Eduardo Vasco estrena 'Luces de bohemia' por primera vez en el Teatro Español
Eduardo Vasco inaugura su etapa como director del coliseo madrileño y sube, por primera vez en su historia, 'Luces de bohemia' a estas tablas
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El esperpento ha tomado Madrid. Si hace una semana era el Museo Reina Sofía el que ponía la obra de Valle-Inclán como hilo conductor de su nueva exposición; ahora, es el Teatro Español el que lo apuesta todo al escritor con la programación de ‘Luces de bohemia’. Pero más allá del nombre vertebrador de ambos proyectos, llama la atención que tanto Manuel Segade como Eduardo Vasco hayan elegido un mismo tema para iniciar sus etapas al frente de las dos instituciones. ¿Será que estamos como entonces (1924)? El director teatral lo tiene claro cuando habla de esta “obra cumbre de la literatura española”, como la define: “Es una radiografía del siglo XX que al mismo tiempo expone los problemas actuales. Nadie retrató lo que somos mejor” que el dramaturgo.
El escenario principal de la plaza Santa Ana acoge una obra con un reparto monumental: 25 intérpretes
En el museo, Teresa Velázquez –una de las comisarias del recorrido– defendía a Valle por su visión esperpéntica del mundo, a través de la cual “reflejaba la miserable realidad de la España del primer tercio del siglo XX, distorsionada por un espejo cóncavo. La deformación fue uno de sus rasgos”. Ahora, en el escenario grande de la plaza Santa Ana, es Vasco el que remite al propio texto, a la escena duodécima: “Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el esperpento. El sentido trágico de la vida española solo puede darse con una estética sistemáticamente deformada (...) La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta. Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas”.
Para el director del Español y también responsable de esta versión de ‘Luces...’ –¡sorprendentemente la primera vez que se hace en este teatro! Lo intentó Cipriano de Rivas Cherif en 1932, pero no culminó–, existen numerosos motivos por los que programar la pieza en el centenario de su edición definitiva: “Más allá de nuestra sempiterna pasión por Valle-Inclán y de que sea una obra trascendental de nuestro repertorio; quizás la pieza dramática más bella, más importante de la literatura dramática española del siglo XX”.
También pretende recuperar la tradición del sainete, “tan lejana en estos tiempos en los que parece vetada la práctica del humor inteligente en este país hipersensible”.
Es por ello que Vasco ha empleado todos los recursos disponibles para levantar este hito teatral que nos recuerda lo que somos, “herederos de los hipogrifos de Calderón, de los caprichos de Goya, de Quevedo y Cervantes, y de los folletines y las parodias escénicas de aquel Madrid absurdo, brillante y hambriento”. Ni más ni menos que 25 intérpretes componen un reparto entre los que sobresalen sus protagonistas, Max Estrella y Latino de Hispalis, encarnados por Ginés García Millán y Antonio Molero, respectivamente. A su lado, los Ernesto Arias, Irene Arcos, Jesús Barranco, José Luis Alcobendas... “Todos bailan, cantan e interpretan”.
García Millán se toma su personaje como “un regalo. Sentir el esperpento es algo positivo y bello”, sostiene un actor que considera que la obra le pone delante del espejo y le hace sentir que “en la vida estamos para algo”.
Por su parte, Antonio Molero se toma la interpretación como “un privilegio”: “He abordado el texto desde el respeto y cada día me doy cuenta que de no sobra ni falta una palabra. ¡Por eso es una obra maestra!”, defiende. “Aunque nunca hayas ido al teatro, cuando te enfrentas a una obra como esta es como la primera vez que ves una obra de Goya, te engancha”, añade Molero.
Juntos, protagonizarán el periplo nocturno del poeta ciego Max Estrella que, a la vera del golfo Latino de Hispalis, recorrerá en 24 horas los lugares más característicos de la noche madrileña mientras encuentra a los personajes propios de aquella bohemia oscura, sórdida y decadente. “Un texto lleno de poesía”, dice Vasco, con momentos de “enorme belleza, y sazonada con una severa crítica tanto a la injusticia social reinante como a la endémica corrupción política española”, recuerda sobre una obra que consagró el esperpento como género literario y que apenas ha tocado: “Para mí era importante no perder la belleza del texto, pero hay algún cambio estructural para facilitar la dinámica”, justifica.
En 1932, Rivas Cherif ya intentó estrenar la pieza de Valle en este lugar, pero ha sido un imposible... hasta hoy
La nueva adaptación apuesta por “teatralizarlo mucho”, apunta el director. “No es una obra en un solo estilo, cada escena tiene uno, que es una persecución casi imposible, pero hemos dado el valor de cada apartado como si fuera un espectáculo individual”. Así, ‘Luces...’ va de zonas realistas a otros episodios pseudocostumbristas o expresionistas. Del sainete, la opereta y el género chico hasta el Grand Guignol o los títeres del Teatro dei Piccoli de Vitorio Podrecca. “Valle utilizó los registros que quiso porque para eso era un gran maestro de la ficción”. Resopla: “Estamos tratando de representarlo mientras intentamos entender asimilar su densidad estética, deslumbrante e inalcanzable”.
Advierte Vasco de que conviene recordar que “hasta los años 60 no comenzamos a dar al teatro de Valle-Inclán la consideración que merecía, sobre todo en escena”; por lo que señala al dramaturgo como “un clásico reciente de nuestro repertorio escénico, acaso ya (con permiso de Lorca y los áureos) el más estimado, el más admirado por un oficio que tuvo que desarrollar lenguajes nuevos y dejarse calar por las vanguardias para asimilar aquella propuesta postmodernista, que se antojaba casi como un enigma”.
- Dónde: Teatro Español, Madrid. Cuándo: hasta el 15 de diciembre. Cuánto: de 6 a 22 euros.