Madrid y Arturo Gilio, a la altura de una brillante novillada de Los Maños
El mexicano sufre en Las Ventas una cornada de 25cm que atraviesa el gemelo izquierdo, en el quinto, con condiciones como el resto
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Se presentaban tres novilleros en Las Ventas, ante el desconocimiento del abonado general. Pero aun así los tendidos volvieron a responder. La pandemia ha forzado una brusca renovación de todos los escalafones, provocando en San Isidro una lluvia de presentaciones y confirmaciones de alternativa.
El primero de Los Maños le correspondía a Carlos Domínguez, un novillo con muchas condiciones. Repetía y humillaba, aunque acostándose por dentro. Carlos exprimió al animal por el derecho sin dejarse llevar, aunque le faltó temple al natural. Al novillo le acabó faltando fondo, pero dejó largas embestidas en redondo. Fue aplaudido en el arrastre, después de que Carlos pinchara en el primer intento.
El mexicano Arturo Gilio ya mostró sus intenciones en un quite por gaoneras al primero, que luego repetiría en su turno. Durante éste, el de Durango se enfrentó a un novillo con auténtica cara de novillo y de menos de 500 kilos, casi una especie en extinción en Madrid. El animal tuvo chispa, aunque no regaló nada en banderillas, donde Fernando Sánchez estuvo más sobrio de lo que acostumbra. Así, todo el protagonismo fue a parar al novillero, que se gustó en las primeras tandas pero luego tendría que fajarse. El animal de Los Maños no regalaría nada a partir de mitad de faena y el mexicano decidió ceñírselo al milímetro para provocar su embestida. Un pase por la espalda de infarto.
La tarde se fue apagando desde el tercero, aunque los novillos seguían respondiendo. Pero García Pulido no mostró tantas tablas con un oponente que no presumía de tanta movilidad. No pudo estar por encima en ningún tramo de la faena y acabó dejando una estocada caída. Tampoco remontaría la tarde Domínguez en su segundo turno, con un astado que exhibió menos condiciones que el primero, pero al que tampoco le sacó nada. Se ayudó del descabello para pasaportarlo. Los subalternos comenzaban a ser los mayores incentivos de una tarde en los que los toros apenas perdieron las manos ni se pararon, dando juego.
Gilio vio en el quinto el momento oportuno para recibir con la muleta de rodillas al de Los Maños. Al mexicano se le vio muy hecho en el día de su presentación, aunque en la temporada anterior solo hubiese acumulado tres paseíllos. El novillo hacía rectificar y ganar espacio al espada pero sin transmitir altas dosis de peligro, hasta que en un imprevisto le corneó en la pierna. La evidente cojera no le permitió continuar y Carlos Domínguez se ocupó con profesionalidad del astado, que fue ovacionado durante el arrastre.
García Pulido echó el resto en el último, mostrándose sí esta vez por encima de un oponente al que le tuvo que robar cada pase. Así se lo reconocía Madrid, animándole en el esfuerzo. Pero el animal tardaría en rodar y la faena perdió la intensidad que había alcanzado en algunos tramos. Los Maños, por su parte, dieron una importante exhibición de lo que deben ser las novilladas en las plazas de primera, exigencia pero garantizando siempre juego y sin exceder la exuberancia en la presentación. Tarde importante.
LAS VENTAS. Segunda de San Isidro. Más de media entrada. Novillos de Los Maños, desiguales de presentación. El 1º, humilló y repitió; el 2º, con chispa; el 3º, a menos; el 4º, sin fondo; el 5º, va y viene; el 6º, complicado.
Carlos Domínguez, de azul marino y oro, entera (silencio); entera, descabello (silencio), entera (silencio).
Arturo Gilio, de turquesa y oro, entera, aviso (saludos); herido.García Pulido, de blanco y plata, estocada caída (silencio); entera (silencio).
Parte de Gilio, «cornada de 25cm en el gemelo izquierdo con orificio de salida. Grave».