5 de noviembre

El horizonte judicial de Donald Trump depende del resultado en las urnas

Si gana, el republicano podrá borrar sus causas federales y las estatales quedarán congeladas hasta que termine la Presidencia. Si pierde estará más cerca de la cárcel

Lititz (United States), 03/11/2024.- Former President of the United States and current Republican presidential candidate Donald Trump addresses supporters at a campaign rally in Lititz, Pennsylvania, USA, 03 November 2024. With Election Day two days away on 05 November, polls show that the presidential race between Trump and Democratic presidential nominee Vice President Kamala Harris is very close. (Estados Unidos) EFE/EPA/JIM LO SCALZO
Trump en uno de sus últimos mitinesJIM LO SCALZOAgencia EFE

Cuando Donald Trump intervino por primera vez en la arena electoral estadounidense en 2016, el país entendía la política de una manera muy distinta. Las diferencias existían pero todos los académicos insisten en que las formas se guardaban. Para el profesor de Ciencias Políticas e Historia en American University, Emilio Viano, “todo recaía en el carácter”. Esta es una palabra a la que a los estadounidenses les gusta apelar a la hora de describir los términos morales de comportamiento para sus líderes políticos. Y es precisamente “el carácter” lo que sus críticos le cuestionan más al expresidente y candidato republicano, Donald Trump. Sin embargo, el abrumador movimiento “Make American Great Again” que Trump construyó como base electoral, tiene claro que sus prioridades son otras. Es por esto que el republicano, quien más que la presidencia en juego el 5 de noviembre tiene el resultado de sus diversos problemas legales, no se ha visto impactado por sus idas y venidas a los tribunales en medio la campaña. De hecho, 2 de cada 3 votantes registrados aseguraron que un veredicto de culpabilidad contra Trump no tendría efecto en su decisión de voto para las elecciones presidenciales, según una encuesta de PBS NewsHour/NPR/Marist.

En general, el 67 por ciento de los votantes indicó que una condena no haría ninguna diferencia para ellos, incluyendo al 74 por ciento de los votantes independientes. Esa es una cifra significativamente mayor que el porcentaje de republicanos o demócratas que dijeron que no cambiarían su voto, por ejemplo. Más interesante aún fue el hecho de que el 25 por ciento de los republicanos dijo que serían más propensos a votar por Trump si fuera apresado. En conversación con LA RAZÓN, Viano explica que parte de ese sentimiento es un rechazo a la idea instaurada por Trump de que le están persiguiendo judicialmente por motivos políticos, que sus “enemigos” quieren verle preso para “no permitir un regreso al poder que devuelva Washington a la gente”, asegura.

Una victoria en la elección que él ha denominado "la más importante" en la historia del país probablemente resultaría en la desestimación de los casos penales federales en su contra, mientras que los casos penales estatales posiblemente serían suspendidos hasta que deje el cargo, además de que se añadirían demoras en los diversos casos civiles pendientes contra él.

Sin embargo, una derrota frente a la vicepresidenta Kamala Harris podría hacer que Trump enfrente una posible sentencia de cárcel más adelante este mismo noviembre por su condena penal en Nueva York, y que se presenten juicios penales adicionales en 2025. También podría dejarlo expuesto a más juicios civiles en un futuro cercano, mientras ya está apelando 500 millones de dólares en sentencias civiles en su contra.

Y es que la situación judicial de Trump se extiende más allá de los deseos de sus simpatizantes. Gane o pierda, el mayor desafío inmediato de Trump después de las elecciones es su posible sentencia por 34 cargos de delitos graves de falsificación de registros comerciales en Nueva York. Está tentativamente programado para ser sentenciado el 26 de noviembre, tres semanas después del día de las elecciones.

El juez de la Corte Suprema de Nueva York, Juan Merchan, pospuso dos veces el procedimiento para dar a Trump y a sus abogados más tiempo para argumentar que la decisión de la Corte Suprema en julio sobre el alcance de la inmunidad presidencial debería resultar en la anulación de la condena. Si Trump pierde, también estará en el horizonte el caso de interferencia electoral del fiscal especial Jack Smith. En esta trama se acusa al exmandatario de conspiración para defraudar a Estados Unidos por intentar ilegalmente revertirlos resultados de las elecciones de 2020. El republicano estaba programado inicialmente para ir a juicio a principios de este año, pero se pausó varios meses mientras la Corte Suprema analizaba los argumentos de Trump sobre que estaba mayormente protegido de acusaciones debido a la inmunidad presidencial.

Smith, su bestia negra

Se espera que los fiscales sigan avanzando con el caso incluso si Trump es elegido en noviembre, aunque probablemente quien sea designado para dirigir el Departamento de Justicia despedirá a Jack Smith y frenará el caso. En una entrevista reciente con el locutor de radio Hugh Hewitt, Trump sugirió que podría no esperar a su nuevo fiscal general. “Lo despediría en dos segundos”, aseguró refiriéndose a Smith.

El otro amplio caso, en el que se acusa a Trump y a más de una docena de personas de conspirar ilegalmente para revertir los resultados de las elecciones de 2020, se espera que esté en suspenso hasta diciembre, cuando un tribunal de apelaciones decidirá si la fiscal de distrito del condado de Fulton, Fani Willis, y su oficina pueden permanecer en el caso.

Si se le permite, eso podría hacer que el caso, detenido hace mucho, avance. Una derrota de Trump podría permitir que el juez de la Corte Superior del Condado de Fulton, Scott McAfee, fije una fecha de juicio. Sin embargo, si Trump pierde, probablemente seguirá apelando el caso, lo que podría añadir más retrasos. Y por último, el de los documentos clasificados. En julio, la jueza de distrito Aileen Cannon desestimó el caso penal que acusa a Trump de mentir y engañar a los investigadores federales para retener los papeles secretos después de dejar la Casa Blanca, al encontrar que el nombramiento de Smith como fiscal especial era ilegal. Smith está apelando la decisión, argumentando que hay abundantes precedentes para su nombramiento y que el caso debería seguir adelante. Al igual que con el caso federal de elecciones, se espera que la oficina de Smith continúe incluso si Trump es elegido, aunque probablemente se cerraría rápidamente la oficina del fiscal especial y la apelación sería retirada.

Para Viano, toda la compaña de Donald Trump está basada en evitar esos escenarios judiciales y por eso su retórica ha sido cada vez más “divisiva”. Y es que no es extraño encontrar a votantes que aún después de los hechos del 6 de enero de 2021, cuando una turba de seguidores "trumpistas" asaltó el Capitolio de EstadosUnidos, todavía allá quienes les llamen “presos políticos” y hasta estén dispuestos a repetir ese episodio.

El motivo de este ferviente apoyo no está del todo claro y, cuando estamos apunto de conocer quién será el nuevo ocupante de la Casa Blanca, esa base de apoyo ‘trumpista’ se ha multiplicado hasta alcanzar casi la mitad de votantes registrados, generando un empate técnico en los siete estados considerados clave. Un mano a mano de esta magnitud no se veía desde hace cincuenta años. Desde la campaña de Trump, portavoces como Steven Cheung han dicho abiertamente que todos los casos deberían ser desestimados. Las “cazas de brujas contra el presidente se han desplomado” y “todas deberían ser desestimadas a la luz de la histórica decisión de la Corte Suprema sobre inmunidad y otras jurisprudencias vitales”, dijo recientemente en un comunicado.