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Pepe Domingo Castaño, adiós a una leyenda

El veterano periodista falleció en la madrugada del sábado al domingo. Triunfó en televisión y como cantante, pero sobre todo inventó una nueva manera de hacer radio

AMP.- Amigos y compañeros de profesión dan el último adiós a Pepe Domingo Castaño en el Tanatorio de Pozuelo
Pepe Domingo CastañoEuropa Press

Solo necesitaba un «hola» repetido para hacer que sus oyentes se sintieran en casa. Ese «hola, hola» con el que dio comienzo a Carrusel Deportivo durante 22 años y a Tiempo de Juego durante los últimos trece hacía que cualquiera sintiera la necesidad de abrirle las puertas de su casa. Pepe Domingo Castaño ha muerto a los 80 años de manera repentina. Una infección de garganta que lo dejó sin voz se fue complicando hasta llevárselo en la madrugada del sábado al domingo.

Pepe Domingo Castaño era también un inventor, un hombre capaz de hacer que, lejos de molestar, la publicidad se convirtiera en parte fundamental del espectáculo. Creaba sus anuncios, les ponía música y convertía a los anunciantes en la banda sonora de la vida de sus oyentes.

Pero Pepe, como le llamaban sus amigos más cercanos, era mucho más, un hombre polifacético que hizo radio de todo tipo, televisión, escribió su libro de memorias además de alguno de poesía y que fue un cantante de éxito en los años 70. «Neniña», la canción que la mayoría de la gente conoce como «Viste pantalón vaquero» estuvo en lo más alto de las listas de éxitos en España y en Hispanoamérica.

Pepe, que estudió en el seminario e iba para cura, aunque eso no parece muy claro, era un hombre al que le gustaba disfrutar la vida y disfrutarla con los suyos , aunque ese era un término muy amplio. Los suyos eran su familia, su mujer Tere y sus hijos, también su sobrino Domingo y muchos más.

Los suyos eran esa peña de «Los cabritos» con la que se juntaba a comer los viernes y de la que formaban parte, entre otros, los periodistas Iñaki Cano y Rubén Martín. Y los suyos, por supuesto, eran sus compañeros de la radio, aunque la vida acabara separándolo de alguno antes de volverlos a reunir, como le sucedió con José Ramón de la Morena, del que se distanció con la salida de la Ser del equipo de Paco González camino de la Cope en 2010. La reconciliación llegó años después de la mano de Juanma Castaño.

Suyo es, por supuesto, Paco González, al que acompañó desde su comienzo como director de «Carrusel» cuando Paco era un joven que todavía veía lejos los 30. Dos talentos que se juntaron para hacer suyo un sonido que tenía casi 40 años de historia cuando ellos se juntaron al frente del micrófono.

Castaño pasó por todos los formatos radiofónicos. Fue presentador del «Gran Musical», el histórico programa de la Ser que lo lanzó al estrellato, pero se cruzó con su carrera musical y lo dejó. Presentó con Iñaki Gabilondo y Joaquín Prat en el programa Onda Media, que resultó ser el embrión del histórico «Hoy por hoy» de Gabilondo. Allí, Gabilondo y él forjaron una amistad que se mantuvo en la distancia con una conexión especial. «Nacimos el mismo mes del mismo año», recordaba Iñaki.

Pero fue también presentador de televisión, en el programa «Voces a 45», pero sobre todo en el histórico «300 millones». Si la música le dio la amistad de Julio Iglesias, que mantuvo hasta el final de sus días, «300 millones» le dio la de Enrique Cerezo, el presidente del Atlético de Madrid, que antes de ser un productor cinematográfico de éxito fue cámara de Televisión Española. Pero la radio lo convirtió en «Leyenda», como le llamaban sus compañeros.

Alguna vez reconoció que para él la felicidad es «levantarte a la hora que te da la gana». Y eso hacía desde hace algunos años. Aunque llevaba tiempo amenazando con jubilarse, siempre se dejaba convencer por sus compañeros de la Cope para seguir un año más. Con menos presencia física en el programa, con menos horas de dedicación, pero siempre con una participación fundamental.

Madrid era su casa, era un amante de la Cava Baja y de sus restaurantes, pero nunca dejó de ejercer de gallego en el exilio. Pocas cosas podían hacerle más ilusión que la plaza que su pueblo, Padrón, bautizó con su nombre. Un homenaje en vida del que se sentía orgulloso.

«Hasta que se acaben las palabras» tituló su libro de memorias que publicó el año pasado. Las palabras se han acabado, pero «Pepe no se ha ido», dice Manolo Lama. «A Pepe no le tocaba morirse», asume Carlos Herrera.

Minuto de silencio

La etapa final de la Vuelta a España comenzó con un minuto de silencio que Pepe Domingo Castaño compartió con Fernando Llamas, periodista deportivo fallecido el pasado mes de julio. El fútbol también guardó un minuto de silencio por Castaño, igual que el baloncesto, que ayer disputaba la final de la Supercopa. Pepe recibió el cariño de todos los aficionados que lo escucharon durante décadas mientras sus restos mortales permanecían en el Tanatorio de Pozuelo, donde multitud de amigos, especialmente del periodismo y de la música, acudieron desde las cuatro de la tarde a despedirlo y a dar consuelo a la familia.