Casa Real
La corte del «Rey» Felipe Froilán
El partido gallego que lleva su nombre sueña con nombrarlo monarca de Galicia mientras en Madrid sus amigos VIP le siguen a todas partes
El partido gallego que lleva su nombre sueña con nombrarlo monarca de Galicia mientras en Madrid sus amigos VIP le siguen a todas partes.
Es el más Borbón de todos los nietos del Rey Emérito, dicen que se parece mucho a su abuelo y que en la universidad privada de Madrid en la que estudia ejerce sus dotes de seductor con éxito. A su alrededor se mueven los que en el centro llaman ya «la corte del rey Froilán», chicos y chicas que ven en el antaño díscolo muchacho un contacto perfecto de cara a un futuro en el mundo de las finanzas.
Porque Felipe Juan Froilán se mueve en los círculos sociales como pez en el agua, y sus amistades alcanzan las más altas esferas. La «corte» le sigue a todas partes, sobre todo sus amigos más íntimos, que son el relaciones públicas y lotero Joako, el torero Gonzalo Caballero y su hermano Richi, el empresario Pablo Trapote y los hermanos Javier y Miki Díaz, dueños de una sociedad que fabrica cachimbas. Todos son mayores que Froilán, que cumplió hace unos meses diecinueve años, pero que está perfilando un currículo nocturno a marchas forzadas. Le gusta la noche y las discotecas, y uno de sus conocidos cuenta a LA RAZÑON que «le gustaría ser dj, le hemos visto pinchar varias veces y lo hace muy bien. Es un tipo divertido y simpático, aunque a veces le dé por echar mano del apellido Borbón ante las chicas con cierto aire presuntuoso».
CARIÑOSO Y DETALLISTA
En su corte de amores y desamores aparecen apenas tres nombres de mujer, las únicas que han intercambiado sentimientos con el hijo de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar: Carlota, que pasó desapercibida para los periodistas y a la que conoció en un internado de Siguenza; Marta, también de ese internado, y la más reciente, con la que rompió a finales del pasado verano, Mar Torres, nieta del fundador de la empresa El Pozo. Una de sus amigas más cercanas se refiere al sobrino de Felipe VI, como «un chico muy cariñoso y detallista. Marta nos habla muy bien de él, dice que se lo pasaron fenomenal en los viajes que hicieron a Marbella e Ibiza y que era el alma de las fiestas. Desde luego, sabe jugar estupendamente con sus artes de seducción. A muchas les gustaría tenerle como noviete».
Vicky Martín Berrocal, madre de Alba, que estudia y comparte ocio con el «nietísimo», le define como «un chico divino, educado y con un puntito canalla», y aprovecha para desmentir que haya tenido una relación sentimental con su hija: «Son buenos amigos y nada más». Y es que entre sus amistades femeninas encontramos chicas con apellidos muy conocidos, desde Alba Díaz (cuyo padre es Manuel Díaz El Cordobés) a Tana Rivera y Martínez de Irujo (hija de Francisco Rivera y su ex Eugenia), Iria Fernández-Tapias, nieta de Fernando Fernández Tapias, o Almudena Lapique, sobrina de la «socialité» Cary Lapique y quien también tuvo que salir al paso de los rumores que le ligaban sentimentalmente a Felipe, desmintiéndolos rotundamente.
Para el partido froilanista de Lugo, fundado en 2014 y que cuenta con cinco mil miembros, Froilán «debería convertirse en rey de Galicia». Lo insinúan con ironía. El símbolo de esta formación tan atípica es hacer el signo de la «peineta», poco correcto para exhibirlo en cuestiones monárquicas, pero que nos recuerda al corte de mangas que hizo el nieto de Doña Sofía a la Prensa cuando tenía nueve años. Y si Froilán declina la imposible corona, «optaríamos por volcarnos con su hermana Victoria Federica, que es una chica muy sensata». Ni rey de Galicia ni de España, pero sí de los «juancarlistas» que encuentran grandes parecidos entre abuelo y nieto: su afición por el mundo taurino y un carácter independiente, abierto y alegre.
En el College for International Studies (CIS), donde cursa la carrera de Empresariales, aseguran que «es un alumno ejemplar, un buen estudiante y un chico sencillo y normal». Es evidente que, a sus 19 años, ha dejado de ser fuente de escándalos, pero sus padres le censuran tanta salida nocturna y la identidad de algunos de sus acompañantes, que no caen bien en la familia Marichalar Borbón. A la Infanta Elena le horroriza pensar que su hijo pudiera convertirse en pinchadiscos. Quiere para él logros mayores y ya le ve ejerciendo de ejecutivo en alguna de las importantes empresas en las que Marichalar es, o ha sido, consejero.
Es más que probable que Froilán vuelva a Estados Unidos para estudiar los dos últimos cursos de carrera. Su predisposición festiva y algunas compañías cortesanas le están haciendo más mal que bien, dando de él una imagen que quizá no se corresponda con la realidad. El joven aún es víctima de sus travesuras infantiles y gamberradas de adolescente, y en la Casa Real no interesa para nada añadir nuevos capítulos. Por eso, verían con buenos ojos que se fuera de España unos años. Un vecino muy conocido de la urbanización cercana al Parque del Retiro, donde viven la infanta y sus dos hijos, se refiere al aristocrático muchacho como «un joven muy educado y que tiene siempre la sonrisa en la cara. Es amable y respetuoso con todo el mundo».
Cuando empezó a interesarse por el mundo taurino llegó a plantear a sus padres que quería ser torero. Locura de adolescente que cayó como una losa en la real familia. «Un hijo torero, ni se me pasa por la cabeza, es una irresponsabilidad absoluta», dicen que comentó la Infanta Elena a su círculo más cercano. A Froilán le costó asumir la negativa porque ya había comenzado a entrenar con su amigo Gonzalo Caballero, matador de toros, al que el sobrino de los actuales Reyes sigue por todas los cosos en los que actúa.
E incluso se atreve a salir a la plaza con un capote en tentaderos que organizan sus amigos. Y dicen que no se le da nada mal.
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