Estreno teatral
Espert y Sardá juntas en el teatro
Maribel Verdú es una de nuestras grandes actrices teatrales que no sólo compite artísticamente con Aitana Sánchez-Gijón, ya que también lo hicieron por la indumentaria la otra noche, acaso más que una casualidad, durante la fiesta de entrega del premio Valle-Inclán de Teatro, que reconoció a Juan Mayorga.
Mientras cuestionaban a Carmen Machi por lo histriónica, o sin recursos, que está en el último corto de Pedro Almodóvar, titulado «La concejala antropófaga», que no es prodigio de ingenio, Antonio Ozores anunciaba el lanzamiento de un libro autobiográfico. Se lo anticipó a Rosa Valenty, que estaba con su hijo mayor, que ha recuperado después de ocho años rodando culebrones en Costa Rica. El guaperas no tiene prisa por reincorporarse al teatro porque quiere tomar tierra y decidir, según comentó ante un Pedro Larrañaga que cuenta los éxitos por producciones. No le falla ninguna, como puede verse en el abarrotado «Arte» interpretado por Luis Merlo; «El enfermo imaginario», que protagoniza Quique San Francisco, o el duelo interpretativo entre la Verdú y Aitana.
Noche deslumbrante
Maribel exultaba bajo una túnica blanca de Juanjo Oliva animada por un conjunto de perlas y brillantes «que me ha prestado mi tía Amparo Rivelles», un nombre imperecedero de nuestras artes y una auténtica reinona en un México que no deja de añorarla. Pervive su magisterio lleno de exquisitez, ya que es una gran dama del teatro y de los ingenios más vivos que aún puedan encontrarse, aunque su madre, María Fernanda Ladrón de Guevara, la superaba. Maribel lo recordaba mientras observaba el traje, que también tenía el hombro izquierdo descubierto y recogido por un lazo, de su oponente, que no contrincante.
Fue una noche muy teatral con una Lola Herrera en estado de gracia indumentaria, ya que acudió con un dos piezas marrón dorado con cuello de raso. Su bufanda avisonada impactó a Paco Nieva, quien prepara la versión de un clásico «con elementos raperos, hay que estar al día», apuntó. Cuqui Fierro sorprendió con su conjunto rosa envuelto en una capelina que dejó turulata a Isabel Mingote.
Paloma San Basilio me contó que en San Isidro ofrecerá unos conciertos en el Español, sala que, por septiembre, recibirá a lo que ya anuncia como sensación del año: Nuria Espert y Rosa María Sardá protagonizarán «La casa de Bernarda Alba» bajo la dirección de Lluís Pasqual. Será la primera «Bernarda» de la trágica catalana que en Londres dirigió Glenda Jackson y Lady Oliver en una «Poncia» memorable. Fue un estreno realzado por la Reina Doña Sofía, Ana María de Grecia y Noor de Jordania, entonces feliz con Hussein.Un plato fuerte de lo más apetecible, auguraron ante un Fernando Montesinos que prepara un homenaje al maestro Alonso, autor de «El pichi» mitificado por Celia Gámez.
Se habló de que Pepe Rubio anda desmejorado, de ahí su ausencia. Todos le echaron en falta por ser gran un actor y mejor persona. Mientras, dicen que el semiparalizado Alfredo Landa mejora del ictus que tratan con amor y entrega la abnegada Maite y sus hijos.
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