Modas
«Barbie Bótox», el retoque que querrás (o no)
El «boom» de la muñeca de Mattel ha disparado una práctica estética que estira el cuello y adelgaza los hombros
El «boom» Barbie ha llegado también al mundo de la cirugía estética. Se trata de una nueva tendencia que busca imitar el aspecto de la muñeca más famosa de Mattel, representada por la actriz Margot Robbie en la película más taquillera del año. Clínicamente se conoce como «Trapezius Botox» o «Traptox» y aunque no es procedimiento nuevo, su finalidad no ha sido siempre buscar la belleza. Hasta hace poco, muchas personas se sometían a este tratamiento para «mejorar la postura corporal, aliviar la tensión en el cuello y luchar contra las migrañas», según explica en su página web la clínica de cirugía Ann Arbor, ubicada en Michigan. Desde el estreno de la película «Barbie», el pasado mes de julio, los pacientes, en su mayoría mujeres, recurren cada vez más a las inyecciones de bótox para conseguir la apariencia de un cuello más largo y hombros más delgados. Recientemente el hashtag #barbiebotox ha recibido más de 11.2 millones de visitas en Tik Tok, y #traptox alrededor de 22.5 millones más.
Se trata de una operación que dura menos de 20 minutos. Algunos usuarios incluso bromean en redes sociales con que el tratamiento puede llevarse a cabo durante «la hora del almuerzo», y esa facilidad de ejecución aún lo hace más atractivo. Los resultados tardan aproximadamente dos semanas en hacerse visibles y dos meses para que se completen del todo. Esta técnica permite eliminar la apariencia de «jorobado», dice una usuaria en Tik Tok. Los efectos por lo general suelen durar entre 4 y 6 meses, aunque aquí influye mucho la rutina diaria del paciente y su metabolismo.
Parálisis temporal
El bótox, o toxina botulínica, se inyecta en los trapecios del paciente (que comienzan en el cuello y se extienden hasta la mitad de la espalda a ambos lados de la columna vertebral formando un trapecio) y actúa como bloqueador de la señal nerviosa, provocando que los músculos no puedan contraerse. Se produce una parálisis temporal de los trapecios que permite que estos no trabajen demasiado. Cada trapecio tiene su función y permite realizar movimientos fundamentales, por eso es importante ponernos en las mejores manos. El trapecio superior ayuda a encoger los hombros, levantar los brazos y girar, rotar e inclinar el cuello. El medio se encarga de estabilizar los hombros cuando los brazos se mueven. El trapecio inferior es el responsable de estabilizar la columna cuando nos doblamos o nos giramos.
Existen varios tipos de bótox, aunque el más común, y también el más utilizado en este tipo de tratamientos, es la toxina botulínica tipo A (BTxA). Los precios varían según la cantidad que se administra al paciente, que dependerá del tamaño de los músculos de cada persona. Por lo general oscila entre las 50 y 75 unidades para cada lado. Por ejemplo, la empresa Gallery of Cosmetic Surgery, con sede en Washington, cobra 204 euros por 30 unidades, y cada unidad adicional posterior tiene un precio de 13 euros.
El bótox en sí no está exento de riesgos y su uso prolongado puede acabar provocando debilidad muscular y reacciones alérgicas, así como otros efectos secundarios. De hecho, su uso en los trapecios con fines estéticos no está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés). La agencia solo ha aprobado este tipo de inyecciones con fines cosméticos en la cara. Los expertos coinciden en la importancia de no someterse al procedimiento con cualquier profesional ya que «las inyecciones se realizan cerca de centros vitales del control de nervios centrales y respiratorios y es uno de los pocos lugares que pueden provocar resultados fatales con el bótox», defiende el cirujano plástico Anil Shah. Según un estudio de la cirujana endocrina Eugenia Yiannakopoulou, de la Universidad de la Ciencias Aplicadas de Atenas publicado en Pharmacology, su uso terapéutico y cosmético puede tener consecuencias a largo plazo asociadas con «disfagia, compromiso respiratorio y debilidad muscular generalizada», entre otros efectos secundarios.
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