Saúl Ñíguez
Saúl lo vuelve a hacer: es Míster Champions
Marca por quinta edición consecutiva de la Liga de Campeones. Su gol hace soñar al Atlético en la vuelta de octavos contra el Liverpool en Anfield
Nunca es primavera en el Wanda Metropolitano. Verano o invierno. Calor o frío. Y si la última vez que el Liverpool visitó el estadio madrileño estaba que ardía de contento, porque ganó la Champions, ayer comenzó helado. Y entre témpanos se coló Saúl para a los cuatro minutos levantar a una afición que ya estaba animada. En la Liga de Campeones el Atlético es así, todo puede pasar sin importar la irregular temporada o las dudas anteriores. Eran cuatro rojiblancos contra «ocho» reds en el área y si la mayoría se quedó mirando tras el saque de un córner, Saúl se coló y marcó.
Es su típico gol en Europa. El ilicitano es un centrocampista de trabajo, con calidad y que de vez en cuando se anima con el gol. En la Liga de Campeones ese de vez en cuando se convierte en habitualmente. Por quinta temporada consecutiva marca en esta competición, la que da más visibilidad. Sus goles más recordados son los de noches como la de ayer, como cuando el Bayern de Pep, que también era favorito, hincó la rodilla en el Calderón y después no pudo remontar en Múnich. Saúl le ha marcado también al Barcelona, al Real Madrid de chilena... Es un especialista.
Después, el medio ocupó su lugar con mucho orden, como siempre, en el clarísimo 4-4-2 que había dibujado el Cholo. Ocupó el lado más a la izquierda de los dos que estaban en el centro y tuvo que echar una mano a Lodi con Salah, que aunque no tenía su noche enredó por ahí.
El Atlético tardó 23 minutos en cantar el «ole, ole, ole, Cholo Simeone», en esta temporada tan complicada para el técnico. No para en la banda el argentino, constantemente fuera de la zona técnica y con las manos arriba y abajo. Su afición lo idolatra, y punto. Y su presidente, Enrique Cerezo, incluso hace bromas. «Hoy se juega su continuidad... En la competición», dijo en los micrófonos de Movistar antes de comenzar el encuentro. Las manos de Jurgen Klopp, en cambio, muchas veces incluso estaban en los bolsillos, hasta que estallaba con unas palmas o se las frotaba, por aquello del frío.
Mediada la segunda parte Saúl mandaba salir a sus compañeros más adelante. Era el rato que más achuchado estaba en un partido en el que tanto el centrocampista como el equipo fueron fieles a sí mismos en una cita como esta. El Liverpool es feliz con espacios, corriendo, pero el Atlético le regaló el balón y se refugió atrás con cierta comodidad durante la mayor parte del choque. El «8» rojiblanco se pegó una buena paliza y Simeone metió a otro futbolista en su zona, Llorente, para ayudar. Pero a quien terminó pidiendo ayuda el entrenador fue al público cuando el partido se empezaba a hacer demasiado largo. Pero tampoco lo pasó tan mal el Atlético. Ni un tiro a puerta en contra. «El ambiente me ha recordado a las noches del Calderón», dijo Saúl.