Familia

Pax afectiva y liquidez en casa Thyssen

Esta semana Carmen Cervera y su hijo Borja se reencontraron públicamente en los Premios BMW de Pintura y Arte Digital

Carmen Cervera, la baronesa Thyssen
Carmen Cervera, la baronesa ThyssenGtres

La baronesa Thyssen nunca ocultó su deseo de reducir la distancia «emocional y física» con su hijo Borja. Y este está siendo para ella un gran otoño. Ya vimos que la relación fluía en la inauguración de la retrospectiva de Peter Halley en el Museo Thyssen, en octubre, y ahora, en el Teatro Real se ha vuelto a repetir la escena. Esta vez incluso, han pasado (por separado) por photocall. Y es que si hay una saga en España que ha hecho correr ríos de tinta, esa ha sido la de la familia Thyssen. Tita Cervera, su hijo, Borja Thyssen y su nuera, Blanca Cuesta han acaparado multitud de titulares y portadas a lo largo de los últimos años. Y, aunque no siempre ha habido cordialidad entre ellos (de hecho, apenas se han dejado ver en público juntos), parece que últimamente las posturas se están acercando. O al menos se mantiene una cordialidad pública que hace unos años era improbable.

Borja Thyssen y Blanca Cuesta en los Premios BMW de Pintura y Arte Digit
Borja Thyssen y Blanca Cuesta en los Premios BMW de Pintura y Arte DigitGtres

Escenario de una reencuentro fueron los Premios BMW de Pintura y Arte Digital, presididos por la Reina Sofía, en el Teatro Real de Madrid. Se ha dicho que en este evento en el que coincidieron la baronesa Thyssen con Borja Thyssen y Blanca Cuesta hubo tensión. Todo lo contrario. La que suscribe esta información fue testigo ocular de la entrada en solitario de Tita Cervera que, por cierto, llevaba el pelo mejor que nunca, y atendió amablemente a la Prensa por las polémicas relacionadas con su docuserie en Netflix sobre su vida. Su presencia estaba más que justificada en el acto como gran mecenas del arte y donde gracias a la compañía de automóviles alemana se descubre a nuevos talentos artísticos. Una espectacular Anne Igartiburu, que llegó acompañada de la también vasca Ainhoa Arteta, recibió cariñosamente a la aristócrata. Minutos más tarde llegaba Borja Thyssen, visiblemente más delgado, y Blanca Cuesta que estaba helada de frío. La pareja se dirigió a la baronesa y estuvieron charlando amigablemente hasta que se sentaron. Cervera compartió butaca con su hijo, unos minutos antes los dos compartieron conversación con el pintor Antonio López, uno de los jurados del premio. La baronesa estuvo especialmente pendiente de Blanca, incluso en el cóctel posterior al concierto que cerró la entrega de premios. Se mostraron cordiales y unidos, aunque se fueron por separado.

Todo son alegrías. La baronesa también ha limado asperezas con su hijastra Francesca Thyssen y además, el pasado octubre Tita consiguió (por fin) vender su joya más valiosa, el fantástico «corsage» de la Reina María Cristina, que había sido sacado a subasta sin éxito en 2015. Ahora, con más liquidez, menos problemas familiares y con su hija Carmen que se perfila como sucesora, solo le espera solucionar el tema de su docuserie.