Cultura
La impresionante iglesia que se la denomina "Catedral del Vino"
Su construcción arrancó en 1535 y concluyó en 1772
Cultura y vino siempre van de la mano. Cada vez son más los rincones que estos dos tesoros españoles se combinan a la perfección. El vino siempre ha sido sinónimo de festividad, de celebración en torno a la cultura y tradiciones de nuestra tierra. A lo largo de la historia, ha tenido un papel importante en todos los ámbitos culturales, desde la música, el arte o la literatura, llegando a crear festivales en torno a la vendimia.
Pues esta conexión se hace muy elocuente en un pequeño pueblo de Valladolid, muy cercano a la capital, en el que el vino es una religión, y cuenta con un tesoro arquitectónico en forma de templo religioso, que impresiona a sus vecinos y turistas, y que muchos la consideran como un catedral, más que una iglesia.
Este templo es la Iglesia de Santiago, de la localidad vallisoletana de Cigales, que se la denomina como la “Catedral del Vino”. La historia de Cigales se remonta al siglo VIII a.c con los pueblos Vacceos que se asentaron en nuestras tierras, pero el momento de máximo esplendor de la localidad es durante el siglo XVI cuando Cigales se convirtió en un importante núcleo urbano por su estratégica localización, a 12 kilómetros de Valladolid y 25 de Palencia, dos importantes ciudades de las cuales Cigales fue distribuidor oficial de vino.
Cigales, Cuna del Clarete, con su Catedral del Vino y 250 Bodegas Subterráneas, lugar de nacimiento de la Archiduquesa y Emperatriz Ana de Austria y del Ilustrísimo Fray Antonio Alcalde (Obispo de Guadalajara y Yucatán en México) una Villa para conocer y disfrutar con los cinco sentidos.
Su principal atractivo monumental es la Iglesia de Santiago, que está considerado como la “Catedral del Vino”. El templo se empieza a construirse en 1535 sobre un templo anterior, de menor tamaño, de paredes y bóvedas de cantería, con estructura de tres naves, torre con campanario y varias capillas.
La construcción del templo actual presenta un planteamiento unitario aunque responde a etapas perfectamente definidas:
- La primera fase, 1535-1590, corresponde a la construcción de la cabecera y primer tramo de la nave y ventanales, a cuyo frente estuvo Juan de Sarabia bajo proyecto de Rodrigo Gil de Hontañon.
- La segunda fase, 1591-1637, en la que se construyen el resto de las naves, las bóvedas, la fachada de Santiago y la de San Juan y parte de la torre norte. Al frente de la obra están Diego de Praves y su hijo Francisco.
- La tercera fase, 1768-1772, en que se hace el coro, las bóvedas del coro y el sotocoro, la portada de poniente y la torre sur.
Su exterior se caracteriza por su monumentalidad. La fachada principal, en estilo herreriano, es obra de Diego de Praves. Consta de un cuerpo central dividido en dos pisos mediante una gran cornisa, el piso inferior, con arco de medio punto que cobija una puerta adintelada, rematada en cornisa a modo de dosel, y el superior, repitiendo el mismo esquema con ventana adintelada. Rematando el conjunto, un frontón con una cruz y bolas herrerianas sobre pedestales en los vértices.
A ambos lados se sitúan dos torres de cuatro cuerpos, el superior destinado a campanario con dobles huecos de medio punto por cada lado y sencilla barandilla de hierro, que rematan con cúpula, linterna, cupulín, cruz de forja de hierro y veleta.
La portada sur, o de Santiago, fue construida entre 1591 y 1606 bajo la dirección y planos de Diego de Praves. Se trata de una portada compuesta de dos cuerpos separados por entablamento y rematados en frontón. El cuerpo inferior consta de gran arco triunfal de medio punto que cobija puerta adintelada, flanqueada por pares de columnas con hornacinas con imágenes de San Pedro y San Pablo en los intercolumnios. El cuerpo superior, repitiendo el mismo esquema, presenta alto relieve de Santiago Matamoros en hornacina central. Remata el conjunto frontón triangular con óculo en el tímpano, encima bolas herrerianas sobre pedestal, según destaca Wikipedia.
En el interior destaca su: - Retablo Mayor: Retablo de estilo Barroco y eucarístico, año 1666, dividido en tres calles y dos cuerpos. Dorados y estofados obra de Juan de las Puertas en 1683. La calle central contiene un altorrelieve de Santiago y las calles laterales contienen esculturas de San Pedro y San Pablo, obras del taller de Gregorio Fernández.
- Retablo de Santa Marina: Retablo de estilo rococó, año 1758, la hornacina central con imagen barroca de Santa Marina, año 1757, y a los lados, imagen de San Pedro Regalado, siglo xviii. y San Andrés, año 1817.
