Cáncer
¿Por qué algunos pacientes desarrollan metástasis y otros no?
Un equipo de investigadores descubre que la ausencia de la proteína MFSD1 en las células tumorales de ratón causa un fuerte aumento de las metástasis, ya que sin ella dichas células viajan más rápido
Sigue sin estar muy claro por qué algunos pacientes desarrollan metástasis y otros no. Con el fin de arrojar algo de luz al respecto un equipo de investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología de Austria (ISTA), dirigido por la profesora Daria Siekhaus, han examinado de cerca el papel de la MFSD1, una proteína que previamente habían identificado que afectaba a la migración celular en las moscas de la fruta.
Para ello, Marko Roblek, el primer autor del estudio publicado hoy en “Frontiers in Oncology” y miembro del grupo de Siekhaus, creó células cancerosas de ratón que carecían de la citada proteína. Y vio que sin ella, las células viajaban mucho más rápido, lo que sugiere que MFSD1 evita que se muevan.
Junto a colaboradores de la Universidad de Zúrich, el equipo probó su teoría en ratones vivos con cáncer de mama, de colon y de piel. Y descubrieron que “en ausencia de MFSD1, hubo un fuerte aumento de la metástasis”, resume Siekhaus.
“Queríamos saber por qué los niveles más bajos de MFSD1 eran beneficiosos para el tumor, además de permitir -a las células tumorales- moverse más libremente. A medida que las células cancerosas viajan a través de la sangre, por ejemplo, experimentan mucho estrés mecánico”, explica Roblek.
Para ello, los investigadores realizaron una prueba de estrés en células cancerosas con y sin la proteína. Usando un pequeño raspador de goma, Roblek trató de raspar las células de la superficie de la placa de Petri en la que las había cultivado. Mientras que las células cancerosas que contenían MFSD1 murieron rápidamente bajo el estrés mecánico, aquellas sin la proteína tendieron a permanecer intactas.
Sin la proteína, concluyó el equipo, ciertas células tumorales podrían entrar más fácilmente en el torrente sanguíneo y llegar a otras partes del cuerpo.
En otro experimento, el investigador probó la resistencia de las células cancerosas a la falta de nutrientes con un resultado similar.
El equipo pudo demostrar que tanto la reacción de la célula al hambre como al estrés mecánico son causados por la proteína MFSD1.
Lo hace al afectar a receptores específicos ubicados en la superficie celular: las llamadas integrinas, que son receptores de adhesión celular que juegan un papel esencial en la migración e invasión tumoral. Estas proteínas pueden regular la proliferación y la supervivencia de las células tumorales, afectando así a la progresión del tumor y a la metástasis, ya que lo que hacen es asegurar que las células se adhieran entre sí y a la matriz extracelular, una red densa que rodea las células de nuestro cuerpo. En un círculo constante, la célula produce estos receptores, los transporta a la superficie celular y los devuelve al interior de la célula. Si una célula tumoral carece de MFSD1, no puede reciclar un determinado tipo de integrina y “el resultado es que las células se adhieren menos al tejido circundante y entre sí, lo que les facilita la migración”, explica en un comunicado Daria Siekhaus.
Los datos de pacientes respaldan los hallazgos
Los hallazgos del equipo también están respaldados por un análisis de datos de pacientes realizado por Rita Seeböck, del Hospital Universitario St. Pölten, en Austria. Los datos, que están disponibles en línea para los investigadores en forma anónima, mostraron una correlación entre el nivel de MFSD1 y el pronóstico del paciente. “Hemos visto que los pacientes que padecían formas específicas de cáncer de mama, gástrico y de pulmón que tenían niveles más bajos de MFSD1 tenían peores resultados. Un alto nivel de MFSD1 parece ser protector: funciona como un supresor de la metástasis tumoral”, dice Roblek.
Para optimizar la terapia de sus pacientes, los médicos ya están analizando la expresión de ciertos genes. Y ahora, también pueden buscar el gen que codifica la proteína MFSD1.
“Si este marcador se vuelve más establecido, los médicos pueden usarlo para ayudar a clasificar qué tan agresivo es el cáncer y decidir entre diferentes opciones de tratamiento”, sugiere la bióloga Daria Siekhaus.
En estudios futuros, el equipo quiere centrarse en detalle en cómo funciona la citada proteína a nivel molecular y tiene curiosidad por saber si aumentar artificialmente la cantidad de MFSD1 podría ayudar a suprimir la propagación de ciertos tumores. El objetivo a largo plazo es examinar si se puede utilizar como diana terapéutica.