Ampliación europea
La UE corteja a los Balcanes ante la influencia de Moscú y Pekín
Los Veintisiete descartan nuevas ampliaciones a medio plazo y optan por multiplicar la ayuda económica
Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete se reúnen hoy en Eslovenia en una cumbre con los países de los Balcanes Occidentales, con el propósito de apoyar a la región ante la inquietante influencia de China, Rusia y Turquía, aunque los pocos avances en el proceso de adhesión inviten al pesimismo. «Esta no es una cumbre sobre la ampliación», recordaba un alto cargo diplomático como quien predica en el desierto. Aunque hoy no se tomará ninguna decisión de calado, será el elefante en la habitación ante las palpables diferencias entre las cancillerías europeas sobre cómo actuar y está previsto que la declaración conjunta contenga un párrafo sobre este tema, lo suficientemente ambiguo para contentar a todas las partes y no gustar del todo a ninguna. No parece que los intentos de Eslovenia, la Presidencia rotatoria, de aprobar algún tipo de calendario orientativo de adhesión vayan a resultar exitosos.
Mientras hay algunos países que apuestan de manera clara por incorporar a estos países a la UE como Alemania e Italia, otros como Francia y Países Bajos se resisten. Emmanuel Macron ha conseguido introducir cambios en el proceso de adhesión para que sea más severo, con el objetivo de que solo puedan acceder al club aquellos países que han realizado las reformas necesarias tanto en el terreno económico como en el respeto al Estado de Derecho. Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, se da por supuesto que cualquier mensaje del Elíseo a favor de la entrada de estos países puede evocar la amenaza de una posible oleada migratoria, lo que daría alas a los partidos de ultraderecha.
En el caso francés, las objeciones no son tan solo en el corto plazo, ya que Macron también plantea el debate sobre si la política de vecindad europea debe basarse en otros pilares que no sean tan solo la promesa de adhesión, cuando otras potencias logran influir sin esta estrategia.
«No estamos en el año 2004. Ahora todo es más difícil», recuerda el mismo diplomático en referencia a la ampliación a diez países del Este y cuya digestión ha sido pesada teniendo en cuenta la deriva autoritaria en la que se encuentran países como Polonia y Hungría.
En lo que se refiere a este proceso, los seis países balcánicos que participaron en la reunión se encuentran en situaciones diversas. Montenegro y Serbia han iniciado negociaciones, Albania y Macedonia del Norte están a la espera de iniciar conversaciones formales, mientras que Kosovo (que no es reconocido como Estado por cinco país europeos, entre ellos España) y Bosnia son candidatos.
El clima se ha emponzoñado en los últimos meses después de que Bulgaria haya vetado el acceso de Macedonia, ya que considera que Skopje debe reconocer que la lengua macedonia tiene raíces búlgaras.
Uno de los grandes interrogantes es si las largas europeas pueden incrementar las tensiones en la región. Esta cumbre ha venido precedida de una gira por parte de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para apaciguar los ánimos. La semana pasada, Serbia y Kosovo acordaron una solución temporal para que los conductores de ambos países pongan pegatinas especiales en sus matrículas que oculten los símbolos nacionales y los conductores puedan cruzar libremente. Hasta que se encontró esta solución temporal, los conductores de vehículos con matrícula serbia estaban obligados a comprar una matrícula temporal kosovar para poder ingresar en el país. Tanto Pristina como Belgrado movilizaron fuerzas especiales en la frontera y Serbia incluso pidió a la OTAN su intervención.
En cuanto a los compromisos a corto plazo contantes y sonantes, está previsto que los líderes europeos confirmen un plan de inversión de 30.000 millones de euros durante los próximos 7 años, de los que 9.000 millones estarán a cargo del presupuesto comunitario.
Además, antes de la cumbre de hoy los líderes europeos aprovecharon una cena informal ayer para debatir el papel de la UE en el mundo después de la espantada estadounidense de Afganistán y la Alianza AUKUS entre Washington, Camberra y Londres que ha dejado a Francia –y por añadidura al conjunto de la UE– fuera de juego en el indo- pacífico. Al cierre de esta edición, la cena no había concluido. Estaba previsto que los líderes europeos comenzaran a trabajar en un texto conjunto entre la UE y la OTAN que reconcilie la postura de los miembros del club que quieren avanzar en la autonomía europea con la de los que no quieren que esto socave el vínculo transatlántico.
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