
V de Viernes
Vuelta a la mina
Las energías renovables disparan la actividad minera en todo el mundo, creando problemas de contaminación sin precedentes
Hay quien piensa que la minería en España ya no existe, asociando esa idea al cierre de las extracciones de carbón. No es verdad. Somos el tercer país de la UE en recursos minerales, y uno de los principales productores. La Comisión acaba de dar luz verde a la explotación de decenas de minas para extraer 17 minerales estratégicos, con objeto de reducir la dependencia de China y garantizar el suministro de recursos esenciales para la transición ecológica, la fabricación de baterías y las energías renovables. El problema es que se trata de una iniciativa con grave impacto, dado los daños irreversibles que la minería produce en los ecosistemas, el consumo desmesurado de agua y el desplazamiento a que se ven obligadas numerosas comunidades rurales.
No es una contradicción menor que la UE impulse severas políticas de restricciones verdes, mientras impulsa la minería, alentando prospecciones para extraer cobre, litio, oro, coltán, cobalto, uranio, grafito, tierras raras, woframio, magnesio y potasa, entre otros. España cerró en 2018 sus minas de carbón, pero asistimos a una fiebre por la minería, con decenas de proyectos en Galicia, Castilla y León, Extremadura y Andalucía, región ésta que representa el 90 por ciento de la producción nacional con explotaciones en Riotinto, Aguas Teñidas, Magdalena y Sotiel (Huelva), Las Cruces (Sevilla) y Minas de Alquife (Granada). La industria transformadora onubense, con Atlantic Copper, se ha convertido en el segundo productor de cobre del mundo. Solo para las baterías de los coches eléctricos y el almacenamiento de energía, Europa necesitará hasta 18 veces más litio en 2030, y hasta 60 veces más en 2050.
Tanto el Gobierno español como la UE aseguran que la fiebre minera se llevará a cabo con criterios sostenibles, pero es bien sabido que la minería, por muy regulada que esté, conlleva siempre niveles de destrucción. Solo hay que pasar por determinados puntos de Riotinto para verlo. La cuestión es que se pretende asegurar el abastecimiento de materias primas y al mismo tiempo proteger la naturaleza, lo que no parece compatible. La minería produce el 23 por ciento de las emisiones del planeta, y se traga el agua de todo cuanto la rodea.
La cuestión es que la transición energética se basa en la extracción de una cantidad abismal de metales. Para intentar resolver el mayor problema medioambiental de todos los tiempos, vamos a recurrir a la industria más contaminante de la historia, subraya Celia Izoard, que cuenta como la extracción de metales se ha duplicado en los últimos 20 años, y aumentará entre cinco y diez veces de aquí a 2050.
“Electrificar el parque automovilístico francés requeriría toda la producción anual mundial de cobalto y el doble de la producción mundial de litio, por lo que o bien esta transición llevará demasiado tiempo y no frenará el calentamiento global, o bien se llevará a cabo con la mayor violencia y una destrucción increíble”, sentencia Izoard.
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