las mujeres, pero también pueden influir de manera negativa el estrés emocional y a la depresión”. Por eso es importante realizar una evaluación de los síntomas para ver cuál es el origen de este cambio hormonal. Las causas principales de este trastorno suelen ser el Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP); un mal funcionamiento de la glándula suprarrenal que ayuda a producir las hormonas sexuales femeninas y masculinas (testosterona y estrógeno) o la administración de ciertos fármacos. Es necesario acudir a la consulta del especialista si se producen alteraciones en la menstruación o aparece acné, ya que “estos síntomas pueden estar provocados por el síndrome de Ovario Poliquístico, una disfunción endocrina muy común que conlleva otros efectos añadidos como la resistencia a la insulina o menstruaciones irregulares” añade el doctor Ferreira de Vasconcelos Carvalho.
Pero además del Síndrome de Ovario Poliquístico, el consumo de ciertos fármacos; el hipotiroidismo; la resistencia a la insulina; alteraciones congénitas como la hiperplasia adrenal congénita (trastorno genético que afecta a las glándulas suprarrenales) o un hirsutismo idiopático, es decir mujeres que sufren el trastorno por una causa desconocida, sin tener problemas menstruales, ni otra patología común al trastorno, bien de tipo endocrino u ovárico, pueden ser otras posibles causas del hiperandrogenismo. “El hiperandrogenismo suele ser, por lo general, el indicador de un trastorno endocrino subyacente” asegura el especialista.
Para que el especialista pueda diagnosticar correctamente a una paciente de hiperandrogenismo, lo primero que debe hacer es conocer el historial clínico, por si hubiera antecedentes familiares, después realizar a la paciente una exploración física completa, incluido un examen ginecológico, solicitar una analítica de sangre para ver los marcadores hormonales y, en algunos casos, una resonancia abdominal. No siempre el exceso de vello corporal en la mujer, indica un trastorno endocrino, por eso, antes de poner un tratamiento, hay que ver cuál es el grado de hirsutismo. Para esto se utiliza la escala de Ferriman Gallwey que evalúa el grado de crecimiento de vello en nueve áreas del cuerpo (labio superior, mentón, brazos, abdomen superior e inferior, región superior de la espalda e inferior y muslos). Se puntúa del 1 al 4 según la cantidad de vello presente en la zona siendo 1 punto si es mínima; 2 puntos si es superior a lo normal pero menos que en varones; 3 puntos si es parecida a la de un varón y 4 puntos si está por encima de lo habitual para un varón. Si no existe nada de vello se puntúa cero.
Si la suma de la puntuación de las regiones corporales es mayor de 8 puntos, se puede decir que existe hirsutismo. “El criterio para diagnosticar hirsutismo usando este método es variable ya que la expresión del crecimiento de pelo varía entre grupos étnicos”, especifica el doctor Rui Ferreira de Vasconcelos. Así, podemos decir que en mujeres de raza caucásica o negra, si la puntuación supera los 8 puntos, se considera un crecimiento anómalo de vello. En etnias mediterráneas, hispánicas y en mujeres de Oriente Medio, debe superar los 9 puntos, sin embargo, la puntuación se sitúa por encima de 2 puntos en mujeres asiáticas.
Una vez diagnosticado el trastorno, el tratamiento depende de las características de cada mujer por lo que la terapia se realiza de manera individualizada. Si la causa es el Síndrome de Ovario Poliquístico,“los anticonceptivos orales son los fármacos más utilizados ya que son bastante eficaces para reducir el exceso de vello y a la vez regulan los ciclos menstruales alterados por la enfermedad”, aclara el endocrino. En otros casos, para disminuir la concentración de andrógenos se prescriben medicamentos que tratan la resistencia a la insulina que también se relaciona con la enfermedad. Las pacientes con obesidad asociada, deben adquirir hábitos de vida saludable, practicar ejercicio físico de manera regular y cambiar los hábitos alimenticios por una dieta mediterránea, mucho más saludable. También existen diferentes técnicas estéticas para eliminar ese vello superfluo, como la depilación en sus diferentes modalidades, desde la clásica con cera fría o caliente, con láser o luz pulsada, que consiguen eliminar el pelo de todas las áreas del cuerpo donde crece con exceso, incluida la zona de la cara.