
El buen salvaje
Juicio a Medina
Hasta que no se demuestre lo contrario, Medina es inocente, pero ya es culpable de tener mala reputación y buena percha
Los presuntos delincuentes que visitan los juzgados mediáticos expulsan halitosis desde la foto. Es imposible empatizar con fulanos que parece que no se han cambiado de calcetines, los tipo Koldo. Por eso, en el placer culpable de que me gusten las formas ajenas, disfruto cuando veo hacer el paseíllo a Luis Medina. Si todos los acusados fueran así de bien vestidos a la llamada de los jueces, al menos veríamos malos que guardan algo de bueno. No son mejores que un gañán, pero, al menos, tienen la decencia de peinarse. Medina se mira al espejo antes de ir al juzgado, elige la corbata, se coloca el abrigo marrón sobre los hombros, aloja sobre su nariz aristocrática unas gafas que bien podrían ser de Tom Ford, pasea sus documentos en un portapapeles rosa chicle de Bimba y Lola, que rompe con la monotonía del «outfit» masculino, que es lo que haría un dandy y, ya en el interior, cambia sus lentes de sol por otras de ver, que es el elemento sexy de un señor que se sabe guapo y que le da el definitivo aire de golfo. Podría ser el protagonista de una novela de Patricia Highsmith si el delito por el que se le juzga fuera de enjundia más criminal, aunque parece que su infracción es tan vulgar que no merecería planchar una camisa.
Cuentan las crónicas de la época que Oscar Wilde llevaba un largo sobretodo Chesterfield azul oscuro con adornos de terciopelo y una flor blanca en el ojal el día que empezó el juicio por sus tendencias sodomitas. Aquel escándalo llevaba implícito el pavoneo del escritor que en aquel momento aún pensaba que todo terminaría en nada y no con una condena de cárcel. Wilde no merecía ese final, no sé Medina, y no es de lo que estamos hablando. Pero de la misma manera que a otros se les compara con el aliño zafio de Torrente es justo admitir que Medina pasea un desparpajo elegante que tal vez sea lo que ha de tener el vestidor de un sinvergüenza. Hasta que no se demuestre lo contrario, Medina es inocente, pero ya es culpable de tener mala reputación y buena percha.
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