Noche de San Juan
Noche de meigas en Galicia: el origen, las tradiciones
Un rito para la fecundidad, otro para alejar los malos espíritus, una cama para tener descendencia… muchas son las leyendas que en Galicia recorren la noche de San Juan
La oscuridad de la noche, el silencio y su quietud, el pozo profundo en el que cae la vida cuando el sol se pone, confieren al final de una jornada una sensación de misticismo. Una especie de punto de partida y de llegada que marca el último rayo que se impone sobre la delgada línea del horizonte.
Porque de noche, siguiendo al italiano Battaglia, cada cosa asume formas más leves, más matizadas, casi mágicas. Más si cabe, si esa noche es esta noche, la del tránsito del 23 al 24 de junio, la de San Juan. La noche más corta del año que, como siempre, llega cargada de misterio, de mitos y leyendas, de meigas y conjuros que rodean el fuego que salpica, aquí y allá, las diferentes hogueras con las que se espantan los malos espíritus.
Una celebración pagana en sus orígenes en la que se daba culto al Sol, al que se le pedía que ese año trajese buenas cosechas al tiempo que se purificaban las almas desprendiendo las malas vibraciones.
Tal vez por esto el fuego sea el elemento más importante de la noche de San Juan; el único capaz de purificar los espíritus y, en aquella época, de dotar todavía más si cabe de mayor energía a la luz solar evitando, así, el cambio de tendencia del solsticio de verano.
Como en muchos otros cultos paganos, el cristianismo dotó de nuevos significados a la fecha, que pasó a conmemorar el nacimiento de San Juan. No en vano, según la tradición, éste nació seis meses antes que Jesús y para celebrarlo, su padre, Zacarías, habría encendido una hoguera.
En cualquier caso, y más allá de los orígenes de esta noche inabarcable, las leyendas y los rituales se suceden a lo largo de su celebración. Ritos que se han convertido en costumbre y que acrecientan el mito de San Juan, la noche de las meigas. Porque, a fin de cuentas, ‘habelas hainas, o caso é dar con elas’ (haberlas las hay, el caso es dar con ellas).
Meigas y meigallos
La noche de San Juan resulta ideal para ahuyentar a malos espíritus y librarnos de ‘meigallos’ (hechizos). Muchos son los rituales encaminados a lograr este objetivo, comenzando por el más evidente: saltar la hoguera más grande para purificar el espíritu. Algo que, sin embargo, deben realizase un número impar de veces al grito de ‘¡Meigas fora!’ (Fuera meigas).
Existe también la opción más literaria: ‘Salto a fogueira de San Xoán para que non me trabe cadela nin can’ (salto la hoguera de San Juan para que no me muerda perra ni perro).
En algunas zonas de Galicia se dice que hay que sobrepasar la hoguera un total de nueve veces para que el rito quede cumplido; en otros son siete los saltos que hay que realizar y en algunos casos se habla simplemente de un número impar.
Las hierbas de San Juan
La recolección de hierbas en la víspera de San Juan es otra tradición mágica. Éstas, conocidas como 'herbas de San Xoán', incluyen plantas como el helecho, la verbena, el romero y la hierba de San Juan (hipérico).
Las plantas deben colocarse en agua durante la noche para que absorban el rocío de San Juan, considerado especialmente poderoso. Al amanecer, la familia ha de lavarse con el agua que se dejó reposar durante la noche obteniendo así una piel más hermosa. Además, las hierbas curan también el mal de ojo, previenen de las envidias y alejan la sarna.
Las nueve olas
Una de las leyendas más antiguas de la noche de San Juan conduce directamente a la playa de A Lanzada (Pontevedra). Allí, quienes quieran curar el meigallo deberán bañarse en las frías aguas del Atlántico. Pero si el deseo es el de fecundidad, un rito permite concebir a las mujeres estériles, que deben bañarse y contar siete olas, yendo después a tumbarse sobre la Cama de la Virgen, próxima a la ermita de Nuestra Señora de A Lanzada.
La cama de San Juan
En Santa Cruz de Lamas (Moraña) se encuentra la Cama de San Xoan, una especie de cueva a la que acudían las parejas deseosas de tener descendencia. Para mantener alejados a los más pequeños, se les asustaba diciéndoles que allí se aparecían serpientes de grandes dimensiones.
Al lado de la Cama existe un pequeño manantial denominado Fonte de San Xoan. La tradición oral indica que de la fuente sale agua con poderes mágicos.
Las sardinas
En una verdadera noche de fiesta en Galicia no puede faltar el componente gastronómico. Y San Juan no podía ser una excepción que, no obstante, presenta un elemento común: las sardinas que no pueden faltar junto a ninguna hoguera.
Preferentemente asadas y presentadas sobre un pedazo de pan (a poder ser, de maíz), las sardinas permiten tomar fuerza para la noche que espera por delante.
“Por San Juan la sardina moja el pan” es un refrán elevado a mandamiento en la tarde noche del 23 de junio, aunque su arraigo es más reciente. Hace un siglo el menú de San Juan variaba de unas localidades a otras incluyendo todo tipo de comidas, y fue en las décadas posteriores cuando la costumbre de asar sardinas se fue extendiendo por toda Galicia.
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