- Capilla de San Juan: Capilla obra de Francisco de Bierna construida en 1614 con bóveda de arista adornada con rameados espinosos. Cuenta con retablo renacentista del último tercio del siglo XVI, dedicado a Nuestra Señora de los Dolores. El retablo principal, de 1758, es de estilo rococó con estípites, dedicado a San Juan Bautista.
Si Cigales es reconocida por su “Catedral” también lo es por su vino, y más concretamente de su “Clarete”, que es un tipo de elaborado de forma semejante al vino tinto, realizando la fermentación con los hollejos, pero con una buena proporción de uvas blancas, de forma que se obtiene un vino con poco color.
En España, la Denominación de Origen (D.O.) Cigales, ha sido históricamente una de las regiones con una producción de claretes de mayor calidad, aunque esta D.O. ha ido creciendo en la elaboración de vinos, y aunque destacan los rosados, también produce tintos y blancos. Lo que hace especial a los vinos rosados de Cigales es la elaboración en blanco con mezcla de variedades tintas y blancas, teniendo en cuenta cómo estas uvas se adaptan a nuestra tierra, clima y tradiciones.
A lo largo de los años se han realizado experiencias colaborando con la estación enológica de Castilla y León, llegando a la conclusión que elaborando con unas proporciones idóneas de variedades blancas (albillo, verdejo y sauvignon blanc) con variedades tintas (tempranillo, garnacha, merlot y syrah), logramos hacer el popular vino rosado de Cigales que también cumple con las expectativas de color, aroma y sabor que busca el mercado en la actualidad.
Desde 1985, hemos ido transformando gradualmente nuestros viñedos, plantando uvas en proporciones adecuadas para hacer rosados deliciosos, pero también para experimentar con tintos y blancos.
La Denominación de Origen Cigales comenzó oficialmente en 1991, pero sus raíces se remontan al siglo X, cuando ya había propietarios de viñedos en diferentes municipios de la comarca, como Cubillas o Corcos, asegura la web: www.do-cigales.es.
Estas tierras guardan muchas huellas de un pasado fascinante y diverso en términos culturales. En muchos de sus pueblos aún se pueden encontrar castillos históricos, como el de Trigueros del Valle, el de Fuensaldaña o el de Mucientes, donde Juana La Loca pasó algún tiempo. Junto con los castillos comenzaron a crecer viñedos, la mayoría propiedad de monasterios que necesitaban el vino tanto para sus rituales religiosos como para su uso personal.
En Dueñas, en el palacio de los Condes de Buendía, Fernando el Católico se disfrazó de arriero para encontrarse con Isabel y organizar su boda. También regresó allí después de enviudar para casarse con Germana de Foix. En Cigales, se produjeron encuentros históricos, como los enfrentamientos entre tutores y favoritos de Alfonso XI «el Justiciero», la reconciliación de Pedro I «El Cruel» con sus hermanos bastardos y la de Juan II con los Infantes de Aragón.
Los vinos de Cigales se hicieron famosos en España y en el extranjero. Incluso, cuando la filoxera devastó los viñedos franceses, los vinos de Cigales se exportaron hasta Burdeos para suplir la falta de vino en tierras galas. En 1888, esta región ya producía más de 15 millones de kilos de uva, lo que muestra su importancia histórica.
El 29 de septiembre de 2011, se publicó en el Boletín Oficial de Castilla y León (BOCYL) la Orden AYG/1197/2011, de 22 de septiembre, que aprobó el nuevo Reglamento de la Denominación de Origen «Cigales» y su Consejo Regulador. Esta nueva normativa permite la producción de vinos blancos, espumosos y dulces, después de varios años de experiencias exitosas que confirmaron la calidad de estas nuevas elaboraciones en Cigales. Además, se añaden variedades experimentales como Sauvignon Blanc, Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah a las variedades principales, que son Tempranillo, Garnacha, y las variedades blancas Viura, Albillo y Verdejo, todas muy vinculadas a nuestros famosos vinos rosados.
En 2019, la DO Cigales modificó su pliego de condiciones, es decir, la normativa interna que especifica cuáles son las características de sus vinos, entre otros aspectos técnicos. Uno de los cambios más significativos es ampliar la gama cromática de los rosados elaborados en la Denominación que van desde un rosa pálido hasta los fresa más emblemáticos de la Denominación. La gran baza de la Denominación es que no pierden su estructura y aromas propios de la comarca vitivinícola de Cigales.
Las bodegas que forman parte de la D.O. comenzaron a exportar sus vinos en 1995, en respuesta al aumento de la producción de nuevas viñas y la búsqueda de nuevos mercados en el extranjero. En ese proceso, llegamos a exportar un total de 1,618,818 botellas en 2009. Nuestros principales destinos incluyen países de la Unión Europea, como Bélgica, Holanda, Alemania, Suiza, Suecia, y también los Estados Unidos.
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