Sam Raimi feliz regreso a la serie B

De repente, durante una entrevista de promoción, puede abrirse una grieta de verdad en un discurso que ha nacido como mera venta publicitaria. Amable y tímido, Raimi entra en la suite del hotel Martínez de Cannes con la pinta de un viajante de comercio que se ha equivocado de cita. Traje negro vagamente arrugado, camisa blanca y maletín colgado del hombro: nadie diría que es el hombre detrás de la saga «Spiderman», ahora presentando la irresistible «Arrástrame al infierno», su regreso al cine de terror. Cuando se le pregunta por si la muerte prematura de su hermano ha influido en su cine, hace una pausa, medita y abre su corazón: «Mi hermano Sander era el favorito de mi madre. Era una persona muy especial. A los 15 años iba a ingresar en el prestigioso MIT de Massachussets para estudiar ciencias. Era un genio en ciencias. Nos hacía trucos de magia cuando éramos pequeños. Y entonces murió ahogado en una piscina, en un viaje de estudios a Israel. Un misterio». Otra pausa, un suspiro y continúa: «Dejó un gran vacío en mi familia y, de algún modo, me vi obligado a ocupar su lugar. Empecé a hacer magia y a pensar en dedicarme a ser director de cine». Raimi, que ya está trabajando en la cuarta entrega de «Spiderman» («creo que esta vez lo puedo hacer mejor», afirma casi disculpándose por el fiasco de la tercera), define «Arrástrame...» como «una película sobre los peligros de la avaricia». ¿Terror hipotecario? «No era nuestra intención hacer un comentario sobre la crisis, pero hemos estado desarrollando el guión durante los últimos cinco años y es inevitable que nos hayamos contagiado del clima socioeconómico». La cinta arranca con el antiguo logo de la Universal. Un signo de hasta qué punto es un hilarante ejercicio de nostalgia, una mirada tierna y brutal hacia la trilogía de «Posesión infernal»: «Intento explorar los mecanismos del cine de terror de mis inicios, aunque poniendo el acento en una protagonista con quien el espectador pueda identificarse, detalle cuya importancia descubrí con "Un plan sencillo"o "Premonición"». Una noche endemoniadaÁvido coleccionista de cómics, ha aprovechado sus lecturas juveniles para imprimir cierta atmósfera retro a la trama y a su estilo visual: «Por supuesto que me han influenciado los cómics de la EC, que siempre tienen la misma estructura narrativa: alguien comete un error, una acción malvada, y un fantasma le persigue, cosas así. En términos cinematográficos, quería homenajear el poder de sugerencia de "La noche del demonio", de Tourneur. No la he visto en 20 años, pero recuerdo algunas de sus secuencias como si las hubiera visto ayer».