Las cosas son como acaban

Comenzó una nueva edición de la tradicional Feria de Julio de Valencia y la primera sorpresa, agradable, fue la gran asistencia de público: más de media plaza se llenó para disfrutar de esta novillada en la que la presencia del novillero de Algemesí tuvo mucho que ver para que acudiera tanta gente al coso de Monleón. Pero, ay, como tantas veces pasa, la expectación se vio defrudada por el poco juego del ganado, que sólo tuvieron puntuación positiva en su presentación. Por lo demás, insuficiente en fuerza, entrega y bravura. Cuando falla la materia prima, la base sobre la que se sustenta todo el edificio de la corrida, la fiesta queda hueca. Sólo el sexto tuvo alegría y levantó la tarde.

La función no empezó bien para Nek y su primero, parado ya de salida, le sorprendió en un extraño, le tiró un derrote y le levantó los pies del suelo. Muy valiente siguió como si nada pese a lo incierto del animal, tratando de someterle en una labor de empeño y no poco riesgo por la que se le pidió la oreja.

El sexto peleó con más ganas y Nek aprovechó su pujanaza inicial para poner en pie a la concurrencia con una serie de derechazos de rodillas. Siguió luego toreando en redondo, llevando uncido a la muleta al de La Cercada, improvisando y dando rienda suelta a la imaginación para amarrar el triunfo en una faena larga y arrestosa que a punto estuvo de malograr con el estoque.

Abrió plaza y feria un novillo de Núñez de Tarifa que, pese a su blandura y como a lo tonto, sin emplearse, picotazo a picotazo, se llevó una buena tunda en varas, llegando a la muleta bastante apagado y agotado, sin emoción alguna. Se hizo cargo de él Jorge Martínez, ya a las puertas de la alternativa y que, efectivamente, se mostró muy hecho, muy puesto, sacando todo lo que tuvo su oponente a base de temple y paciencia y dejando varios muletazos de excelente dibujo.

Volvió a dejar constancia de sus maneras, oficio y concepto en otra faena en la que llevó él todo el peso, tirando siempre de un novillo que se le paraba a mitad de la suerte, sin emplearse y finalmente rajado.

Dispuesto y muy vertical comenzó su primer trasteo Mario Navas, aunque la poca empenta del novillo y su empeño por estar muy encima de su oponente, que no quería cercanías, le hicieron perder buena parte de sus posibilidades de triunfo.

El quinto se derrumbó tras su paso por el peto y legó al último tercio echando la cara arriba y sin especial entrega y a la defensiva. El novillero vallisoletano se justificó de sobra y demostró valor y ganas.

Jueves 20 de julio. Plaza de toros de Valencia. Primera de abono. Más de media entrada.

Cinco novillos de La Cercada y uno, primero, de Núñez de Tarifa, justos de fuerza y poco juego. El sexto fue el de más empuje.

Jorge Martínez (de grana y oro), pinchazo, estocada y dos descabellos, aviso, silencio; pinchazo, entera, silencio.

Mario Navas (de botella y oro), entera, ovación; entera, vuelta al ruedo.

Nek Romero (de botella y oro), entera, aviso, descabello, vuelta al ruedo; pinchazo, entera, aviso, oreja.

Incidencias: Destacó Víctor del Pozo en las cuadrillas.