Bruselas
Espaldarazo de la UE al plan presupuestario de España
La Comisión Europea da luz verde al plan presupuestario de nuestro país para este año, pero pide a España que esté preparada para poner en marcha un ajuste extra de 2.000 millones si las previsiones de déficit empeoran
La Comisión Europea piensa que el plan presupuestario enviado a principios de diciembre por el Gobierno español cumple “en líneas generales” con los objetivos, a pesar de que estima que el déficit público de este año será del 3,3%, dos décimas por encima del compromiso adquirido.
La Comisión Europea dio ayer luz verde al proyecto de Presupuestos Generales para el año 2017 presentados por el Gobierno español y que ahora deben recibir su posterior aval en el Congreso. Un aprobado con algunos interrogantes, pero aprobado al fin y al cabo. Bruselas, al igual que en sus previsiones económicas hechas públicas en el mes de noviembre, sigue manteniendo que las cifras de déficit para este año manejadas por el Ejecutivo español pecan de optimismo y cree que nuestro país cerrará el ejercicio de este año con un 3,3% frente a la cifra comprometida con nuestros socios comunitarios del 3,1%. Los técnicos europeos consideran, al igual que el FMI, que el crecimiento del PIB este año se mantendrá en el 2,3%, mientras que los números del Gobierno español auguran un repunte del 2,5%. Asimismo, Bruselas vaticina que el impacto en los ingresos tras los últimos cambios en el Impuesto sobre Sociedades será algo menos cuantioso de lo estimado por España.
Pese a estas discrepancias que en otros momentos hubiesen originado un choque de trenes, todo indica que la sangre no llegará al río. Bruselas, con estos números, podría haber obligado al Ejecutivo a rehacer contrarreloj los presupuestos antes de las negociaciones en el Parlamento con el resto de las fuerzas políticas españolas. No lo ha hecho, y en el texto aprobado ayer por el Colegio de Comisarios reunidos en Estrasburgo (Francia) hay algunas pistas que aventuran que este balón de oxígeno concedido a España no será pasajero. La principal reside en la estimación sobre lo que el Ejecutivo comunitario considera el déficit estructural (no sujeto a los vientos de cola del ciclo económico) y que es el que, en última instancia, determina si el país está realizando los deberes que le impone Bruselas y, por lo tanto, pude librarse de sanciones. Según el dictamen aprobado ayer, el esfuerzo realizado con las medidas introducidas en el anteproyecto de presupuestos serían del 0,7% del PIB, dos décimas por encima del 0,5% dictaminado por la capital comunitaria. En el corto plazo, Bruselas tampoco tiene dudas de que España cerrará el ejercicio de 2016 con el 4,6% pactado con nuestros socios europeos, aunque habrá que esperar al mes de abril para tener los números definitivos cuándo Eurostat, la oficina estadística Europea, valide los datos.
A pesar de los buenos presagios, todo el camino no está recorrido. El equipo económico del Ejecutivo comunitario no descarta pedir más medidas a España en el futuro si las cifras no cuadran y, por lo tanto, en el texto aprobado ayer «invita a las autoridades españolas a estar preparadas» para poner en marcha medidas adicionales en caso de que los riesgos de derrape presupuestario se incrementen.
Un mayor recorte
Si la Comisión Europea exigiera el cumplimiento estricto del déficit nominal sin tener en cuenta el esfuerzo realizado, esto podría conllevar ajustes suplementarios por valor de unos 2.000 millones de euros para tapar el agujero de dos décimas de déficit público vía alza de impuestos y/o recorte de gastos. En anteriores informes, la Comisión Europea ha recomendado a nuestro país la puesta en marcha de impuesto verdes o que algunos productos y servicios con IVA reducido pasen a tributar al 21% del IVA general.
El tono, desde luego, ha cambiado. El vicepresidente económico de la UE, Valdis Dombrovskis, guardián de la ortodoxia presupuestaria, reconoce en el comunicado emitido ayer que España «ha registrado buenos resultados económicos» e insta a las autoridades españolas a «seguir corrigiendo su déficit presupuestario excesivo y poniendo en marcha reformas estructurales clave». El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, que se ha convertido en uno de los mejores aliados de España dentro del Colegio de Comisarios, pide de manera velada al resto de las fuerzas parlamentarias españolas que no pongan grandes obstáculos a las cuentas del Ejecutivo al declarar que «la Comisión confía en que el presupuesto español para 2017 se adoptará y se aplicará plenamente en breve». El titular de Economía español, Luis de Guindos, valoró ayer como «un espaldarazo al plan presupuestario de España» el texto aprobado por el Colegio de Comisarios, pero valoró positivamente que no se pidan más medidas adicionales.
A pesar del tono benevolente general, Bruselas no olvida exigir a España mayores esfuerzos en el campo de las reformas, ya que el ejecutivo comunitario cree que nuestro país puede y debe hacer más. La Comisión define como «progresos limitados» los cambios introducidos para aumentar el control fiscal entre las diferentes administraciones y la transparencia en la concesión de licitaciones. En este capítulo, el texto aprobado ayer recuerda que el Ejecutivo español no ha introducido suficientes mecanismos que puedan corregir de manera automática desviaciones en el cumplimiento del déficit público dentro de la Ley de Estabilidad Presupuestaria ni ha presentado nuevas medidas que respondan a las peticiones realizadas en el mes de agosto sobre licitaciones, después de que nuestro país lograra sortear una multa por valor de 2.000 millones de déficit público.
Ante la encrucijada histórica en la que se ve envuelto el proyecto de integración europeo con el auge de los populismos como amenaza más tangible, la UE está suavizando su mensaje. Los halcones de la ortodoxia presupuestaria no consiguieron el suficiente apoyo para imponer una multa, aunque fuera simbólica, a nuestro país y, en el mes de noviembre, Bruselas también renunció a proponer una posible congelación de los fondos europeos debido al desfase presupuestario de 2015, pese a que ésta podría haber sido revocada con posterioridad. Las batallas seguirán sucediéndose, pero los vientos soplan ya por otro lado.
Examen en el próximo Eurogrupo
El texto aprobado ayer por parte de la Comisión Europea deberá obtener el visto bueno de los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro, que se reúnen el próximo 26 de enero en la capital comunitaria. Una reunión presidida por el holandés Jeroen Dijsselbloem, guardián de la ortodoxia fiscal y una de las voces más duras con España. En el mes de octubre, el presidente del Eurogrupo exigió a España «verificar bien las cifras» antes de enviar los nuevos presupuestos, y recordó que en el pasado (en referencia al año 2015) las previsiones de Bruselas resultaron ciertas frente a los cálculos españoles. El ala dura no obtuvo los apoyos necesarios ni en el colegio de comisarios ni en el Consejo para imponer una multa a España el pasado mesde agosto.
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