Libros
Manuel Medina: «La crisis de identidad afecta más que la económica»
Siempre ha mantenido intacto su afán por aprender y su vocación de servicio. Acaba de presentar en Madrid su nuevo libro.
Siempre ha mantenido intacto su afán por aprender y su vocación de servicio. Acaba de presentar en Madrid su nuevo libro.
Manuel Medina González es un prestigioso abogado nacido el 26 de agosto de 1944 en Villanueva del Arzobispo (Jaén). Licenciado en Derecho por la Universidad de Granada, fundó su despacho de abogados en Jaén en 1978. Ocho años después, tras la adhesión a la firma de Amelia Cuadros Espinosa, su mujer, Medina Cuadros Abogados comenzó a expandirse por España. Desde 1994 la sede principal de la compañía está en Madrid. Además de abogado es escritor. Entre sus autores de referencia destaca Luis Landero. Su nuevo libro, «La crisis puede esperar, la vida no» (Plaza & Janés), ya está disponible.
–Su novela «La crisis puede esperar, la vida no» es su decimocuarta obra. ¿Cómo usted, licenciado de Derecho, empezó a escribir libros?
–Lo hice casi al mismo tiempo que acabe la carrera de Derecho porque me dedicaba mucho a la poesía, escribía bastante poesía. Mi primer libro fue «Campo olvidado», en el que José María Pemán, que vivía entonces, me escribió incluso una poesía. Me siento totalmente identificado con la abogacía, pero me gusta también la escritura.
–Usted es amigo desde hace casi cuarenta años de Jaime Lamo de Espinosa, que fue ministro de Agricultura con Adolfo Suárez. ¿Por qué se encargó él de redactar el prólogo de su libro?
–Tenemos una gran confianza desde hace muchos años, nos conocíamos bastante, tanto él como Adolfo Suárez. Le dije que para mí sería un honor y me daría una enorme alegría que escribiera el prólogo y me dijo: «Manolo, que bien, yo lo hago encantado». Nunca creí que lo fuese a escribir tan bonito.
–Señala en su obra que crisis es «una palabra triste y todo el que la ha padecido lo lleva en la cara». ¿Se puede decir que definen a las personas?
–En parte sí. Cualquier crisis que se tenga se padece mucho. Por ejemplo, cuando vas a pedir un crédito y no sabes si te van a decir sí o no, ese miedo que experimentas te influye en tu comportamiento y en tu forma de ser, y es algo que llevas encima. Una crisis, aunque no se manifieste y se cuente, se padece en la cara.
–En este libro nos habla de distintos tipos: habla de las crisis de valores, familiar, de identidad, política, social, económica... ¿Cuál de estos tipos afecta más al español medio?
–Por desgracia la que más nos afecta es la económica porque se habla de ella todos los días. Pero, como yo aseguro en el libro hay otras que también afectan. Por ejemplo, hemos visto este último año la mella que puede hacer en la gente la crisis política, aunque creo que la de identidad, de la que se habla bastante poco afecta en mayor medida a la persona que la propia económica porque se juega con sentimientos negativos.
–También afirma que «la crisis siempre conlleva una situación desesperada». ¿Se puede salir de la misma?
–Sí, claro. De la crisis económica se sale porque es cíclica y, como es lógico, hay uno malo pero después viene otro que lo mejora. Sin embargo, cuando se pierde el coraje, se deja escapar la vida, es algo que no se vuelve a recuperar nunca más. Por eso, de todo se sale, pero hay que tener siempre el coraje y la energía de saber dar el puñetazo en la mesa, decir hasta aquí hemos llegado.
–Usted brinda unas páginas a la memoria de algunos de sus grandes amigos, ausentes ya, grandes hombres de empresa como Emilio Botín e Isidoro Álvarez. ¿Por qué a ellos precisamente?
–Con Emilio Botín forjé una sólida amistad. Cinco días antes de fallecer me llamó. No fue para hablar de temas relacionados con los despachos o el trabajo, sino para preguntarme por la salud de mi hija. Le tengo un cariño muy grande y nos hemos profesado un respeto mutuo. Con Isidoro Álvarez mantuve una relación bastante más familiar. Hemos compartido gran cantidad de tiempo, momentos familiares con él, su hija y su esposa. Viajamos juntos por España. Para mí, Isidoro es una persona a la que cuanto más tiempo pasa más echo de menos.
– ¿Planea ya ponerse a escribir su decimoquinto libro?
–Así es. Y he de decir que el proyecto lo tengo ya bastante avanzado. Quiero escribir un libro no sobre crisis, sino sobre la vida bancaria a partir de los años sesenta hasta nuestros días. Las crisis bancarias, de las cajas de ahorros, los cambios normativos que han existido, todos los organismos oficiales que han nacido desde el año 2008 hasta ahora. Mi intención es reflejar en mi nueva obra lo que han supuesto todos estos movimientos del último cuarto de siglo.
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