Los barones del Partido Popular están nerviosos. Manejan encuestas propias y en muchas les sale lo mismo. Ciudadanos les supera y eso sin conocer siquiera a los candidatos que presentarán a su comunidad y a los principales ayuntamientos. Pero lo que más molesta a los líderes provinciales es que en Madrid –como ellos dicen– sigue sin moverse. No es que esperasen grandes sorpresas. A lo sumo el paso «palante» y el paso «patrás» de Mariano Rajoy a ritmo de Raphael en la boda de este fin de semana. Pero una cosa es no hacer nada y otra dar la sensación además de que no se hace nada. Ayer asistió toda la plana mayor. Y hablaron bastante: sobre financiación, demografía y algunas cosas más. Me dice un presidente autonómico que no se habló en ningún momento de encuestas. Ni tampoco de corrupción. Sí preguntaron dos presidentes por Ciudadanos y, aunque la consigna era decir tras la reunión que no se había hablado del partido de Rivera, la decisión de dentro de la reunión fue pasar al ataque, por muy socios que sean de gobierno. Y Rajoy no lo vio mal. Barra libre que empezaremos a visualizar en los próximos días. Otros de los presidentes autonómicos –Murcia y Castilla y León– estaban bastante enfadados con lo de esperar a que haya gobierno en Cataluña para poder negociar la financiación de todos. Razón no les falta, pero Rajoy hizo valer el plan de Montoro para no moverse de lo que más le gusta: esperar. Y para que breguen todos se crearon tres grupos de trabajo: financiación, agua y demografía. En esto de la población el más peleón es Herrera. Tiene motivos: Castilla y León es la comunidad más afectada por el envejecimiento, y el resto de España tampoco está mejor. Pero, como dice Mikel Buesa, ése es un tema de que no da votos. Los efectos se ven diez o doce años después. Y para entonces ya todos calvos.