
Leyendas
Así es la casa encantada de O Xurés, en Galicia
En lo alto de una colina, escondida entre los frondosos bosques gallegos de la Baixa Limia, se alza una casa de piedra cuyo silencio pesa tanto como su historia

A Escusalla ha sido durante generaciones un lugar de rumores y misterio, un sitio al que pocos se atreven a acercarse al caer la noche. Las leyendas locales cuentan que su origen está ligado a una tragedia, un secreto que quedó grabado en sus muros.
Desde entonces, quien se atreve a cruzar sus puertas escucha susurros en la oscuridad y siente la presencia de espíritus que vagan entre sus habitaciones. Esta es la historia de A Escusalla, la casa encantada que guarda un oscuro enigma en cada rincón.
Esta construcción se encuentra en las cercanías del embalse de Lindoso, a medio camino entre localidades de Compostela y Ludeiros (ayuntamiento de Lobios). En la entrada principal de la casa, se puede encontrar una capilla bien conservada dedicada a San José, como reza la inscripción en la que se puede leer: “Sacellum D. Joseph” (Sacellum es un vocablo latino que significa “lugar sagrado”).
De acuerdo con la documentación disponible, la Casa da Escusalla fue construida en el siglo XVIII por orden de José Martínez y Parga, el Abad de Manín, un párroco de alto poder adquisitivo y presunta afiliación a la Inquisición. El origen del capital del párroco era conocido, ya que recibía los diezmos de su parroquia y la mitad de los de Lobios, obteniendo ingresos que superaban en unas veinte veces los de sus vecinos.
Tras su muerte, la Escusalla pasó por varios propietarios hasta que, durante la Desamortización de Mendizábal, quedó en manos privadas.
A comienzos del siglo XX, un cantero de Padrón adquirió la vivienda, y en 1931 la heredaron sus cuatro hijos. Tres de ellos conservaron la propiedad, mientras que uno decidió vender su parte por 1.750 pesetas y un traje nuevo. Fue a partir de este momento cuando la Escusalla quedó deshabitada. El prolongado abandono favoreció el deterioro de las edificaciones y dio lugar al surgimiento de leyendas en torno a la casa.
En la actualidad, la Casa da Escusalla es propiedad de la Administración General del Estado en un 75%, mientras que el 25% de la propiedad reside en manos privadas.
La leyenda del Tío Roque y “O Marrequiño”
Circulan innumerables leyendas y relatos sobre esta casa encantada, y se dice que en este lugar eran comunes las prácticas de tortura y brujería.
La leyenda más conocida en torno a la casa es la que hace referencia al ‘Tío Roque’, un portugués que cruzó las montañas tras la Guerra Civil y se instaló en la edificación abandonada, donde vivió durante años. Según cuentan los que allí vivían, Roque había sido policía y, tras matar a su capitán en la policía portuguesa, huyó de su país para refugiarse en España.
Fue el propio habitante de la Escusalla quien relataba a sus vecinos lo que ocurría en la casa. Aseguraba que, en las noches de luna llena, un fraile jorobado y encapuchado se aparecía acompañado de dos mujeres desdibujadas. El fraile, conocido como ‘O Marrequiño’, no decía palabra alguna, al igual que sus acompañantes, y juntos atravesaban las paredes como si fueran puertas, sin mostrar resistencia alguna.
Las visiones aterraban al portugués, quien, en ocasiones, se veía obligado a bajar al pueblo de Lobios aterrorizado, afirmando que durante el trayecto le aparecían sombras extrañas. Esta experiencia se asocia con el día de su muerte, cuando fue encontrado sin vida en medio del camino, sin signos aparentes de violencia.
El fantasma de ‘O Marrequiño’ tiene diversas interpretaciones. Algunos aseguran que se trata del espíritu de un cura del siglo XVIII que residió en A Escusalla. Se cree que este sacerdote pudo haber estado implicado en la construcción de la casa y que, para evitar pagar a los albañiles, los mataba y enterraba en el patio.
Tras la muerte del Tío Roque, varios vagabundos afirmaron haber visto apariciones tras pasar la noche en la casa. Otros aseguran que, en las noches de luna llena, se puede ver a frailes caminando y rezando por la casa.
En los años 50, un hombre que se dirigía a Aceredo, en una noche oscura y sin luna, vio el patio de la casa completamente iluminado por una luz intensa, a pesar de que en ese tiempo aún no llegaba la electricidad a la zona.
Un vecino de Ludeiros, al pasar por la casa, encontró un burro que, al estar cansado, decidió montar para llegar más rápido a su destino. Sin embargo, el burro comenzó a crecer hasta convertirse en una criatura monstruosa, semejante al mismo demonio.
Estas son solo algunas de las historias que rodean este enigmático lugar.
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