Paco León: «Dentro de mí también hay un niño triste»
El actor sevillano, cuyo último papel protagonista aterrizará en diciembre, ya trabaja en una nueva historia como director
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En nada se asemeja el actor al que acostumbramos ver en la pantalla, ya sea la pequeña, donde se hizo inmensamente popular, o la grande, en la que además de actuar, dirige, y con muy buen pulso, al hombre reflexivo que inunda esta charla, el cual parece esforzarse para que todas sus respuestas sean certeras. Su próximo papel protagonista llegará en diciembre con «Sin instrucciones», adaptación española de «No se aceptan devoluciones», la película de habla hispana más taquillera de Estados Unidos, y en la que León, que la define como «tierna, sentimental, muy familiar», interpreta a un padre coraje. El sevillano ya trabaja en una nueva historia como director, en donde la corrección política tendrá un papel relevante.
Declaró: «Yo soy eso de lo que escapé». Y escapó de su infancia y de su sangre. ¿Por más que corramos y ascendamos es imposible zafarnos de nuestros orígenes?
Sí, afortunadamente. Yo nunca he renegado de mis orígenes, pero, como dijo Coco Chanel, una puede abandonar el pueblo pero el pueblo nunca la deja a una. A nivel genético también: llega un momento en la vida en el que quieres ser todo lo contrario a tus padres, y luego hay otro donde te das cuenta de que eres igual que ellos, incluso en lo peor. Y cuanto antes lo aceptes, mejor.
«Aquel fui, aquel fui, aquel he sido; / era la ignorancia mi sombra. / Ni gozo ni pena; fui niño / prisionero entre muros cambiantes». ¿Se reconoce en esos versos de Cernuda?
(Largo silencio). Puede ser. Puedo reconocer esa sensación, sí. Yo fui un niño triste con mucho mundo interior, muchas ilusiones y otras cosas, y después me he convertido en un adulto más alegre. Creo que de esa liberación habla mucho ese poema de Cernuda. De apropiarte un poco de ti y de ir adonde quieres ir. Pero es que el niño te lo llevas dentro toda la vida. Y dentro de mí también hay un niño triste.
Usted es un cómico que se hizo actor, o viceversa, y después cineasta. Me recuerda al actor y director Carlos Iglesias, aquel Pepelu que hacía humor para el «late night» de Pepe Navarro y que terminó dirigiendo películas serias. ¿Le parece un buen símil?
Sí. Hay muchos otros, pero Carlos Iglesias sí. Pero también Danny DeVito o Ben Stiller. Hay muchísimos actores reconocidos como cómicos que después han dirigido películas interesantísimas.
¿Elegir a su madre como protagonista de su ópera prima como director fue un modo de decirle «gracias», un homenaje?
Supongo que sí. No la elegí como protagonista, fue la historia la que me eligió a mí porque yo era el único que podía contarla. Me dije que nadie iba a contar la historia de mi madre ni la iba a enseñar porque no la conocían, así que lo hice yo. Y así empezó mi carrera como director, no tenía ninguna vocación.
Le dije a su madre en esta misma sección que ella, usted y su hermana tienen algo de clan. ¿Son una piña, van por libre o ambas cosas?
Cada uno va un poco por libre, pero, en el fondo, sí estamos conectados y hay algo ahí como de pertenecer a un clan, sí. Pero antes ya de ser actores. Yo he sido «el mayor de la Carmina» y ella tiene una cosa como de capo de todos, de jefa de la tribu.
Dijo que nunca se declaró bisexual, que dos le parecían poco. ¿Cree que a los fastos del Orgullo Gay les sobran taconazos y rímel y les faltan mensajes de enjundia?
No, le falta todo. Sobrar no sobra nada. Y menos en una reivindicación que sigue siendo muy necesaria. Cada uno puede tener prejuicios estéticos con cosas determinadas, pero la libertad y la diversidad van con eso. Queda mucho por hacer. Vivimos en una sociedad muy compleja, hay muchos pueblos, muchas realidades, y esto hablando de España. Fuera de este país sigue habiendo pena de muerte para los homosexuales, no es algo para relajarse en absoluto. El mundo, en general, es bastante homófobo.
¿Cómo se lleva con la corrección política? Muchos artistas se quejan de que no tenemos la libertad de hace unos años.
Es una consecuencia inevitable cuando se empiezan a replantear cosas. Cuando la corrección política viene para que nos cuestionemos todas las cosas que tenemos aprendidas, ahí hay algo interesante. Es verdad que para la creación es un debate muy complejo. De hecho, la próxima película que dirija irá sobre este tema. Otra cosa es la libertad de expresión, que habría que proteger a nivel legal. Que los límites los pusiera cada uno. Que se puedan decir todo tipo de chistes, yo soy de esa opinión.
Esta sección se titula «¿Tienes fuego?». Señor León: ¿tiene fuego?
Sí, claro que tengo fuego. Pero no para tabaco, por favor.