Descubren una estancia con frescos mitológicos en Pompeya y sorprende por su buen estado
La ciudad que fue arrasado por las llamas del monte Vesubio tiene uno de los legados históricos más sorprendentes de toda Europa
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Según data la historia, el 24 de agosto del año 79 d.c. se produjo la erupción del monte Vesubio atentando sobre toda la expansión de Pompeya. Sin embargo, lo que mucha gente no sabe es que los residuos de este terrorífico acontecimiento, fruto de la naturaleza, llegaron a ciudades del sur de Italia como Estabia, Herculano o Torre Annunziata. Esta catástrofe fue tal que la ciudad quedó inundada por desechos volcánicos llegando a ocupar hasta tres metros de altura. El resultado fue una verdadera hecatombe que dejo miles de muertos a sus espaldas y su leyenda fue mitificada con el pasar de los años.
Desde el romanticismo hasta el expresionismo. No obstante, la reconstrucción de la ciudad se forjo sobre sus mismas cenizas otorgando una autonomía propia que, con motivo de la cobertura residual de este suceso, su inhabitabilidad la protegió de los vándalos y los saqueos de los siglos posteriores. Es por eso que, durante la actualidad, los arqueólogos descubren nuevas ruinas que esconden verdaderas obras de arte. En este caso, tal y como se esclarece en la revista digital de Pompeya, los investigadores han encontrado una pequeña estancia situada en el núcleo de la ciudad con un estado impresionante y una decoración refinada.
El hallazgo se ha producido en las excavaciones de la llamada ínsula de los Amantes Castos. De hecho, desde finales de mayo, esté lugar era declarado de interés turístico y se podía acceder a su visita. En el recorrido de este territorio, durante el siglo XX salieron a la luz edificaciones de la época que contenían restos de frescos, esculturas y objetos característicos de su cultura. En muchas ocasiones, este tipo de obsequios son el único testimonio real de cómo funcionaba la sociedad. La última verdad absoluta del pasado.
La historia contada desde los ojos del arte
La casa donde residen estos frescos es de una dimensión contenida, sin embargo, la decoración de la misma no tiene nada que envidiar a los domicilios de mayor magnitud. Esta cuenta con un pequeño estanque que era empleado para recoger, y reutilizar, el agua de la lluvia. Aunque nos pueda parecer extraño, este artefacto era bastante usual en la arquitectura de la época y formaba parte del constructo social pompeyano. De este modo, la disparidad entre la ornamentación y el resto de la construcción puede llegara mostrar una tendencia sobre un cambio en la sociedad romana años antes de la catástrofe.
Al mismo tiempo, algunos de los frescos muestran cuestiones mitológicas. En una de las obras se representa el mito de la princesa cretense Fedra y su trágico enamoramiento de Hipólito, su hijastro, asimismo se pueden apreciar otras imágenes del amplio pertenecientes al imaginario colectivo grecorromano en muros y paredes dentro de la vivienda. De la misma manera, que durante nuestros días, la fe y el creer abordaron un papel fundamental en el mundo antiguo. Un recuerdo que se sitúa dentro de nuestra vida y nos transporta al pasado.
¿Por qué se conservan tan bien estas obras de arte?
Se estima que la historia de Pompeya llega más allá de lo que hoy en día conocemos. La investigación deja lugar a la imaginación apoyándose en la realidad para mostrarnos la verdad de los sucedido. Al igual que con el imperio romano su mitificación deja en algunos casos muchas cuestiones a deber. Esto se debe al auge del idealismo y la sentimentalidad en nuestra sociedad que crea un submundo paralelo al nuestro enalteciendo cosas que realmente no sucedieron, al menos no de la forma en la que se cuenta. Sin embargo, la ciencia explica que en Pompeya todavía queda mucho por descubrir.
La razón por la cual estas reliquias perduran hasta nuestros días permanece en el meollo de la cuestión. La coraza que se impuso sobre la superficie sirvió como modo de conserva para todo lo que se encontraba debajo de esa capa. De forma similar a las pirámides, aunque la accesibilidad a estas edificaciones supuso el saqueo de muchos tesoros. Es por eso que se siguen descubriendo nuevos frescos y quien sabe lo que se esconde bajo esas cenizas.