Parlamento Europeo
El liberal Verhofstadt se postula para suceder a Schulz en la Eurocámara
La elección del presidente del PE amenaza la Gran Coalición entre socialistas y populares
La elección del presidente del PE amenaza la Gran Coalición entre socialistas y populares
La carrera para suceder al socialdemócrata alemán Martin Schulz como nuevo presidente del Parlamento Europeo (PE) está más abierta que nunca. Guy Verhofstadt, el que fuera primer ministro belga durante nueve años y actual líder de los liberales en la Eurocámara, anunció ayer su candidatura en liza con la de Antonio Tajani, del Partido Popular Europeo (PPE), y la de Gianni Pitella, jefe de filas de la familia socialista. El enigma se resolverá el próximo 17 de enero, pero en la recta final, no hay una mayoría aritmética clara.
El abandono de Schulz para ser candidato a las elecciones alemanas del próximo septiembre no sólo deja vacante un puesto político, sino que amenaza con desequilibrar el pacto político de Gran Coalición que ha presidido en los últimos años tanto el reparto de cargos en las principales instituciones europeas como los grandes ejes vertebradores de la política comunitaria.
En medio del auge de los populismos y un calendario electoral endiablado, la cohabitación entre socialistas y conservadores amenaza con saltar por los aires. Ante este panorama revuelto, Verhofstadt aspira a presentarse como bisagra capaz de aunar voluntades a pesar de que su fuerza política pasó en los últimos comicios de tercer a cuarto puesto, tras ser superado en número de escaños por el grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (CRE) en el que encuentran acomodo los «tories» británicos y los conservadores polacos. De momento, el político belga ha conseguido ser designado como el negociador por parte de la Eurocámara en el proceso de salida de Reino Unido del bloque europeo.
Verhofstadt cuenta como ventaja y, quizás también como inconveniente, una personalidad propia cuya altura intelectual y dialéctica es reconocida incluso por sus adversarios más acérrimos. Un digno sucesor de un Schulz que en los últimos años ha dotado al cargo de presidente de la Eurocámara de unos tintes mucho más políticos que sus predecesores. «Muchos van a echar de menos a Schulz», explican fuentes comunitarias, que consideran que la procedencia del político belga en pugna con dos candidatos del sur de Europa podría también ser una ventaja, ya que «aseguraría atención en los medios del norte de Europa». «En estos tiempos de inseguridad, de un creciente populismo que amenaza Europa, necesitamos visionarios, personas que sean capaces de tender puentes y que busquen compromisos», recalcó el político belga en un vídeo que subió ayer como alegato para su candidatura en las redes sociales.
Según el acuerdo escrito entre populares y socialistas europeos, la presidencia del Parlamento Europeo debe repartirse durante el periodo de cinco años que dura la legislatura en dos turnos de dos años y medio. Schulz ha sido el primer presidente de la Eurocámara en ostentar dos mandatos. A pesar de que el propio presidente de la Comisión Europea, el conservador Jean Claude Juncker, había abogado por su continuidad, la marcha del político alemán y la negativa de los populares a ceder el puesto han enturbiado el panorama. Pitella, líder de los socialistas, está dispuesto a luchar por el cargo y a dar un giro hacia la izquierda a las políticas europeas después de años de dominio de la austeridad presupuestaria. Si el cargo de presidente de la Eurocámara sigue recayendo en los populares europeos, las tres principales instituciones comunitarias pasarían a estar controladas por parte de la misma familia política y los socialistas tan sólo contarían entre los grandes puestos con la Alta representante para la Política Exterior Europea, Federica Mogherini y el presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem. Esto también podría complicar el futuro del responsable del Consejo, Donald Tusk, que ha dejado de contar con el apoyo del Gobierno ultranacionalista polaco.
Tajani es también un candidato de sobra conocido en los pasillos comunitarios. Ostentó los cargos de comisario de Transportes e Industria en las dos legislaturas de José Manuel Durao Barroso y, antes de desembarcar en Bruselas, fue portavoz del Gobierno de Silvio Berlusconi. Es precisamente esta fidelidad al ex «Il Cavalieri» la que le otorga la animadversión de las fuerzas de izquierdas de la Eurocámara y abre posibilidades a Verhofstadt como candidato de consenso.
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