
Turismo
Isla de Tabarca: cómo conciliar turimo y entorno natural
La isla, la de menor tamaño habitada de la Comunidad Valenciana, recibe 230.000 turistas al año

Planesia, Planaria, o Isla Plana son algunos de los nombres con los que se ha conocido a lo largo de la historia a la isla de Tabarca. Un trozo de tierra sin el que no se entiende Alicante, de cuyo Ayuntamiento depende administrativamente, ni Santa Pola, dado que está a tres millas náuticas. Reserva marina desde 1986, el debate sobre si es necesario o no restringir el acceso a turistas está candente y por una razón, la gran afluencia de turistas que visitan la isla entre junio y septiembre. De hecho, las tabarqueras arriban a la isla repletas de turistas, generando aglomeraciones tanto en sus playas como en sus calles y en sus bares y restaurantes.
La isla supera los 230.000 visitantes al año, según datos del Instituto de Ecología Litoral, lo que supone una gran presión sobre el ecosistema de la isla. Ese flujo de turistas, lógicamente, es más elevado en los meses de julio y agosto, cuando los turistas viajan hasta allí en tabarqueras tanto desde la ciudad de Alicante como desde Santa Pola.
A ellos se suman la llegada a la isla en embarcaciones privadas que fondean alrededor de Tabarca, dado el gran atractivo de sus fondos marinos. Con los datos en la mano sobre cifras de visitantes, el Gobierno Local descartó, al finalizar el verano pasado, restringir o limitar la llegada de turistas.
Con 1.800 metros de largo y 450 metros de ancho; en Tabarca viven 59 personas. Para proteger la isla y su entorno marino existe una comisión delega del pleno municipal, creada con el fin de tener un conocimiento detallado sobre la isla, de los servicios que se prestan y de sus necesidades.
Reivindicaciones
Entre las viejas demandas de los habitantes de la isla -la única habitada en la Comunidad Valenciana y la de menor tamaño poblada de España- figuran disponer de un sistema público de transporte; hay que recordar que quedó desierta la última convocatoria de concurso para dotar a los isleños de una comunicación adecuada y que así no cuenten solo con el servicio privado de las conocidas tabarqueras.
También está pendiente la mejora de los servicios públicos que atienden las necesidades de limpieza, recogida de residuos, sanidad y seguridad en la población, mínima en los meses invernales, pero muy abundante en la época estival.
Uno de los planes que tiene el Ayuntamiento de Alicante para la isla es reactivar el Centro de Educación Ambiental (CEAM) para atraer a grupos de jóvenes y estudiantes y que conozcan el valor ambiental e histórico de la isla. A esos grupos se les daría la opción de que se alojen en Tabarca.
Según explicó el concejal de Medio Ambiente, ManuelVillar, "el objetivo no es obtener un rendimiento económico del espacio y por eso se opta por la fórmula de concesión a cambio de un canon"; es decir, se licitará un servicio de dinamización ambiental que permitirá, a su vez, potenciar las posibilidades de alojamiento y su función como centro de animación cultural y turística.
El Centro de Educación Ambiental de la Isla de Nueva Tabarca se inauguró en 2006 y en coordinación con el Museo Nueva Tabarca, cuenta con un programa completo pluridisciplinar de educación ambiental y conocimiento de los valores patrimoniales de la isla; está acondicionado para acoger grupos, con la posibilidad de pernoctar hasta 30 personas.
Toldos en la isla
Para hacer más agradable la vida diaria a los vecinos, el Ayuntamiento instalará toldos en una superficie de 500 metros cuadrados de la isla. Una medida de la que también se beneficiarán los turistas que podrán resguardarse del sol.
El entoldado de las calles se llevará a cabo entre los meses de marzo y noviembre, algo que, a su vez, se explica porque las altas temperaturas en Alicante ya no se circunscriben a los meses de verano. Se trata de un proyecto que se aprobó en el Plan de Sostenibilidad Turística en Destino, con un presupuesto de 211.850 euros.
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