Balcanes
Kosovo pospone un mes las normas fronterizas con Serbia
La UE les invita a negociar en Bruselas para solucionar sus controversias
El Gobierno de Kosovo ha decidido aplazar un mes, hasta el 1 de septiembre, la prohibición de documentos y matrículas serbias en su territorio tras las tensiones de este domingo en dos puntos fronterizos entre ambos territorios. Esta medida obligaba a aquellos que quisieran entrar en Kosovo a través de Serbia a tener que cambiar estos documentos por papeles expedidos por Pristina. Tanto Bruselas como Washington se han felicitado por este retraso. «La UE ha invitado a ambas partes a reunirse en Bruselas para discutir el camino adelante, encontrar soluciones y evitar que estas tensiones vuelvan a aparecer de nuevo», aseguró Peter Stano, portavoz de máximo representante de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell.
Kovoso, provincia perteneciente a Serbia con población de mayoría albanesa, proclamó su independencia de manera unilateral en 2008, con el padrinazgo de EE UU. Desde entonces, un centenar de países reconocen Kosovo como Estado, aunque dentro de los Veintisiete hay cinco –entre ellos España– que no lo han hecho. La normalización de las relaciones entre los dos territorios es una de las condiciones para que la UE considere que los dos países puedan formar parte del club comunitario en el futuro.
Esta medida de reconocimiento de pasaportes y matrículas ya estaba en vigor para los que se desplazasen en dirección contraria desde Kosovo a Serbia desde 2008, cuando la provincia albanesa declaró su independencia. A pesar de esto, unos 50.000 serbios que viven en el norte del país siguen utilizando los documentos de la administración serbia como rechazo a las autoridades de Pristina.
Según un comunicado emitido el domingo, el Gobierno del primer ministro kosovar, Albin Kurti, condiciona el aplazamiento a la retirada de las barricadas colocadas por los serbios de Mitrovica en protesta por esta medida. Las tensiones llegaron a tal punto este fin de semana que incluso la Fuerza de la OTAN para Kosovo (KFOR) aseguró estar preparada para intervenir. El presidente serbio, Aleksandar Vucic, indicó que están trabajando «en que se calme la situación».
La ampliación de la UE a los Balcanes seguirá siendo uno de los grandes debates de los próximos meses. De hecho, el presidente del Gobierno español,Pedro Sánchez, ha hecho una reciente gira por la región como preludio a la presidencia española de la UE en el segundo semestre de 2023. El club comunitario ve con desasosiego la influencia de potencias como China y Rusia en estos países. Ni Pekín ni Moscú reconocen a Kosovo como Estado y Serbia ha decidido no unirse al régimen de sanciones de EE UU y la UE contra Moscú por la invasión de Ucrania. Un gesto que es visto con gran preocupación por las cancillerías europeas, que constatan cómo la sombra del presidente ruso, Vladimir Putin, resulta cada vez más alargada.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, aseveró ayer que Rusia apoya «absolutamente» a Serbia respecto a las tensiones con Kosovo de este fin de semana, y tildó de «irrazonables» las demandas de Pristina. «Apoyamos absolutamente a Serbia. Estamos cerca de los serbios de Kosovo. Creemos que estas son demandas absolutamente irrazonables», declaró Peskov a la agencia rusa Tass.
El reconocimiento de Ucrania como país candidato a formar parte de la UE en tiempo récord ha hecho que los países de los Balcanes, que llevan décadas esperando en la cola para entrar en la UE, se hayan sentido víctimas de un doble rasero. Hace dos semanas, los Veintisiete decidieron retomar el proceso de adhesión de Macedonia del Norte y Albania.
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