Sin Perdón

Una mascarada en el Congreso

«El espectáculo fue deplorable, porque mostró el desprecio que tiene el presidente del Gobierno al parlamentarismo»

Franco tenía muy claro que el multipartidismo era una pérdida de tiempo. Es algo en lo que coincidiría con Xi Jinping o Putin. Es mejor gobernar con un parlamento monocolor con el que Sánchez se sentiría cómodo. Es cierto que resulta conveniente tener alguna asamblea para guardar las formas. En la Cuba castrista que tanto gusta a la izquierda radical la tienen e incluso hablan de democracia, aunque siempre con algún adjetivo. Por supuesto, tienen una idea similar sobre la democratización de la Justicia que los pensadores sanchistas. En este sentido, Conde-Pumpido puede abrir una nueva etapa profesional marchando a Cuba donde gozará de un gran prestigio y predicamento. No es profeta en su tierra, pero hay otros puntos del planeta donde valoraran su desprecio por la Constitución y las leyes. En cierta ocasión le comentaron al canciller cubano las bondades del sistema español de bipartidismo imperfecto y contestó que teníamos que probar el modelo de partido único, porque era mejor. Me imagino que los ministros sanchistas dirían que su principal ventaja es que no se pierde el tiempo. Sánchez sería feliz gobernando a golpe de decreto (eso de real le empieza a molestar), con un Congreso formado por palmeros que le rían las gracias y recorriendo el mundo como paladín del autoritarismo democrático, que puede parecer contradictorio, pero no lo es. El despotismo y el autoritarismo no son conceptos fijos en el tiempo, sino que han ido evolucionando. La izquierda radical y populista ha conseguido adaptarlos al marco de una democracia europea. El espectáculo que vivió ayer el Congreso fue deplorable, porque mostró el desprecio que tiene el presidente del Gobierno al parlamentarismo. Tras escuchar el día anterior que eso de los presupuestos es una pérdida de tiempo, nos deleitó con zafias mentiras contra la oposición, un conjunto de vaguedades y su habitual autocomplacencia. Ni siquiera es capaz de liderar su país y pretende hacerlo en la UE. Me temo que debe pensar que los españoles somos una colección de idiotas e iletrados a los que puede manipular. Es un escándalo que acuda al Congreso para reírse de los representantes de la soberanía nacional. Lo serio hubiera sido que todos los diputados hubieran salido del hemiciclo y le dejaran hablando para su grupo parlamentario.

Francisco Marhuenda.De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)