
Estética
La asombrosa transformación de Paola Olmedo: claves y secretos de su cambio
Analizamos, punto por punto, el complicado proceso médico y estético al que se ha sometido la exnuera de Carmen Borrego

Paola Olmedo, expareja de José María Almoguera y nuera de Carmen Borrego, ha causado revuelo en los medios tras su impactante transformación facial. Su nueva apariencia surge de una cirugía maxilofacial que llevó más de siete horas y requirió múltiples intervenciones. Examinamos los aspectos médicos y estéticos detrás de su notable cambio.
En declaraciones a la revista «Lecturas», Paola compartió su experiencia postoperatoria: «El cirujano me comentaba que la nariz me quedaba rara y me la han tenido que tocar. Lo de la nariz no me lo esperaba. No me esperaba tanto cambio, es muy brusco. En fotos no me reconozco. Lo más duro fue no poder dar un beso a mis hijos. Durante más de un mes he estado comiendo purés, papillas y muchas proteínas con jeringuillas, con la boca totalmente cerrada», expresó.
"Estoy en el proceso de gustarme"
El proceso ha sido emocionalmente complejo para Paola, quien admitió haber experimentado cierto repudio a su imagen: «Tuve rechazo hacia mí. Estoy en el proceso de gustarme. Pensaba que el cambio iba a ser mínimo, con los mismos rasgos, pero no tan radical». La intervención se realizó a través de la Seguridad Social, un hecho que destaca la importancia de acceder a procedimientos médicos necesarios para mejorar la calidad de vida. «Me operaron tres cirujanos durante seis horas y media», explicó. Además, reveló que la operación era crucial no solo para mejorar su estética, sino para tratar problemas de audición. «Tenía problemas de audición que me afectaban a la garganta y al oído. O te operas o te quedas sorda», agregó. También sufría problemas digestivos, ya que no masticaba bien los alimentos.

La cirugía ortognática, a la que Paola se sometió, se enfoca en corregir la posición de los huesos faciales, garantizando una mordida correcta y, a su vez, logrando una armonización facial. Los médicos pueden abordar diferentes intervenciones, incluyendo la cirugía del maxilar o de la mandíbula. Este tipo de procedimientos no se limita a la mejora estética, también es decisivo para la salud oral y funcional del paciente.
El talento detrás de la cirugía de Paola recae en el doctor Álvaro Sada, un destacado cirujano máxilofacial responsable de la Unidad Maxilofacial del Instituto Profesor Sada. Continuando el legado familiar, el doctor Sada representa la tercera generación de médicos en su familia que se dedican a esta especialidad. Con una trayectoria que abarca numerosos hospitales y centros de renombre, ha ajustado su práctica a las últimas técnicas y avances en cirugía.
En el ámbito estético, el doctor Mikel Paz Román, del Centro Elara, ha estudiado los cambios faciales de Paola. Según él, en el tercio superior de su rostro, Paola probablemente ya había recibido inyecciones de toxina botulínica antes de la cirugía, lo que explicaría la falta de cambios visibles en esa área. En el tercio medio se ha realizado una rinoplastia discernible; y en el tercio superior se ha notado una reducción en la exposición de las encías al sonreír, un cambio que puede deberse a múltiples técnicas estéticas, como el uso de toxina botulínica o rellenos de ácido hialurónico.
Los cambios más significativos se encuentran en el tercio inferior de su rostro, donde Paola padecía retrognatia severa, caracterizada por el retroceso de la mandíbula inferior en comparación con la superior, causando problemas oclusales graves y complicaciones en la mordida. La intervención quirúrgica no solo buscaba una mejora estética, sino que era una necesidad médica esencial para ella.
Pérdida de peso
Es importante considerar que esta cirugía es un procedimiento intensivo que exige un prolongado periodo de rehabilitación. En este proceso, Paola enfrentó dietas estrictas basadas en purés y bebidas proteicas debido a la imposibilidad de abrir completamente su mandíbula. Esto también ha contribuido a su pérdida de peso notable.
Otro cambio estético relevante es la desaparición de un hoyuelo que Paola presentaba, posiblemente debido a una mentoplastia que implicó la colocación de un implante o la utilización de ácido hialurónico para modelar el mentón. Para mejorar aún más su apariencia, se podría considerar el uso de bioestimuladores. Estos tratamientos pueden ayudar a generar colágeno y elastina, permitiendo una dermis más gruesa y con un aspecto rejuvenecido.

En conclusión, la transformación de Paola Olmedo es una conjunción de intervenciones quirúrgicas necesarias y decisiones estéticas. Su historia destaca la importancia de buscar atención médica profesional, así como las experiencias emocionales que conlleva un cambio tan significativo. La evolución de Paola es un testimonio de esfuerzo y transformación que puede inspirar a otros en busca de mejorar no solo su imagen, sino también su salud y autoestima.
Su extraña sensación ante el espejo
La imagen que ve reflejada en el espejo es radicalmente diferente a la que conocía. Aunque la anterior no le satisfacía, era la que le resultaba familiar. Este cambio físico puede generar malestar y estrés, así como la sensación de encontrarse con una extraña al verse. El postoperatorio es durísimo, no solo a nivel físico, sino también emocional. Es importante que los equipos cuenten con apoyo psicológico.
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