
Canela fina
Fundamentalismo woke
«En Davos brilló de forma especial el espíritu liberal que rechaza la ideología woke en varios aspectos sustanciales»
Stay woke fue un eslogan que se propagó en Estados Unidos antes de la II Guerra Mundial con el fin de alertar a la opinión pública frente al racismo generalizado del pueblo estadounidense. Ya en el siglo XXI se extendió a la desigualdad de género, a la ideología identitaria del movimiento LGTBI, así como al rechazo de los tiroteos policiales contra presuntos delincuentes negros y a la rabia con que se desenvolvió la «cultura de la cancelación».
Lo woke incorporó a la acción política innegables aspectos positivos, obteniendo éxitos considerables en la lucha contra el racismo y contra la desigualdad de género. Un sector de la extrema izquierda, dispuesta siempre a fracturar el orden social reinante, se instaló en un woke agresivo, exagerado y fundamentalista. Margaret Thatcher reaccionó frente al alud, se resistió incluso a la Unión Europea que iba a crear una burocracia estéril e hizo suya esa frase célebre que algunos británicos atribuyen, como todo, a Churchill, claro es: «Los listos viven de los tontos y los tontos de su trabajo».
Por poner un ejemplo: frente a los 700.000 empleados públicos de 1980, la España de unos partidos políticos voraces nos ha situado en los 3.500.000, amén de miles de empresas públicas improductivas, de incontables asesores y de infinidad de chiringuitos subvencionados por el Gobierno. Todos esos listos, en efecto, viven de los tontos que trabajan de forma denodada para pagar los impuestos con los que se atiende a los que sobran en las Administraciones y que apenas hacen nada, salvo multiplicar las trabas burocráticas hasta el punto de que varios pensadores de relieve consideran que España camina de forma imparable hacia una dictadura burocrática.
Como ha ocurrido con tantas ideologías políticas, el wokismo tiene vertientes positivas aprovechables, pero cuando sus exégetas se evaden de la moderación y exageran hasta la agresividad y el fundamentalismo convierten al movimiento en negativo.
He leído varios de los discursos pronunciados en el foro de Davos y la reacción frente a lo woke es considerable. El espíritu liberal que engrandece a Occidente vuelve a llamar a las puertas de muchas naciones angustiadas por imposiciones que están fuera de la razón y de lo razonable.
Luis María Anson, de la Real Academia Española
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