Dermatología

Cómo cuidar la piel en verano

Sol, agua, humedad o insectos son algunos de los elementos que, con el calor, pueden poner en jaque la salud de nuestra epidermis. Los expertos en Dermatología cuentan las claves para que esta luzca sana en vacaciones

Las quemaduras solares son muy comunes y se producen por no emplear cremas, no renovar su aplicación o por estar expuestos al sol sin la protección adecuadad
Las quemaduras solares son muy comunes y se producen por no emplear cremas, no renovar su aplicación o por estar expuestos al sol sin la protección adecuadadDREAMSTIMELA RAZÓN

La piel es el órgano más grande del cuerpo humano, el más extenso –alrededor de dos metros cuadrados– y el más pesado, alrededor del 10% total del peso de un adulto. Precisa de cuidados especialmente en verano, tanto en adultos como en niños, cuando las altas temperaturas nos invitan a llevar menos ropa y la elevada exposición solar puede causar quemaduras, que son una de las principales causas de consulta.

Los motivos de las quemaduras son diversos: no protegerse con cremas (o no renovar su protección) o por estar expuestos, sin la protección adecuada, a las horas a las que el sol emite más radiación. «La piel se nos pone roja, duele y pueden aparecer quemaduras de distintos grados, de más leves a más graves: para las leves, basta una crema calmante tipo aftersun o con aloe vera. Y, si son más graves, debe buscarse consejo médico», recomienda la doctora Almudena Nuño, portavoz de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y directora del Instituto de Medicina y Dermatología Avanzada (IMDA).

Pero, ¿cómo saber si la quemadura es grave? La experta señala que son aquellas «que duelen mucho o porque salen ampollas. El médico decidirá si son precisas cremas con antiinflamatorios o, incluso, tratamiento oral».

Uno de los peligrosos bulos que ha surgido recientemente es la existencia de un supuesto «callo solar», que implica tomar el sol sin protección para generar una falsa tolerancia al sol. Como insiste la doctora Nuño, «España es un país muy soleado, con una alta radiación en verano. Quemarse depende del tipo de piel: si alguien tiene la piel más morena, va a tardar más en hacerlo. Pero se puede quemar igual. El tiempo expuesto al sol pone la piel más o menos morena. Al hacerlo, la piel segrega melanina, como forma de defensa ante esa agresión y, a la vez, acumula radiación solar, que nos puede producir a la larga tanto envejecimiento como cáncer de piel».

Por estos motivos, como prosigue «hay que protegerse del sol. Porque, por mucha protección solar que llevemos, en verano recibimos radiación y nos bronceamos un poco. El peligro de esta moda es que está favoreciendo una actitud que puede comportar peligro a largo plazo: cuando nos quemamos al sol, el daño lo vemos a los 5,10 o 15 años, especialmente cáncer de piel. Por supuesto que hay que sintetizar la vitamina D y recibir la energía del sol para regular nuestro ritmo circadiano, pero todo en su justa medida».

No rascarse las picaduras

Las picaduras de distintos animales, como insectos, arañas y medusas son también son frecuentes. Si estamos en una zona donde abundan los mosquitos, es imprescindible utilizar repelentes y ropa de manga larga. De nuevo, es fundamental contar con crema calmante para aliviar el picor causado por las picaduras. «Hay que evitar rascarse, porque puede ser contraproducente, ya que el dolor puede aumentar e, incluso, causar una infección en la piel si tenemos las manos sucias», advierte la doctora Nuño, que aconseja aplicar hielo si no se dispone de cremas, por ser antiinflamatorio.

Las picaduras de medusa no deben frotarse y han de aclararse con agua dulce
Las picaduras de medusa no deben frotarse y han de aclararse con agua dulceDREAMSTIMELA RAZÓN

En el caso de que la picadura sea de garrapata, es fundamental eliminarla de nuestra piel. Si el insecto ha estado oculto en algún pliegue, como el sobaco, y aparecen síntomas 24-48 horas después de eliminarla (como fiebre o una mancha muy roja en la zona de la picadura), debe acudirse a un médico.

