Atlético de Madrid
Saúl: “Lo más duro fue ver a mi padre llorar"
El centrocampista del Atlético de Madrid repasa su carrera al cumplir 300 partidos con el club. La lesión en Leverkusen fue el momento más complicado
Saúl Ñíguez echó una vista atrás a su carrera tras haber superado los 300 partidos con el Atlético de Madrid en un vídeo en el que recordó el gol que le marcó al Bayern Múnich en la semifinal de la Liga de Campeones del año 2016 como un tanto que le marcará “toda la vida”.
Ubicado ya entre los 30 futbolistas con más encuentros de la historia del Atlético de Madrid con apenas 25 años -cumple 26 el próximo 21 de noviembre, día en que se enfrentará al Barcelona en el Wanda Metropolitano-, después de haber disputado su partido número 300 contra el Lokomotiv de Moscú ruso y el 301 ante el Cádiz, Saúl repasó su carrera en un emotivo vídeo divulgado por el club.
En él, sentado en el auditorio del nuevo estadio rojiblanco, fue comentando imágenes de su carrera, entre las cuales destacó su gol en la ida de las semifinales de la Liga de Campeones 2015-16 contra el Bayern Múnich, un tanto soberbio en el que recogió el balón en el centro del campo, regateó a cuatro rivales y marcó para dar la victoria a su equipo y poner la primera piedra del camino que les llevaría a la final de Milán 2016.
“Es un gol en una semifinal de ‘Champions’, se da una vez en la vida: coger un balón en el campo, regatear a cinco jugadores y meterlo. No me lo creía, empecé a decir: ‘Madre mía, la que acabo de liar’. Me marcará el resto de mi vida”, rememoró Saúl.
El centrocampista rememoró, emocionado, los hitos de su etapa como rojiblanco, desde su legada al Atlético como cadete en 2007, tras una situación "muy dura" -pasó por la cantera del Real Madrid un año antes de entrar en la academia rojiblanca- y descubrió que era "el sitio adecuado en el que iba a pasar muchos años".
“De pequeñito siempre me ha gustado el fútbol. Ha sido duro, que mis dos hermanos sean futbolistas ha hecho que muy pronto sea como si fuese hijo único, porque estaba solo, mis hermanos con 12 y 11 años se fueron de casa y no pude disfrutar de ellos, aunque son una pieza fundamental de mi vida”, recordó Saúl, que se emocionó al ver un vídeo de su hermano Jonathan, actual jugador del Alcoyano.
De su debut con el primer equipo, en un partido de Liga Europa contra el Besitkas turco en marzo de 2012, con 17 años, explicó que fue “cumplir un sueño”.
“En ese momento ni lo pensaba, fue muy rápido. Vino el ‘Cholo’, en un partido del ‘B’ fue a vernos, jugué de pivote e hice un gran partido, y el jueves estaba jugando con el primer equipo. En ese momento no te das cuenta de lo que estás consiguiendo”, dijo un Saúl que recordó que siempre agradecerá a su entrenador, el argentino Diego Pablo Simeone, que le diera esa oportunidad.
Su primer título fue la Supercopa de España ganada en el verano de 2014 al Real Madrid, justo después de volver de una cesión con el Rayo Vallecano.
"Fue una pretemporada rara, porque estaba hablado que yo me iba a ir otro año cedido, y al final por mi trabajo diario conseguí cambiar la opinión del míster. Conseguí ser titular en el Bernabéu en esa Supercopa, y eso era lo que estaba buscando, sentirme partícipe y contar con la confianza del míster", explicó.
En aquella temporada sufriría una grave lesión en un partido el 25 de febrero de 2015 contra el Bayer Leverkusen en Alemania en el que sufrió un golpe en uno de sus riñones, anteriormente operado, que le tuvo varios días ingresado en un hospital.
“Fue un momento muy duro. Me estaba asentando en el once, consiguiendo lo que yo quería, y en Alemania me dan un golpe en el riñón operado. Ese golpe me provocó una hemorragia interna y externa en el riñón, y tengo que agradecerle al doctor (José María) Villalón (médico del Atlético), que estuvo cinco días conmigo allí y no se movió de mi lado”, recordó Saúl.
El centrocampista ilicitano no pudo evitar las lágrimas al recordar a su padre, el exfutbolista profesional José Antonio Ñíguez, en la ambulancia que le sacó del campo del Leverkusen. “Lo más duro de esto no fue el golpe, sino en la ambulancia ver a mi padre llorar. Le dije: ‘Papá, tranquilo que yo soy un toro’. Tenía que tranquilizar a mi padre”, recordó.
Dos años después, un 21 de febrero de 2017 y en el mismo escenario, volvió a enfrentarse al Bayer en la Liga de Campeones, al que marcó un gol para la victoria rojiblanca por 2-4.
"Volver sabía que iba a ser difícil, empecé el partido y no empecé bien, peleé el balón y al ver que entraba fue un alivio. Si no cada, vez que volviese mi cabeza iba a estar recordándomelo, y a partir de ese momento fui libre", explicó.
Saúl recordó también el título de la Liga Europa de 2018, un triunfo tras “un año complicado” en el que el Atlético cayó eliminado en la fase de grupos de la Liga de Campeones.
“La gente pensaba que estaba todo perdido por caer en una competición como la Liga Europa, pero nosotros supimos hacer lo que teníamos que hacer y la celebración fue muy emotiva. Toda la gente que había venido empezó a cantar mi nombre, y esos recuerdos son los que me quedo para el resto de mis días. Incluso más que el título, fue la celebración más especial con la afición”, explicó.
Ese título lo celebró Saúl con Fernando Torres, quien había sido su ídolo de niño y que se despidió ganando ese trofeo. “Fernando es mi ídolo y gracias a nuestra experiencia puedo decir que es mi amigo, el día a día con él ha sido espectacular, ha hecho que crezca muchísimo. Todo el mundo sabe que Fernando es muy especial”
El centrocampista del Atlético debutó con la selección española en septiembre de 2016, en un amistoso contra Bélgica, se convirtió en un fijo a partir de 2017 y fue convocado al Mundial de Rusia 2018 en el que no jugó, aunque no ha formado parte de las últimas tres convocatorias de la 'Roja' de Luis Enrique Martínez. "Espero que esa etapa no termine nunca y trabajaré par volver", repuso.
Saúl Ñíguez calificó los 300 partidos con el Atlético de Madrid que superó hace dos semanas -lo que le pone por delante de figuras del club como Javier Irureta, Kiko Narváez o el argentino Jorge Griffa- como "una cifra más" que espera superar.
“Me gustaría que los 300 sean solo un número y que sean muchos más. Lo intentaré y pelearé para ello”, finalizó el centrocampista ilicitano del Atlético de Madrid.
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