Crónica desde un balcón: lo que no se ve (ni siente) de los encierros de San Fermín (Cornada con los Jandillas)
2:20 minutos de explosiva y milagrosa carrera en los sanfermines
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Veníamos de días tranquilos, sin ir más lejos, el anterior la corrida de Domingo Hernández, que era debutante, con sus matices, dejó el encierro más corto y veloz, hasta la fecha, de los sanfermines 2024. A pesar de que ese velocímetro se convirtió por la tarde en falta de casta y bravura para Juan Ortega, Daniel Luque y Alejandro Talavante.
El de hoy, con los toros de Jandilla, se trata de otro tipo de toro con otros antecedentes y también un clásico de los encierros de San Fermín. Se les conoce por su rapidez en el recorrido, pero también por tener un elevado número de heridos a sus espaldas, a pesar de que en los últimos años entre el antideslizante y los cabestros los números han descendido.
Para los corredores solo la etiqueta de Jandilla suma. No es cualquier cosa. Eleva el miedo, la tensión y eso se nota los minutos antes. Hoy es una experiencia distinta.
Vivimos el encierro desde un balcón de la calle de Estafeta. Privilegio máximo. Hay que llegar pronto porque el tiempo apremia y el encierro se cierra. Literalidad.
Hacer el recorrido una hora antes de que la verdad ocurra cuando hablamos de incertidumbre máxima compartida es uno de los placeres de la vida para los amantes del miedo. Que los hay. Así somos. Saber que hay una línea divisoria del tiempo, un antes y un después inquebrantable en el que el cuerpo se relaja, se deshace, porque la tensión del antes es un muro, un puñetazo que traspasa todos los músculos del cuerpo.
El recorrido, esas calles que hoy amanecen con fresco, se van llenando. Las caras también nos dividen. Este corre y otros muchos no.
El miedo es universal. Y las miradas están huecas. Vacías.
El blanco no es tan blanco, porque muchos corredores apuestan por camisetas que les ayuden a identificarse en ese universo blanco.
La cuenta atrás es mágica, el nerviosismo se traslada hasta los balcones. Los encierros, hasta los previos, tienen un sonido previo y el durante es brutal.
El tiempo marca la diferencia, pero los últimos minutos resultan absolutamente emocionantes. Cuando suena el cohete hay un grito colectivo. Ya no hay nada que hacer. Se ve quiénes empiezan a correr y quiénes son capaces de desafiar a la espera del toro.
Desde el balcón todo ocurre con una rapidez galopante, pero también es un fogonazo. Te das cuenta de la barbarie. Caídas, tropezones, ruido, emoción, gritos. Pasan tantas cosas a la vez que el ojo humano no puede captar. Inexplicable. Y luego la sensación de devastación. Parte de guerra. Y entiendes el porqué estas sensaciones son tan adictivas.
2: 20 segundos duró el encierros. Repleto de milagros. Imágenes que nos dejó la televisión, como la información de que hubo tres solicitudes de traslado al hospital. Una de ellas herida de asta de toro en la axila. Una contusión con deformidad y contusión maxilofacial.
Esta tarde volverán a salir los toros al ruedo para que Roca Rey cumpla su segunda tarde en el serial, el único torero que hace doblete en Sanfermines. Morante de la Puebla estaba anunciado y es sustituido por otro torero de la tierra, Pablo Aguado. Cayetano Rivera es el tercer torero del cartel.