Crítica de "Shin Chan: el superhéroe": el poder está en el culete ★★★★

¿Qué está sucediendo en Japón? ¿Por qué, en la nueva y excelente película protagonizada por Shin Chan, la primera en 3D, hay referencias a un futuro incierto, a un presente con la economía estancada, a los ancianos que deben saber cómo sobrevivir y no tienen tiempo para los jóvenes? Esto último es muy fuerte en una nación como aquella, aquí, en Europa, lo de los viejos da exactamente igual. Miren en google, aunque no suele salir demasiado en las noticias principales de los medios: el país registró un déficit comercial de unos 1.812 millones de euros en septiembre.

O sea, que vende mucho menos allende las fronteras, y es decir, que ello provoca que la estructura de cualquier sociedad se resienta. Y eso que la película es de 2023, y eso que es anime, y eso que, contra viento y marea de los nuevos tiempos, la saga sigue manteniendo intactos los pilares por los que este niño tan políticamente incorrecto continúan intactos (habrá quien diga que se siguen haciendo comentarios machistas, que la madre atiza otra vez al chico, que hay cierta contenida violencia masculina, en ello descansa la libertad), a sus numerosos fans les dará igual porque se trata de un personaje impagable.

Esta vez, y por cuestiones que solo pasan en el cine, Shin Chan será el superhéroe elegido, nalgas mediante, para enfrentarse con un villano que en el fondo solo se trata de un pobre desgraciado con más palos encima que una estera. Hay mucho humor y escepticismo (los padres del protagonista nos parecen impagables) en la película, y muchas ganas de que el público se lo pase en grande con un enano, gracias, Peter Pan, que no va a crecer nunca. Yo firmaba ahora mismo.

Que la saga sigue envejeciendo muy bien con un protagonista que continúa siendo encantador

Nada hay negativo en una película que dice más de lo que parece aunque sea animación