
Testimonios
"Los bombardeos en Gaza no ayudan a que vuelvan los rehenes"
Madres de secuestrados por Hamás piden al Gobierno de Netanyahu que haga lo posible por que sus hijos sean liberados

Después de dos meses de agónicas liberaciones de rehenes por goteo por parte de Hamás en ceremonias terroríficas, Israel reanudó los bombardeos sobre Gaza en la noche del 16 al 17 de enero, mientras aún hay 59 cautivos en Gaza, se estima que solo 24 de ellos están vivos. Entre ellos están David y Ariel Cuño y Eitan Horn, todos secuestrados del kibutz Nir Oz. Sus madres, Silvia Cuño y Ruti Chmiel Strum, ambas argentinas, consideran que la reanudación de la guerra es un error. «Los bombardeos no ayudan», dice Ruti, cuyos hijos Iair y Eitan fueron secuestrados y el primero liberado en una de esas ceremonias hace dos meses. «Hubo muchos secuestrados que perdieron la vida por esos bombardeos», añade. Silvia agrega que son «un error gravísimo, que pueden llegar a matar a mis hijos o a otros rehenes», y contó un ejemplo de cómo vivió su hijo David un bombardeo en Gaza.
David fue secuestrado con su esposa Sharon y sus dos hijas gemelas, Yuli y Emma, de tres años. Ésta última fue separada de su familia a su llegada a Gaza. «La niña estuvo 10 días sin sus papás, ellos pensaban que la habían perdido», contó Silvia. «La casa de al lado de donde ellos estaban retenidos fue bombardeada, cayó la pared de la casa y casi los matan, los llevaron a un hospital, heridos y disfrazados para que no los lincharan. Así son los bombardeos en Gaza». En el hospital, milagrosamente, se reencontraron con Emma, quien había sido llevada allí por tener una fiebre incontrolada.
Ruti cuenta que sus hijos estuvieron todo el tiempo en los túneles. «No tengo ninguna información de mi hijo Eitan desde que se despidió de Iair», lamenta.
Ambas insisten en que la liberación de los rehenes debe ser hecha cueste lo que cueste, «todos juntos y dar a Hamás todo lo que pidan, y, después, ocuparse de lo que tengan que ocuparse», afirma Ruti.
David fue secuestrado del kibutz Nir Oz el sábado 7 de octubre de 2023, también su esposa Sharon y sus dos hijas. Ariel fue secuestrado con su novia Arbel Yehud. Sharon y las gemelas fueron liberadas en noviembre de 2023. Arbel en el mes de febrero de este año.
«Cuando una madre o un padre está esperando al hijo que dijo que llegaría a cierta hora y no llega, se vuelve loco. Yo estoy así, me estoy volviendo loca, no puede ser lo que nos están haciendo tanto el gobierno y los terroristas, es insoportable», explica Silvia.
Ruti dice que, al igual que Silvia, «yo me quedé en el 7 de octubre de 2023, a pesar de que Iair está aquí con nosotros, pero solo está en cuerpo, su alma está allá. Solo está pensando en su hermano Eitan y en los demás secuestrados. No imaginé nunca estar en una situación así».
Silvia cuenta que su día consiste en levantarse por la mañana, «tomar un café, voy a la rotonda de donde vivo, todas las mañanas de 9 a 10 viene gente de todo el país, y esa gente es la que me da la fuerza para seguir adelante, y mi perrito, el sacarlo a pasear, mi familia. Pero toda mi familia vivía en el kibutz, el 6 de octubre éramos 20 al día siguiente fuimos doce, porque ocho personas fueron secuestradas de mi casa».
Ruti describe que sacó fuerzas de donde no la había. «El pueblo está conmigo, siento su abrazo y eso me ayuda a seguir adelante, hago todo lo que puedo, hablo por la tele y por la radio, con grupos que vienen del exterior, y eso me ayuda también. Y así estoy, desde el 7 de octubre». «Es muy difícil para nosotros, pero mucho más difícil para ellos, que están allí», añade.
Ambas piden al gobierno de Netanyahu que haga más. «Que el gobierno haga todo lo posible, si no lo está haciendo, que lo haga, por liberar a los 59 secuestrados, tanto a los que están con vida como a los que están sin ella», exige Silvia. «Les digo todo el tiempo que piensen con la cabeza y el corazón, si es que lo tienen, que piensen en ellos que se están pudriendo en los túneles». Ruti señala que si el gobierno hubiera hecho lo que tenía que hacer, los secuestrados habrían estado de vuelta la primera semana. «Lamentablemente todos nos equivocamos, tomamos caminos que no tenemos que tomar, pero podemos corregir. Yo le pido al gobierno que corrija», insiste en que muchos de los que estaban vivos en la primera semana, ya no lo están, pero que el único modo de que el país siga adelante, no solo los familiares, es trayéndolos a todos.
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