Tensión en Asia
Las imprevisibles consecuencias de la visita de Pelosi a Taiwán
La presidenta del la Cámara de Representantes tiene previsto reunirse con la jefa de Estado taiwanesa, mientras aviones chinos sobrevuelan cerca de la isla
La especulación en torno a la visita de Nancy Pelosi, la respuesta de China y sus futuras consecuencias continúan, aunque la presidenta de la Cámara de Representantes ya esté en la isla.
Pelosi aterrizó en Taipéi el martes por la noche en un avión de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, escoltado por cazas taiwaneses. Mas de 40.000 personas siguieron la retransmisión en directo de la recepción de la “invitada ilustre”.
A pesar de las amenazas de China y las advertencias de EE UU, la congresista ha decidido parar en Taiwán mientras realiza su gira por Asia-Pacifico, en un momento de altas tensiones entre ambas potencias.
A su llegada, expresó con un comunicado que su visita “honra el compromiso inquebrantable de Estados Unidos con la democracia” y que la solidaridad con Taiwán “es más importante que nunca”.
Varias fuentes del Gobierno taiwanés han confirmado que Pelosi se reunirá el miércoles con la presidenta Tsai Ing Wen, aunque los detalles del encuentro son mínimos.
China anunció que el Ejército Popular de Liberación realizará ejercicios militares en varios puntos alrededor de Taiwán desde el jueves al domingo. Esta fue la primera respuesta de Pekín después de que Pelosi aterrizase en Taipéi.
El Ministro de Asuntos Exteriores chino condenó la visita en un comunicado. “Es un acto muy peligroso que implica jugar con fuego. Quien juega con fuego acaba quemándose”, advirtió en un comunicado tras la llegada de Pelosi, haciéndose eco de las palabras que Xi Jinping le dijo el jueves pasado a Biden en una conversación telefónica.
Mientras Pelosi mantenía reuniones en Kuala Lumpur, China se preparaba para demostrar que “no se quedarían de brazos cruzados” ante la posibilidad de que la congresista viajara a la isla.
El Ejército Popular de Liberación anunció que realizaría simulacros con fuego real en el Mar de China Meridional -cerca del estrecho de Taiwán- desde el martes hasta el sábado.
Además de los ejercicios por mar, según medios locales, la mañana del martes se avistaron aviones de guerra chinos volando cerca de la línea no oficial que divide el estrecho de Taiwán, una línea que los aviones de ninguna de las partes suelen cruzar.
Varias aerolíneas informaron también que habían cancelado o reprogramado vuelos desde los aeropuertos de provincias próximas a Taiwán, como Xiamen. Los residentes de Xiamen decían de que habían visto vehículos blindados. Xiamen se encuentra a apenas 30 kilómetros de las islas Kinmen, controladas por Taipéi, y que han sido objetivo de bombardeos por parte de China anteriormente.
Las redes sociales chinas se llenaron de inquietud ante un posible conflicto y de fervor patriótico.
Ante el aumento de presencia militar del gigante asiático, el Ministerio de Defensa de Taiwan ordenó reforzar sus preparativos para combate y elevó el nivel de alerta militar de la isla.
A la vez que las tensiones militares iban en aumento, el sitio web de la oficina presidencial de Taiwán recibió un ciberataque desde el extranjero que hizo que estuviese inoperativa durante varios minutos.
En la tarde del martes, cuando la visita de Pelosi parecía más que inminente, China advirtió que Taiwán se enfrentaría a “consecuencias desastrosas” si EE UU “gestiona mal la situación en el estrecho”.
China se ha mostrado siempre reticente a las visitas de delegaciones estadounidenses a Taiwán, pero se ha mostrado especialmente sensible ante la posibilidad de una visita de Pelosi desde que la congresista, puesto que es la segunda en la sucesión a la presidencia después del vicepresidente, y pertenece al mismo partido que Biden. La última vez que un presidente de la Cámara visitó Taiwán fue en 1997 y China se ha arrepentido de haber tolerado esa visita de Newt Gingrich.
La casa blanca temía que una visita de Pelosi a la isla en estos momentos, cuando la relación entre ambos países se encuentra en un punto bajo, pudiera desencadenar una crisis en el estrecho de Taiwán. El propio Biden había mostrado su desacuerdo con esta visita, pero el Congreso estadounidense es órgano independiente del presidente y Pelosi ya había tomado una decisión.
Muy crítica con el régimen chino
Pelosi siempre se ha mostrado muy crítica con el Partido Comunista Chino, y así lo ha vuelto a señalar en un artículo de opinión publicado en “The Washington Post” poco después de que aterrizase en Taiwán. En él, recuerda la Ley de Relaciones de EE UU con el territorio y hace un llamamiento a “apoyar Taiwán, isla de resiliencia”.
La esperada y controvertida visita de Pelosi a Taiwán ha desatado la preocupación por una posible respuesta militar de China, y las consecuencias que ello tendría. La retórica de China con sus inminentes y acaloradas amenazas ha dado lugar a una situación peliaguda de la que no puede escapar sin que haya consecuencias.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, instó el lunes a China a actuar con responsabilidad y “no entrar en ninguna escalada”. Retirarse no dejaría al Gobierno en un buen lugar, pero hacer realidad sus amenazas y generar un conflicto en estos momentos, en medio de una crisis mundial por una guerra que aun no ha acabado, es una solución peor.
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