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Nathy Peluso: no existe empoderamiento igual

La artista argentina cerró ayer su gira en Logroño, en un concierto encuadrado en el Actual Festival y en el que hubo baile, sensualidad, energía
RAQUEL MANZANARESEFE

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Si aquí se pudiera insertar un emoticono, se iniciaría este artículo directamente con el del brazo en ángulo recto, con bíceps y puño apretados. Ese “emoji” no tan relacionado con el deporte, sino más bien con la fortaleza interior, con el “sí, se puede”, señal de empoderamiento. Y es que no hay símbolo que pueda definir de manera más concreta y contundente a Nathy Peluso. Ella misma se encarga de poner el brazo en dicha postura tras haber bailado y cantado una canción, porque sabe que debe hacerlo. Si algo admirable tiene la artista es que se encanta a sí misma. Y no por acto de ego ni exaltación del “yo”, sino porque transmite que esa es la manera de comerse el mundo: quererse y darse a valer, por encima de cualquier juicio u obstáculo. Así lo demostró ayer en su último concierto de su eléctrica gira: presentó por última vez su nuevo álbum “Calambre” en Logroño, en un espectáculo enmarcado en el Actual Festival y que fue una auténtica revolución.
Por el Auditorio Riojaforum de la ciudad atravesada por el Ebro pasaron ayer 1.200 personas con mascarilla y ganas de darlo todo ante la artista argentina. Y así fue, pues el público, mayoritariamente femenino, saltó de las butacas para bailar, corear y rendirse ante Peluso, quien no paró de menear sus caderas y que conquistó el escenario acompañado de un fantástico grupo, integrado por viento, percusión, bajo y guitarra. Un baile que hipnotizaba, que bien pudiera estar ensayado pero que debe llevarlo en la sangre, el movimiento debe correrle por las venas. Tan solo hay que escuchar a Sofía Gabanna, su hermana menor, con un estilo musical diverso, pero también con un parecido sentido del ritmo exprimido y una gran determinación artística.
Si algo ha definido a Peluso desde sus inicios es la naturalidad. Es una mujer a la que de nada le sirven los filtros. Que exalta las curvas como la verdadera belleza femenina por encima de cualquier canon. Que sí, que puede ser romántica, pero no por ello secundaria. Y en el directo estas premisas se multiplican. La sensación de empoderamiento que transmitió con el espectáculo ayer en Logroño fue único, es bastante más fuerte que cualquier discurso interesado o planificado. Lo de Peluso fue reclamo, reivindicación, feminismo, el recordatorio de la importancia de la introspección.
Desde “Delito” hasta “Mafiosa”, la cantante deleitó a los asistentes con canciones tanto de su disco nuevo como otras que le marcan su éxito: no faltó “La Sandunguera” ni “Corashe”, así como cantó “Sana Sana”, “Buenos Aires”, “Business Woman” o “Puro Veneno”. Una auténtica y sensual fiesta que a nadie dejó indiferente, que reflejó lo necesario de que existan artistas como Peluso, y que cerró no solo su gira, sino una jornada del Actual Festival íntegramente dedicado a las mujeres.
Desde el pasado domingo hasta el sábado 8, Logroño está siendo testigo de un certamen interdisciplinar donde seguridad, música, cine, artes escénicas y exposiciones convergen. Ayer fue el turno de Peluso, pero antes también actuó Julia de Castro, con su frecuente elegancia y estilo, así como Cía La Taimada impactó al público con su compleja y atractiva función “Filia et fobia”. Un homenaje a ellas, una declaración cultural hacia las artistas, que son igual de necesarias, que son igual de poderosas.