Las picaduras de medusa son frecuentes y, si suceden, lo ideal es acercarse al puesto de socorro de la playa para que nos atiendan. En caso de que no haya, no debe frotarse la piel, que debe aclararse con agua dulce. «Si la picadura es leve, la podemos manejar en casa. Si es más grave, hay que acudir a un médico», insiste.

No pisar charcos

Los hongos son otros de los enemigos en verano de la piel. Hay que tener especial cuidado con no pisar charcos con agua estancada, que pueden formarse en algunas piscinas, duchas e instalaciones. Hay que tener especial cuidado entre los dedos de los pies y el tratamiento se basa con cremas fungicidas y llevar siempre calzado.

También las piscinas y en las saunas se puede adquirir foliculitis, un tipo de infección que se manifiesta en forma de pústulas en la piel, con muchos granos pequeños con pus. «Están causados por una bacteria y basta con lavar la zona con un antiséptico y aplicar crema antibiótica si hiciera falta», aconseja.

Otras infecciones habituales de esta época son los denominados moluscos y los papilomas. Como detalla Nuño, los primeros «son como unos pequeños granos contagiosos. Están ocasionados por un virus que se llama poxvirus. Se producen por contacto y son muy frecuentes en niños. El tratamiento es por extirpación, aunque a veces pueden desaparecer solos».

Por otro lado, el papiloma son verrugas que salen en la planta del pie por pisar descalzos en piscinas y vestuarios, están causados por los papilomavirus, que dan nombre a estas lesiones y que deben destruirse con frío –en la consulta del dermatólogo– o con líquidos o parches que se adquieren en farmacia. En cuanto a la tiña, que sufrió un repunte hace unos meses por un brote en peluquerías, ha visto disminuida su presencia.

Si nos sudan mucho los pies, deberá optarse por antitranspirante –los hay en forma de espray, polvos o plantillas– para evitar la sudoración, que puede propiciar también la aparición de hongos. Por este motivo, tampoco debemos mantener mucho tiempo el bañador húmedo o mojado en contacto con la piel.

Cuidado con el roce

Otra afección cutánea muy frecuente relacionada con la humedad es la dermatitis que aparece por el roce del bañador mojado o con la camiseta, si nos sudan mucho las axilas. La solución pasa por cambiarnos de ropa y, si fuera preciso, acudir al médico para que prescriba una crema o un corticoide. «También nos pueden ayudar las denominadas cremas reparadoras, que son las que se ponen en el pañal de los niños, en casos de las dermatitis leves», explica Nuño.

Todas estas recomendaciones deben extremarse en los niños, especialmente en lo referente a la protección solar «porque las quemaduras favorecen la aparición de dermatitis atópica», señala Jenny Dávalos, coordinadora del Grupo de Trabajo de Dermatología de la Sociedad Española de Medicina General (SEMG).

La doctora alerta también sobre la moda de dejar la ropa interior por debajo del bañador para evitar rozaduras. «No ayuda en nada: favorece la aparición de mayor humedad y de infecciones causadas por hongos en la zona inguinal. Las urticarias causadas por virus también aumentan», advierte Dávalos.

Otro aspecto que debe tenerse en cuenta es que la exposición al agua salada puede propiciar afectación cutánea en niños que ya tenga dermatitis. Por otro lado, «los niños son más susceptibles a las picaduras de insectos, con ronchas más grandes y con más dolor, que incluso puede llegar a darles fiebre». Es clave vigilar que no haya platos con agua o neumáticos, porque los mosquitos suelen criar en esos lugares. Si en la zona hay muchos mosquitos, puede ser interesante usar redes o mosquiteras que protejan la cama o la cuna.

Las pulgas pueden ser también unas invitadas muy incómodas en el campo o en campamentos, y obligan a visitar el centro de salud para que sean retiradas de manera adecuada. Además, es fundamental alertar de si el niño tiene algún tipo de alergia a los medicamentos o a algún insecto y hay que estar especialmente atento en el caso de bebés, sobre todo si son picados en zonas como los ojos, que pueden ser muy dolorosas. «Si se ve una zona muy inflamada, hay que acudir rápidamente al pediatra», insiste la doctora Dávalos.